DESPEDIDA DE SOLTERA

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¿Qué si la volví a ver? ¡Oh sí! Volví a verla. En el lugar más inesperado, en el momento más inesperado...

Mis amigas me quitaron la venda de los ojos. Era el día de mi despedida de soltera y ellas me habían preparado una sorpresa. Y vaya que, si fue una sorpresa, mi mandíbula casi se cae al suelo al ver el lugar al que me habían traído... Un club de striptease.

¿Están locas? ¿Pretenden que engañe a mi esposo el día anterior a mi boda? Dije algo molesta. Yo quería algo tranquilo para mi despedida de soltera, se los había comentado y me habían dicho que no me preocupara, que ellas se encargaban, pero... ¿A esto le llamaban ''Algo tranquilo''?

¡Vamos Yeo Jin, mirar no se considera engaño! Además, estoy segura de que él tampoco está siendo un santo en este momento Suspiré y rodé los ojos. Haseul, mi mejor amiga, tenía razón. Seguro que los amigos de mi novio, en breve esposo, le habían organizado algo parecido. Al final me resigné y me dejé llevar por ellas. Me guiaron hasta un reservado. Al parecer habían contratado a un stripper para nosotras solas. Antes de que empezara el espectáculo una de las camareras vino a tomar nota.

Buenas noches ¿Van a tomar algo? Absolutamente todo el vello de mi cuerpo se erizó al escuchar esa voz. Giré rápidamente hacia ella. A pesar del antifaz que llevaba, a pesar de los tonos rojos y azules de la luz que dificultaban la visibilidad, no había duda. Esa melena azabache y esos labios con forma triangular. Era ella... ¿Qué rayos hacía aquí?

Ella también me vio. Lo sé porque sus ojos no se apartaban de mí. La mano le temblaba un poco mientras tomaba nota y agachaba la cabeza para evitar que la reconociera. Pero ya era demasiado tarde. Todas pedimos un cóctel, aunque cada una pidió uno distinto. Desde caipiriña hasta mojito. Ella se retiró a la barra para prepararlos. Pude ver como las miradas de varios idiotas babosos no se separaban de ella. Menos mal que estaba prohibido tocar a las camareras, si alguien le ponía una sola mano encima no dudaría en cortarle los huevos.

Sé lo que están pensando. Que soy egoísta ¿verdad? Yo estoy a punto de casarme, pero no dejo que nadie se le acerque. Sí, lo soy, soy egoísta y lo sé, pero no puedo evitarlo. Hay una canción de un artista de kpop... Taeyang creo que se llama, que relata todo lo que siento perfectamente. Only Look At Me... ¿La has escuchado? Si no lo has hecho hazlo. Lo que él canta es lo mismo que yo siento en este momento.

Me levanté de mi asiento para ir hacia la barra. ¿A dónde vas? Escuché a Haseul preguntar.

He cambiado de idea, voy a pedir otra cosa Me excusé. Tenía que hablar con ella, necesitaba hacerlo. Meses sin verla, meses buscándola. Salía a pasear sola por la ciudad con la esperanza de encontrarla, pero Seúl es una ciudad grande, mis posibilidades de encontrarla eran 1 entre casi 10 millones. A pesar de que solía caminar por la zona donde ella vivía nunca la vi. Incluso llamé un par de veces a su portal con la esperanza de que contestara, pero o no estaba en casa, o no quiso responder. Es lo malo de los telefonillos modernos, que tienen cámara.

Olivia... Dije nada más llegar a la barra donde ella estaba preparando los cócteles. Tenía bastante práctica, me pregunto dónde habría aprendido... Quizá llevaba trabajando allí más tiempo del que yo pensaba.

¿Qué haces aquí? Creí que ibas a casarte Dijo sin mirarme, agitando la coctelera para después destaparla y ponerla en una copa que adornó con unas frutas y azúcar por los bordes.

Me caso en dos días, es mi... despedida de soltera Ni una reacción por su parte. Nada. Mi voz temblaba y las mariposas en el estómago apenas me dejaban respirar, pero ella parecía totalmente serena, concentrada ahora en el siguiente cóctel.

No creo que a tú futuro esposo le guste saber que estás aquí Dijo agitando la coctelera de nuevo.

Mis amigas me trajeron aquí sin mi permiso, además... prefiero no saber lo que está haciendo él Bromeé sonriendo, intentando sonsacarle una de sus sonrisas que yo tanto extrañaba, pero no lo conseguí. Su cara no había cambiado ni un ápice desde el momento en el que la vi, además de que el antifaz cubría buena parte de su rostro. ¿Por qué trabajas aquí? Pregunté tras unos incómodos segundos en silencio, segundos que se hicieron eternos para mí.

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