IV.

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Por el lado de nuestros jóvenes atletas, su día habían comenzado de manera no muy normal.

Todo empezó cuando regresaban de su práctica matutina. Al ser los representantes de su centro educativo tenían permitido entrar a las instalaciones, en este caso el local de su club, antes de la entrada autorizada para los alumnos, que era las 8:00 a. m. Baji no dejaba de presumir que había descubierto una nueva ruta que les permitiría llegar más rápido a su club después de sus ejercicios.

Y gracias a ese "magnífico" descubrimiento, todos los que habían asistido al entrenamiento matutino habían sido mojados con agua sucia de dudosa procedencia. Cada uno se encontraba en un estado de conmoción total, no terminaban de procesar que habían sido víctimas de tal desgracia.

Keisuke fue el primero en abandonar tal estado de asombro e indignación. Lo primero, y lo único, que su mente y cuerpo querían en ese preciso momento era golpear a la persona que les había tendido tan broma de mal gusto. Y pensó que lo había encontrado al levantar la mirada y distinguir, entre las ventanas del edificio frente a él, a un pelinegro con pequeños mechones lilas mal disimulados.

No lo pensó mucho y solo atinó a gritar y dejarse llevar por la cólera. Al menos hasta que escuchó <<Baji, cálmate. No te comportes como un animal>> que decidió por fin cerrar la boca.

Si bien la persona que tenía peor carácter del grupo era Baji, era imposible pensar en alguien más aterrador e intimidante que su propio líder, Sano Manjiro. El representante del club de taekwondo no se ajustaba al estándar del típico adolecente que se teñía el pelo solo por llamar la atención, o que practicara algún deporte que estuviera de moda y fuera llamativo para la vista de las mujeres u hombres, quien sabe.

Él no era así. Y aunque para muchos resultara intrigante su actitud tan infantil y quisquillosa, nadie ponía en duda que era capaz de romperte la mandíbula de una patada, o dejarte inconsciente al segundo siguiente del golpe y del dolor. Lo que ocurriera primero. Las leyes naturales y físicas no se aplicaban a él.

Es por este motivo, y para eludir una posible suspensión por un conflicto perfectamente evitable, es que decidió tratar el asunto del agua sucia en su club. Evitar las posibles miradas desdeñosas y burlas que lastimaran la moral de sus miembros era su prioridad.

Y, habiendo repasado los hechos acontecidos, Manjiro decidió hablar por fin con el chico más alto del grupo, quien se había mantenido en silencio todo el camino de regreso a los vestidores de su club.

-Entonces... -expresó Manjiro tanteando el terreno -, ¿Te has peleado con tu novio o es solo alguna broma de mal gusto por parte de su club?

Hakkai no sabía qué responder ante tal pregunta. Si bien su novio era la persona más gentil, bondadosa, cariñosa y con un amor desbordante hacia sus hermanas más pequeñas; no sería capaz de hacerle una broma de tal calibre. Él era sofisticado al actuar, perfeccionista al elaborar cada prenda que se le encomendaba, un líder nato en cualquier proyecto que realizaba, y por si fuera poco, cada cosa que planeaba la ejecutaba de manera óptima, sin errores.

Es por ese motivo que estaba 100% seguro de que el responsable no había sido su novio, pero sí alguien de su club. Y como buen líder que era salió a dar la cara por este.

- Estoy seguro de que hay una explicación razonable para esto -comentó de manera calma y segura, siguiendo con la mirada a su líder-. Lo conozco lo suficiente para saber que es incapaz de exponer a su club a una situación como esta. Hasta podría decir que ustedes dos se parecen mucho, capitán.

Al escuchar eso último Manjiro volteó la cabeza con un rostro sereno, el cual no se ajustaba a la pequeña línea que reflejaba una sonrisa en sus labios. Quiso refutar lo expuesto por su integrante más joven, pero la puerta de su club lo detuvo. Le pidió las llaves a un Baji ya más calmado, este se las entregó con un resoplido y la mirada ofuscada. Se notaba que solo quería quitarse el olor nauseabundo que lo rodeaba.

- Tal vez tengas razón, tal vez no. Depende de si llega a tiempo o no. Faltan unos 5 minutos, así que mientras ellos ingresan al club nosotros nos bañaremos. Si dejamos pasar más tiempo a Smiley se le escapará la sonrisa de la cara.

Todos giraron asustados hacía el rostro del chico con el pelo color durazno. Si de algo tenían que preocuparse era de la posible desaparición de esa sonrisa.

- Yo estoy bien -indicó con su característica sonrisa-. Llamé a mi hermano y le dije que no asistiría a la primera clase por dificultades con el club de costura -agregó, utilizando un tono desdeñoso para referirse al club.

- Es Economía Doméstica -corrigió Takemichi. Si bien no le gustaba toda la situación del agua, no permitiría que se burlaran ni avivaran más el cólera de Baji.

Manjiro, después de abrir la puerta y sacar la llave para guardarla, apartó la mirada del interior del club para dirigirla a sus amigos. Solo quería bañarse y tomar un poco del té que les traerían los del otro club. Pero antes de eso, debía corregir un par de cosas.

- Basta. Quiero que todos presten atención.

Y eso fue suficiente para que los cuatro varones frente a él lo miraran fijamente, atentos a lo que su capitán diría.

- Primero, cuida el tono que utilizas Nahoya. Si bien el asunto es desagradable, no significa que usaremos tonos desdeñosos y calificativos denigrantes para referirnos a ellos. Todos cometemos errores. ¿Entendido?

- Sí, capitán -exclamaron al unísono.

- Segundo. Ellos están asumiendo la responsabilidad. No haremos bromas, ni comentarios fuera de lugar. Confío en ustedes.

- Sí, capitán.

- Y tercero... -la voz de Sano era diferente para este punto, ya no estaba tan calmada al decir lo siguiente-, si me llego a enterar que alguno de ustedes pasó por alto a su palabra, tendrá adiestramiento personalizado al estilo Mikey de la Tokyo Manji Gang.

Y así, dejando a todos sudando frío, Manjiro emprendió camino a los vestidores. Los jóvenes parados en la entrada fueron entrando uno a uno, decidiendo casi de inmediato, en un consenso mudo, no molestar ni hablar más de lo estrictamente necesario, todo sea por un día más de vida.

- Baji, eso también va para ti. ¡Si quiere peyoung yakisoba en el almuerzo, pórtate bien! -canturreó con gracia Mikey, dejando a su amigo asustado de lo que podría ocurrir si soltaba la lengua.

El mencionado solo atinó a correr detrás de su líder, alzarlo cual saco de papas y llevarlo con una gran sonrisa en dirección a las duchas de los vestidores. Todos eran adolescentes hormonales, algunos más infantiles que otros cabe resaltar, y puede que no posean una actitud del todo elogiable, pero lo que sí merece roconocimiento es que conservan, a pesar de las adversidades que han pasado, un corazón digno de confianza y respeto.

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¡Hola! Aquí @_wish_wish con un nuevo capítulo para ustedes ^^

Lamento la tardanza :c la tesis me respira en la nuca, ya no quiero jugar a la universidad :c

Pero el lado bueno es que hoy me vacuné en mi ciudad :3 así que si les toca su dosis de acuerdo a su edad no duden en asistir. Cuídense mucho y nos estamos leyendo en los siguientes capítulos ^^

Tomen mucha agua y cuiden mucho su salud.

Pdt: No me he olvidado de la promesa sobre los tres capítulos por semana, el fin de semana por fin se verán las interacciones entre los integrantes del club :3

Pdt2: Justo cuando iba a publicar el nuevo capítulo, me doy cuenta que los "-" no se copiaron bien :c lamento si algunos comentarios se borran, amo leer cada uno y reir con ellos u-u

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AP CHAGUI... Puntadas directo al corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora