Sorpresa

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Almas Gemelas/ dragones

Hoy Yugi o mejor dicho Yami dijo algo que me enchino la piel y dejo cierta espinita de curiosidad. en la mañana habían faltado los dos primeros profesores por reunión escolar de urgencia, así que nos juntamos a platicar todos juntos en el lugar de Yugi, aún recuerdo sus palabras.

-En mi época cuando Seth se enfrentó a su esclavo poseído por el espíritu del dragón negro de ojos rojos, su ojos azules no quería hacerle daño y descubrimos que ellos dos estaban enamorados, obviamente me refiero a los dragones no a sus portadores-

Lo último dijo mirándome rápidamente a Kaiba y a mi, que sorprendentemente estaba poniendo atención desde su lugar.

-y seguirán enamorados? - pregunto toda curiosa Tea, a veces odio su sentido romántico o ñoño de ver el mundo.

-No lo sé, deberíamos hacer una prueba- le respondió Yami muy casual, mirándonos nuevamente.

-Yo opino que deberíamos hacer una prueba- Dijo Duke muy emocionado, -Podemos usar mis instalaciones para la prueba- Yo no había dicho ni una sola palabra, de hecho, estaba demasiado serio, aun no procesaba sus palabras "enamorados", es más por un momento mis ojos chocaron con los de Kaiba y él me miro con coraje, o sea wey! No es mi culpa que Yami cuente esas cosas, lo miro igual de feo que me mira a mí.

-No se va a hacer nada!- dijo Kaiba levantándose de malas de su pupitre tomando sus cosas y saliendo a toda velocidad.

-A las 5 en mi plaza!- le grito Duke antes de que terminara de desaparecer por la puerta

-Crees que vaya? - pregunto Yugi curioso, -Obviamente- dijo muy confiado Duke.

Yo ya no escuché nada más de los relatos de Yami, ni puse ni una mínima pisca de atención a todo lo que paso el resto del día, hasta que me vi siendo arrastrado y todo aplastado en el coche, no cabíamos.

Bajamos en la Plaza de Duke, en lo que se daban las 5:00 pm. y preparaban la sala privada para nosotros, comimos, bebimos y jugamos videojuegos, ya casi era la hora para saber si Kaiba llegaría o no.

Yo todo el tiempo estuve aguantando la respiración, vi el reloj, 5:00 en punto, por fin pude respirar, Kaiba no apareció ya que el siempre es muy puntual, pero mi alivio duró poco pues no me equivoque, siempre es muy puntual y el muy desgraciado salió de la sala privada para apurarnos a entrar.

Mi mano temblaba levemente al poner mi carta en el simulador de realidad virtual aumentada y Kaiba por el otro lado mirándome a través de los hologramas, ambas bestias feroces de frente una a la otra.

-Ojos Azules, ataca al Dragón Negro de Ojos Rojos- fue la frase que pareció un casi un susurro salido de sus labios. Todos estábamos expectantes y como lo dijo Yami, el Dragón no atacó.

Nos quedamos sorprendidos , la mirada de Kaiba se volvió sombría y eso me ponía incomodo, pero entendí su mensaje, quería que yo ordenara lo mismo.

-Ojos Rojos ataca- agarre un poco de aire- al Dragón Blanco de Ojos Azules- dije soltando el aire retenido, pero nuevamente ninguno de los dos dragones hizo algún movimiento.

-esta es una reverenda pendejada!- decía molesto Kaiba, -Oye! Acaso crees que yo quiero que ellos quieran estar enamorados?- le respondí ofendido.

-Claro que quieres! Es más hasta te conviene maldito perro tramposo, pero si piensas que algún día me derrotaras tras haber descubierto esto, estas muy equivocado- me decía cruzando sus brazos en frente de su pecho.

-A si?, pues mira lo que hago!- salí corriendo al otro extremo de la mesa muy cabreado para lanzármele encima a Kaiba no sin antes decir una palabra que hubiera preferido no haberla mencionado nunca.

-mi dragón y yo te vamos a joder! Te vamos a joder tan fuerte la existencia que no te van a quedar ganas de hablar!- y como por arte de magia, los dos dragones se empezaron a mover, quería que la tierra me tragara, mi ojos rojos se estaba poniendo en una posición muy extraña que me recordó rápidamente a una gata en celo.

-no puede ser, no puede ser, no! Puede! Ser! – decía yo muy nerviosamente cuando vi que efectivamente iban a "joder".

-que mierda has hecho Wheeler!? – me preguntaba un Kaiba igual de sorprendido que yo que me tenía fuertemente tomado de la solapa de mi playera pero que tampoco dejaba de ver el espectáculo.

Quería morirme, quería que Kaiba me golpeara muy fuerte y desmayarme pero no fue así, los demás estaban igual que sorprendido que yo, bueno Duke y Yami estaban con una cara de emoción, los demás tenían la cara roja pero no dejaban de ver el espectáculo, que gracias a Dios era privado si no ya estuviéramos siendo pasando por canal nacional.

Pasaron alrededor de unos 3 minutos en los que la pareja de dragones seguían copulando de una manera muy energética, se podía ver claramente la parte donde se unían y vaya que esos fueron los 3 minutos más largos de mi vida, al terminar ellos empezaron a resplandecer y todo acabó en un gran rugido que no quiero decirlo pero todos entendimos que era su clímax.

Justo después de eso todo se volvió oscuro, Kaiba había encontrado el enchufe de la mesa holográfica, pero misteriosamente en ambos tableros apareció una carta. Yami se levantó de su lugar y fue a mi lado a alzar la carta.

-Violet Soulmate Baby Dragon- decía leyendo la carta, - esto sin duda es nuevo, mucho mejor que hace miles de años- decía muy quitado de la pena.

Duke por el lado de Kaiba igual alzó la carta y era la misma, - vaya chicos, creo que acaban de ser abuelos- decía burlonamente mientras Kaiba le arrebata a la carta y salía rumbo a la puerta muy serio. Pero solo yo alcancé a ver la sonrisa triunfal en su rostro.

-oye! Que te causa gracia? – le gritaba mientras le Daba alcance y lo Volteaba bruscamente, solo se me acercó a decirme algo muy bajo para que nadie más escuchara.

-al parecer los que te jodemos siempre somos y seremos Nosotros- eso me puso rojo al instante, - te veo en la mansión cachorro no te tardes tanto con tus estúpidos amigos, que lo único bueno fue esta carta y la idea de lo que tengo preparado para ti está noche-

Y sin mas se iba sin poder yo responderle, regrese con los. Chicos a escuchar todas sus burlas ese día, pero Kaiba tenía razón lo bueno. De ese día fue la carta nueva.

Ya ni mencionó lo. Satisfechos que quedamos esa noche con nuestras cartas nuevas y el "duelo" que tuvimos en su habitación.

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