Capítulo 2

849 58 8
                                    

Importante: En la parte del baile escuchar la canción que hay en la cabecera para una mejor experiencia.


Los rayos de sol ya se hacían presentes en la ciudad indicando un nuevo día. La gente madrugaba para ir al trabajo o simplemente salir a hacer ejercicio por la mañana temprano, era un lugar que tenía vida desde el primer momento.

Kerem adoraba madrugar para salir a correr y despejar su mente pero esta vez no tuvo la ocasión de hacerlo ya que ayer tuvo una noche intensa, una noche intensa junto a Cristina. Ambos se encontraban en la misma habitación, con las persianas bajadas y la misma sábana para cubrir sus desnudos cuerpos.

Kerem estaba sumergido en un profundo sueño mientras que ella observaba con detenimiento su tonificada espalda y como la fina, y casi transparente sábana, reposaba sobre su cintura. Si ahora mismo le dieran la oportunidad de volver a revolcarse con él lo haría sin duda pero ahora su corazón le pertenecía a otro y no era justo hacerlo pasar por esto. Salió de aquella burbuja en la que se encontraba al escuchar como Kerem balbuceaba cosas casi inaudibles. Parecía estar soñando algo que le dolía.

Kerem se encontraba jugando en la calle con su pelota favorita, estaba concentrado en hacerla pasar entre dos coches estacionados que hacían de portería. Aquel simple juguete le gustaba tanto que no fue capaz de darse cuenta que otro niño se acercó a él.

-¡Eh tú, niño pelirrojo!—gritó aquel desconocido.—Quiero esa pelota, ¡entregamela!—se acercó más a él.

-¡No lo haré, es mía! Me la regaló mi mamá por portarme bien.—abrazó su pelota.

-¡Te dije que me la des!—le agarró el brazo haciéndole daño.

-¡Déjame! ¡Me haces daño!—gritó sin soltar su pelota.

-¡Ha dicho que le dejes en paz!—apareció su mejor amiga.—No te va a dar la pelota porque es suya. Dile a tu mamá que te compre una.—separó a aquel niño y se colocó delante de Kerem para protegerlo.—¡Vete de aquí!—gritó enfadada haciendo que aquel niño por fin se marchara.—¿Estás bien? ¿Te hizo daño?—lo miró preocupada.

-Si, estoy bien Hande.—sonrió.—Gracias por salvarme.—la abrazó con cariño.

-Yo siempre salvaré a mi mejor amigo.—sonrió también.

-¿Quieres jugar conmigo?—le ofreció su pelota.

-Claro, juguemos.—tomó la pelota.

Aquel recuerdo hizo que su corazón se removiera y se llenara de nostalgia haciendo que una lágrima rebelde se deslizara por su mejilla

-Ángel.—suspiró.—¿dónde estás?—frunció su ceño.

-Kerem, despierta.—lo movió un poco.

-Te necesito.—agarró la sábana en un puño.
 
-¡Kerem!—levantó la voz haciendo que se despertara.

-Disculpa.—dijo secándose rápidamente la lágrima e incorporándose en la cama.

-No te preocupes, recién me acabo de despertar.—mintió.—Kerem.—se puso seria.—Ya no podemos seguir haciendo esto. No sé si pensarás lo mismo para ya no me satisface.—lo miró esperando su respuesta.

-Tienes razón.—se colocó su ropa interior.—Esto se acabó.—se puso de pie para terminar de vestirse.

-Kerem.—se levantó con la sábana enrollada sobre su cuerpo.—Prométeme que no dejáremos de hablar por esto. Es obvio que entre nosotros hay tensión sexual pero en mi corazón hay otra persona.—soltó todo lo que llevaba dentro.

Lucharé por ti 》HankerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora