One Month 2. (STARKER)

6. Cómo Un Amor Vivaz.

[Tony]

Él ya había nacido.

El pequeño Edwin Stark estaba entre mis brazos. Era tan indefenso, tan tierno, no podía creerme lo lindo que era y lo rápido que había pasado el tiempo desde que supe que sería padre.

Tenía los pequeños ojos cafés que combinaban a la perfección con sus cabellos del mismo color, lucía muy hermoso, me sentía muy feliz y orgulloso de mí por el insignificante hecho de tenerlo entre mis brazos, por el hecho de que había tenido un hijo, y a pesar de las circunstancias que no eran las mejores, me sentía muy unido al pequeño Edwin, quien se reía de mí abriendo su pequeña boca mostrándome en el proceso sus blancos y pequeños dientes, tan solo verlo tan feliz causó una alegría en mí y seguí jugando con él y a moverlo por los aires simulando que volaba así como yo, así como su padre lo hacía.
Podría decir que yo le agradaba porque me sonreía mucho y se divertía conmigo pues reía a carcajadas.
Yo era su padre. Y él mi pequeño hijo. Me sentía de alguna manera superior, como si en mis manos tuviera la posibilidad de ser el mejor padre del mundo, ese padre que nunca tuve, ese padre sería yo con él.

—¿Cómo estás pequeño? Yo soy tu padre, sí, lindo, yo soy tu papá —él sonrió muy gustoso, como si le emocionase—. Eres muy lindo, sí, sí lo eres.

No era tan malo después de todo.
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Tenía tantas dudas que fácilmente podrían también englobarse con preguntas.
La primera de ellas era: ¿por qué de noche todo volvía a mí como un asqueroso deja vu?
¿Por qué era tan vulnerable cuando la luz de una bola fuego que misteriosamente flotaba en el desaparecía?
¿Por qué seguía extrañando a alguien que no debía extrañar?
«Por qué mi cuerpo carente de basto conocimiento me preguntaba todos los días por ti y ese amor que había florecido con la ayuda de ambos?
¿Dónde estabas? Porque te necesitaba más de que alguna vez en mi miserable vida creí necesitar a alguien, y podría decírtelo no importaba mi orgullo si se trataba de ti.
¿Por qué seguía sufriendo tanto por ti, por qué no podía solo olvidarte y ya?
¿Por qué siempre te apareces en mi sueños y me derrites con esa mirada acaramelada que me hace soñar aún dentro de un mismo sueño?
¿Por qué aún me haces vibrar como el mar mismo?
¿Por qué te amo tanto, Peter?
¿Por qué habían lágrimas brotando de mis ojos y melancolía surcando mi corazón?
¿Por qué me sentía así de incompetente e impotente?
¿Por qué quería llorar y gritar tan fuerte hasta que mi garganta fallecería así mismo como mi corazón fallecía lentamente a causa de tu ausencia?
¿Cómo era posible que el dolor de un corazón roto si existiese?»

Cerré los ojos y traté de dejar de pensar en tantas respuestas que no obtendría, en cambio mejor pensé en él.
En la primera vez que lo vi, en la vez que creí que era solo un jovenzuelo sin ninguna importancia mientras que ahora estaba llorando por él como un adolescente llora por un amor de verano.

Aún podía recordar su rostro cuando me observó por primera vez y todavía podía recordar el primer beso, que de manera valiente, me propinó en la orilla del mar como si de una película se tratase.
Si tan solo lo tuviera enfrente yo mismo iba a tomarlo de la camisa e iba a estamparle un fuerte beso para recalcarle que estaba muriendo por él, que por más egoísta y tonto que sonara, no quería estar más lejos de él.
Sabía que estaba en Nueva York, sabía que estaba bajo el mismo cielo que yo, pero lo que no sabía era si él ya me había olvidado.
¿Y si ya tenía a alguien más?
¿Y si lo nuestro podía ser solo un etéreo recuerdo fugaz?
«¿Qué podía hacer yo con mi corazón que deseaba verte y sentirse así como se sintió cuando estuviste con él?»