Capítulo Diecinueve.

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- 19.

Jeon Thyssen.

Quedaban un par de días para que viese a Katherine de nuevo, y el corazón parecía que me iba a dar un vuelco en el pecho, puse música para irme a la ducha, una canción bastante apropiada Don't Lean On Me, canción que me enseñó Tyco. Cabe destacar que tenía una conversación pendiente con Tyco, e iba a ir a su casa a desayunar y hablar con él de los últimos acontecimientos pasados, era mi mejor amigo y no quería ocultarle nada, me metí en la ducha dejando que el agua tibia relajase los músculos de mi cuerpo y apoyé la frente sobre la pared cerrando los ojos. Abrí los ojos al cabo de unos minutos, me enjaboné el cuerpo y lavé mi pelo, salí de la ducha rodeándome la cadera con una toalla y agitando la cabeza para que el agua de mi pelo no fuese tanta, pasé las manos por este peinándolo un poco. Pasé la mano por el espejo quitando el vaho del cristal, suspiré al ver los surcos lilas que adornaban mis ojos, salí de la habitación en busca de la ropa interior, me coloqué los boxers y un pantalón de chándal gris, salí al balcón que daba a mi habitación y me dispuse a fumarme el primer cigarro de ese día. Al cabo de media hora salí de casa con una sudadera y me monté al coche y conduje hasta la casa de mi mejor amigo, el día estaba bastante gris para ser pleno verano, pero supongo que el tiempo de Marsella es un poco raro, han pasado dos años y todavía no logro acostumbrarme a él. Vi por la ventana el puerto, y sonreí con nostalgia mientras pasaba la mano por mi pelo, puse la primera marcha y salí en dirección a la casa de Tyco, vivía un poco alejado de todo, y era de agradecer cuando no se podían evitar los prontos que teníamos, la verdad que a veces me gustaría no tenerlos, es odioso querer matar a alguien todo el tiempo, y más cuando te encariñas con esas personas. Fijé la vista en la belleza de vista que tenía delante, árboles, muchísimos y zonas muy verdes, bajé la ventanilla dejando entrar la brisa cerrando los ojos unos segundos para después abrirlos y ver la casa de Tyco al final del camino, aparqué y bajé del coche, antes de entrar quería fumar, así que me apoyé en el capó del coche y saqué un cigarrillo llevándomelo a la boca y sacando el mechero; hice girar la piedra y salió la llama, encendí el cigarrillo y la puerta de la casa se abrió, de ella emergían Tyco y Nil, que se acercaron a mí con una ceja enarcada.

- ¿Pensabas fumar sin nosotros? - Dijo Tyco quitándome el cigarrillo de los labios y dándole él una calada.

- Pues quería fumar tranquilo, siempre terminas quitándome los cigarros. - Reí de forma suave.

- Toma anda. - Nil me pasaba un cigarrillo ya encendido, enarqué una ceja y cogí el cigarrillo llevándomelo a los labios.

- ¿Estás bien? ¿Tienes fiebre? ¿Tú ofreciendo tabaco? -

- Cállate o me volveré como el ser tocahuevos que tienes al lado. - Dijo Nil mirando a Tyco.

- Eh, relajaos ya, que no he dicho nada, todavía. - Dijo Tyco con una sonrisa un tanto cómplice. - Por cierto, Nil ya sabe lo nuestro, Jeon, ya sabe que somos como él. -

- ¿Eh? ¿Así que ya se animó a decirlo en voz alta? - Dije riendo.

- Oye, pues ahora entiendo mejor tus arrebatos de mal humor, Jeon. Ya al menos sé que tan loco no estás. - Se encogió de hombros.

- Joder, ya estamos. Bueno, Tyco, ¿qué querías hablar conmigo? - Dije desviando el tema de conversación si no quería acabar estampándole el puño en la cara a Nil.

- Aquí no, vamos a entrar y con un café te cuento. - Asentí siguiendo a Tyco dentro de su casa, entramos a la cocina y me sirvió una taza de café, la llevé a mis labios dándole un trago pequeño, no quería quemarme.

Salí de la cocina y comencé a subir las escaleras hasta su habitación, entré sentándome en la ventana, apoyé los codos sobre mis rodillas y sostenía el vaso con ambas manos, Tyco al cabo de unos minutos subió y se sentó en el suelo delante de mí, ¿parecía nervioso? ¿era imaginación mía? Di un trago más al café y dejé el vaso en el suelo, haciendo un ademán con la mano para indicarle que podía empezar a hablar.

- Verás, cuando pasó lo de Kath aquella noche, fui a su casa a verla y saber si estaba bien, porque no entendía nada de lo que estaba pasando, la verdad. Y... - Quiso continuar hablando pero lo corté.

- Y le dijiste a Kath que me habías dado una paliza tú a mí, ¿no? - Dije mirándolo directamente a los ojos.

- ¿Qué? No, por supuesto que no. Dije que discutimos por una tontería, que sin querer ella salió lastimada y que tú la llevaste a su casa, porque no recuerda una mierda de lo que nos hizo. - Pasó la mano por su pelo, tiró de unos cuantos mechones exasperado.

- ¿Cómo que no recuerda nada? Estuve con ella ayer y no fue eso precisamente lo que me dijo. - Estaba muy confuso ahora mismo.

- ¿Ayer? Imposible, Kath no salió de su casa en ningún momento. Espera un momento, ¿qué tipo de pelo tenía Kath? ¡Dime! - Me preguntó zarandeándome por los hombros.

- ¿Cómo que qué tipo de pelo? Pues yo que sé, el de siempre. - Dije quitándome las manos de él de mis hombros.

- ¡Mierdas, Jeon, mierdas! - Gritó poniéndose de pie. Paseándose por toda la habitación, mientras daba patadas a todo lo que pillaba y un puñetazo al armario.

- ¿Qué pasa, joder? ¡Pensaba que te alegrarías de que diese el paso con ella! -

- ¿¡FUE ELLA LA QUE SE LANZÓ, VERDAD!? - Dijo poniéndose delante de mí, con los ojos rojos de la rabia. ¿Qué mierda...?

- ¡Y ESO QUÉ TIENE QUE VER!

- ¡QUE NO ERA KATH, PEDAZO DE GILIPOLLAS! - Me gritó dándose media vuelta y dejándome solo en la habitación, cerró la puerta de un portazo.

Espera, espera, ¿cómo que no era Kath? Claro que era ella, pero, ¿entonces por qué estaba así Tyco? ¿Acaso le gustaba y no me lo había dicho para no crear conflicto entre nosotros? No creo, no lo creo capaz de hacerme eso, tenía la cabeza llena de preguntas y me estaba faltando el aire de no entender una mierda. Salí detrás de Tyco minutos después, bajé las escaleras a toda prisa y vi a Nil tan tranquilo en el sofá acariciando a Hachi con una sonrisa un tanto misteriosa, y sus ojos brillaban con algo dentro de ellos que no podía describir, ni saber qué se le pasaba por la cabeza. A decir verdad no conocía nada de Nil, y me exasperaba su actitud de mierda en ocasiones. Salí al jardín al no ver a Tyco por ninguna parte de la casa, y ahí estaba, con el móvil sobre la oreja hablando con alguien, deduje que sería Katherine, pero a medida que me iba acercando sabía perfectamente que no era ella, era un chico con quien estaba hablando.

- ¿Me puedes explicar qué mierdas era lo que me has querido decir arriba, Tyco? -

- Ahora no, Jeon. -

- Joder, Tyc... -

- ¡AHORA NO, JEON! - Gritó cerrando los puños y pasándome por el lado. - En un rato vendrá mi amigo Yvan, así que no te pierdas que todas tus respuestas las tiene él. -

Magic Shop.  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora