"Mentiras" | En Proceso...
Elizabeth Cooper, hija de los alcaldes Richard y Alice Cooper, es una chica malcriada, de ultimo año de preparatoria, que le gusta jugar con los chicos, pues nunca ha sentido el sentimiento de estar enamorada y en su caso...
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"Mentiras"
Era un nuevo día en el pequeño pueblo de Riverdale, y podría decirse que uno muy interesante para algunos ciudadanos, pronto veremos el porque.
Betty bajo las escaleras de su casa y se dirigió a la cocina por un vaso de agua, se sirvió su vaso y agarro una manzana del refractario que estaba en la mesa.
Le dio una mordida, y después no pudo esconder su sonrisa cuando recordó lo que había pasado la noche anterior en su balcón...
Flashback...
La rubia se sorprendió al sentir los labios del pelinegro encima de ella, no se lo veía venir, y la verdad es que su corazón estaba a punto de salirse de su pecho.
Betty cedió y abrió un poco la boca para dar la aprobación, Jughead la atrajo mas hacia el como fue posible, Betty sintió una corriente de electricidad recorrer todo su cuerpo.
Eran movimientos lentos, pero a la vez había uno que otro roce de lenguas, de un momento a otro Betty accidentalmente mordió un poco el labio inferior a Jughead y con eso se separaron.
Betty podía notar como Jughead estaba con sus labios hinchados y con sus mejillas rojas como cerezas.
La verdad es que ella no se estaba viendo a si misma, pero se conocía y podía sentir como sus mejillas también se encontraban rojas, nunca se ponía de esa forma en un beso, esta seria su primera vez sintiendo esa sensación rara.
–Lo siento –se disculpo Betty bajando su mirada, pues Jughead seguía su mirada fija en ella.
Jughead agarró su mentón, y subió su cara para que se encontrara con la de el –Porque te disculpas bonita?
Betty le dio una sonrisa tímida, de verdad que se estaba sintiendo una completa estúpida enfrente de el –Es que creo que te mordí un poco, el labio -dijo pasando su pulgar por el labio hinchado de Jughead.
Jughead se rio –Esta bien, puedo manejarlo –se estaba acercando de nuevo a ella, cuando Archie le grito.
–¡¡¡Jughead!!!, los gorilas vienen para acá, vámonos –grito Archie viendo como unas luces blancas se veían a lo lejos del patio.
–Bien Julieta, me tengo que ir, pero volverás a saber de mi –dijo Jughead pasando un pie por atrás del barandal del balcón.
Betty se acercó, y Jughead rápidamente le robó un repentino beso –Buenas noches, bonita -dijo guiñándole un ojo, y bajando.
