↱⋆Durmiendo Con El Enemigo⋆↲ JIKOOK 「Adaptación」

✦Casualidad no tan Casualidad✦

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«Dejemos que nuestras batallas nos elijan»
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Al día siguiente:

Seguía esperando por él, preocupado indudablemente. Le parecía tan extraño haberlo visto vivir un momento así, y estar tan tranquilo como si nada hubiera pasado. Cuando por fin salió, llevaba cara de no haber dormido en toda la noche y una curita tapaba la herida de su pómulo.

Le siguió en su camino a la escuela. Ocultándose cuando Jimin parecía percatarse de que lo seguía. Estaba más alerta que ayer, y no lo culpaba y supo enseguida a que se debía su miedo cuando bajaba la mirada cuando oía a la policía cerca. Esa mañana, habían aparecido en las noticias locales el horrible crimen del callejón donde todavía se buscaban a los culpables.

Lo vio perderse dentro de la escuela, y cuando se aseguró de que no se iba a escapar, decidió ir a ver qué hacía Jungkook.

Lo encontró en el camino, iba de prisa, como siempre. Tenía un afán por ponerle cinco minutos más a la alarma, cinco minutos que después se transformaban en media hora.

Jungkook entró al establecimiento. Le sonrió a sus amigos que aún deambulaban en el pasillo y corrió a su salón

—Tarde de nuevo, Jeon. —Dijo el profesor con tono cansado.

—Lo siento, me he dormido. —Explicó con media sonrisa para luego encaminarse y sentarse al lado de 

Rose a veces evitaba preguntarse por qué Jungkook siempre se sentaba con Jisoo cuando ella llegaba siendo mucho más tiempo su amiga. Tampoco quería saber el motivo de la sonrisa tan amplia y sincera de Jungkook. Quizás porque estaba más que claro todo, pero ella quería pretender que no.

Porque no era un secreto que Jungkook sintiera atracción por la brasileña, aunque estaba más que claro que funcionaban mejor siendo amigos. Jisoo además estaba enamorada de alguien más, pero por algún extraño motivo —Se deba a la sonrisa preciosa de Jungkook —Jisoo no podía alejarse de él, así como él no podía estar un segundo sin estar intentando hacerla reír.

Cuando el receso llegó, Jisoo sugirió ir a un café que quedaba un poco lejos del establecimiento al que asistían. Jisoo a veces tenía pequeño brotes de rebeldía, había sido bendecida con un espíritu aventurero y osado que sin duda era su cualidad más atractiva.

No muy convencida, Rose terminó aceptando. El hecho de que le molestaba la idea de imaginarse a Jungkook y Jisoo compartiendo un café solo, la terminó por convencer.

Namjoon solo los siguió, extrañamente satisfecho cuando vio a donde se dirigían.

Jimin decidió esa mañana que el café le daba náuseas después de pedirlo. Se convenció de cuan idiota había sido al pedirlo, porque de cualquier forma iba a tener que pagarlo. Continúo con su moviendo de pierna y tamborileo los dedos contra la mesa cuando no pudo contener más la ansiedad que sentía. Pidió que le trajeran una caja de cigarro, y solo después de prender uno y aspirarlo, se calmó un poco.

Seguía pensando en lo anoche. Tenía flashbacks de Taejoon abriendo el estómago del desconocido como si se tratara de algún tipo de animal. Y no. A Jimin no le gustaba el trabajo que tenía, ni la vida que llevaba, pero no era como si tuviera otra opción. Desde que su padre los abandonó, había tenido que ser el soporte de su pequeña familia. No había conseguido otro trabajo además del que tenía y tampoco era fanático de dejar que Anne trabajará. Así que quejarse era vano.

La consciencia no le pesaba, pero anoche no había podido dormir. Recordaba todo aunque no quisiera y al cerrar los ojos podía verse así mismo abriendo el estómago de ese extraño y riendo como un verdadero demente al hacerlo.

Decidió fumar otro cigarro para calmar un poco más sus nervios. Dejó dinero sobre la mesa, y se dispuso a ir de vuelta a la escuela.

Mantuvo la mirada baja, mientras daba una y otra calada a su cigarro.

—¿¡Acaso no tienes ojos tío!? —Gritó Jungkook levantándose del suelo. Jimin había chocado con él, sin embargo solo Jungkook había caído, y Jimin solo lo miro desde arriba, dando caladas a su cigarro sin parar.

No contestó, solo se limitó a observar al ojiazul que ahora estaba de pie.

—¿¡Te vas a quedar callado!?

Jimin asintió sonriendo divertido, y dejando salir el humo de su boca.

—Imbécil. —Dijo Jungkook acercándose amenazadoramente a Jimin. —Lo menos que podría esperar es una disculpa, pero ahora sé que clase de educación tienes, animal. —Le gruño.

Jimin solo río y le dio otra calada a su cigarro. Le parecía tan divertida la situación, pero más divertido le parecía él que no media más que una pulga, pero aun así, tenía la mirada fija en el y los puños cerrados fuertemente.

—Vamos, fiera. —Dijo Jimin soltando el humo para posteriormente tomar otra calada y tirar la colilla del cigarro al suelo. Tomó el mentón del menor y lo miro a los ojos no sin antes sonreírle —Niño bonito, créeme que no buscas meterte conmigo. -—Sopló el humo en la cara del menor y lo empujó suavemente para seguir su camino.

Jungkook tosió un poco y se dio vuelta para observar por donde Harry se había ido. —Que le den. Hijo de puta.

Namjoon tenía una sonrisa que dejaba en claro cuando victorioso se sentía. Todo le iba saliendo bien y ni siquiera había hecho esfuerzo alguno.

Al llegar la noche y ya en su habitación, Jimin intentaba concentrarse en ese libro abierto sobre su escritorio, pero le era casi imposible si cuando parpadeaba veía un par de ojos verdes y enormes. Comenzaba a frustrarse y al final solo se quitó las gafas y suspiró masajeando su sien. No había tenido el mejor día, y al parecer, tampoco iba a poder estudiar esa noche para el examen de mañana.

Decidió bajar y cenar con su familia quizás le haría olvidar un poco el disgusto que sentía.

—¿Qué pasa cielo? —Preguntó la madre de Jungkook, Ui, sirviendo un poco de ensalada en su plato. —No has tocado tu comida.

—Solo un mal día. —Dijo finalmente omitiendo su ida al otro lado de Holmes Chapel. Suficiente tenía con la pelea de esa mañana, como para encima discutir con sus padres.

—¿Quieres hablar de ello? —Preguntó está vez el señor Jeon

—No, estaré bien. —Dijo Jimin. —Pero agradezco tu preocupación.

La cena transcurrió en silencio y sus ojos verdes seguían en su mente, como una dulce tortura.

Mientras tanto, Jimin se encontraba en la zona roja, como una excusa para borrar los sucesos de la noche anterior. Estaba drogado, ebrio, tanto que ni siquiera recordaba el nombre de la rubia que se estaba follando. Aún asi, aún en ese estado de inconsciencia, veía un bello color azul, como el cielo, como el mar, como paz.

Y por otro lado, Namjoon ya se encontraba arreglando la casa donde Jimin y Jungkook transitarían los próximos seis meses.

Porque ese encuentro, para él, no había sido una casualidad.

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                     🎋Moonmxsun