Feliz

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Iba caminando en el bosque, admirando las estrellas, esquivando árboles junto a una persona cuyo nombre no recuerdo. Confiaba que estaba seguro, confiaba en mi acompañante, en mi suerte y sobre todo confiaba en mi. Sin notar la presencia de una entidad desconocida.
Los sabios árboles aplaudían sus ramas y las hojas danzaban al compás, con el viento de guía me perdía en la dulce armonía. Distraído, ¡pero no era el único! Todavía me excuso en mis tormentos. Caminabamos en el majestuoso bosque, como presa indefensa a su acecho. Por alguna razón lo percibí, unos pasos de un terceros alineados con mis latidos, cada vez mas rápidos y cometí el error de mirar atras. Ahí estaba él en su camisa de cuadros,sus pantalones blancos aunque negros por culpa de la suciedad. Mocasines viejos que debieron ser elegantes en su tiempo. No podía evitar mirar a sus ojos llenos de ira, una cólera insaciable, sin motivo, quizás por eso no noté el cuchillo en sus manos, vaya iluso. Esa persona amiga q me acompañaba siguió mis pasos pero ella si vió el arma y... me advirtió en llantos y gritos. Comenzó a correr sin rumbo, la seguí pero desviandome un poco para tomar una roca o una rama, algo, cualquier cosa para defenderla. Mientras el ente no paraba de correr. Logré tomar una piedra, la levanté con mi mano dominante y justo en el momento de la verdad, mi cuerpo dejó de responder. Con mi mente paranoica maquinando una respuesta al ¿por qué?, mis ojos contemplando el escenario y mi cuerpo congelado. Me quedué quieto observando como la persona sin nombre era alcanzada...
Fué tan mórbida la imagen q pude contemplar partes internas del cuerpo que usualmente solo ves en libros de texto. Una vez concluyó la horrible y violenta accion, la entidad malvada se levantó y cuando notó mi presencia sola e indefensa comenzó a caminar en mi dirección...

El bosque de las tragedias Donde viven las historias. Descúbrelo ahora