Placer en penitencia

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Prompt: Knife play.
Pareja: Wade Wilson x Peter Parker.

Advertencias: Contenido explícito, mención de sangre y relaciones sexuales, actos en contra de integridad física (heridas) todo consensuado.

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EL PLACER EN PENITENCIA. (SpideyPool)

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Tiene los ojos cerrados. Concentrado en el dolor y placer en su cuerpo.

Sisea cuando el filo de un cuchillo perfora la carne de sus antebrazos y muslos. Pero no sufre en realidad, sucumbe al dolor y se deja llevar.

Su erguido y erecto falo es escrudiñado por el interior de Peter, quien se mece sobre él con saltitos lujuriosos. Viéndole desde arriba a él y los cortes que tenía en todo su cuerpo, mientras raspaba con el mismo cuchillo la parte baja de su abdomen. Con superioridad y complacencia.

Hace no mucho conocía al muchacho, no más que dos meses, pero la situación era tal vez retorcida y agraciada para establecer un vínculo lo suficientemente rápido.

¿Cómo había llegado a esta situación, en su viejo departamento lleno de sangre y herido cogiendo con un crío ocho años menor? Wade no bien podría explicarlo, o al menos no con lógica.

Sólo había llegado a aquel bar de mala muerte, como había hecho diario desde la muerte de Vanessa, aquella mujer que había depositado su confianza en él y había rondado sus mañanas y noches por tanto tiempo. Esa preciosa persona que murió por culpa suya.

Él tiene la culpa, él tiene la culpa.

Wilson no podía con la culpa, ya no más. Sólo agonizaba y se intentaba matar, cosa que no funcionaba por ser inmortal, se regeneraba sin más, llorando sin poder escapar. Intentó ahogarse en alcohol, ahogarse en sexo.

Pero el alcohol no lo ahogaba y el sexo no le satisfacía. Al menos no hasta el día en que Peter le tomó de la mano en el bar y tras unos tragos se comieron la boca.

Con mirada psicótica y descarrilada el menor había pedido intentar algo, Wilson perdido se lo concedió y el menor enterró una navaja en su muñeca. El mayor se impactó, claro, y quiso empujarlo, pero la forma en que le tocaba, la forma en que le lastimaba... satisfizo un mínimo de su dolor.

Y acaudalado pidió mas, más besos del chico y más heridas. Tal vez era una penitencia que había de pagar, llenar su culpa con dolor pero con el placer aliviando su vicioso ciclo de auto castigo.

Era raro, hipócrita y soberbio, pero ahí yacía buscando a Peter, extendiéndole un juego de cuchillos bastante significativo para él. ¿Era justo usar aquellos cuchillos con que mataron a su amada?

Necesitaba un castigo, necesitaba algo para salir de aquel dolor.

-Ugh, mierda- gime al sentir el filo del cuchillo para pan abrir su pectoral y las paredes de Peter apretarle más. Sostuvo las caderas del castaño impulsándolas con salvajismo, sus talones apoyándose y levantando su hombría al choque.

Sudaban, jadeaban, sangraban. Sufrían y agonizaban de placer.

Necesitan placer, necesitan dolor.

Un placer que encontraban al pagar sus pecados y errores. Cortadas en precio de maldad en ambos.

-Umm, Wade así- suplica el menor, jadeando mientras tantea los cortes en Wade, sintiendo como cerraban rápidamente. Maravillado por eso toma una espátula, y reabre la gran herida en el pecho de Wilson, ahí a centímetros de su corazón y la reabre, repiqueteando para aumentar el ardor en esta. Wade se retuerce y voltea a ver, pero al notar la espátula voltea el rostro y sigue gimiendo.

Se sienten al borde, al borde del orgasmo. Así que se mueven con urgencia, acelerados y frenéticos, acercan sus rostros y se besan, sus lenguas perciben el sabor ferroso del plasma, pero lo saborean con enjundia.

Wade sufre, su organismo lucha por curarse pero Peter intercede, Wade se lo ha pedido.

Y Peter tampoco se salva, sus muslos están heridos con recortes finos y frescos, este no sana pero tampoco se desangra, no muere.

Ambos abren los ojos y se ven fijamente y lo saben, y lo saben. Saben lo necesitan

Necesitan placer, necesitan dolor.

Pero no de cualquiera, sólo de ellos.

Wade intentaba practicar aquello a solas, herirse y complacerse, pero sólo salía sangre y dolor, no estaba aquella sensación de alivio. Así que volvía en busca de Parker, con la vergüenza moral de pensar él le arrastraba a un círculo vicioso de tortura.

Pero no, ya sabía que no, porque al maldito desgraciado le encantaba, lo sabía por como babeaba al cortarle, como suplicaba con la mirada le raspara un poquito del filo.

Lo sentía en sus paredes contrayéndose y los gemidos airados que le propinaba. Ambos adictos a aquello.

Necesitaba a Peter.

Y Peter llevaba tiempo en la práctica, pero no se saciaba tanto como con él lograba, le había confesado. Y aún si parece retoño y tiene mirada de virgen cervatillo, los motivos de aquella penitencia eran oscuros, sabía, le había confesado.

Peter le necesitaba a él.

-Ya casi, ya casi- jadea alejando sus labios de los contrarios, jalando sus castaños cabellos y viendo su cuello estirar, su manzana de Adán brillando en la diaforesis. Peter asiente y estira la mano, esta tiembla ansiosa y debilitada, él también está a nada del orgasmo.

Toma el cuchillo para chef, ese grande y ancho, de filo alargado e imponente. Y lo acerca al cuello de su compañía, que jadea y manso se deja perforar, cerca de las clavículas y cerca de la arteria. Tan cerca de la muerte, pero aún tan lejos.

Aceleran las embestidas, el corte se profundiza y pasa la piel, apenas roza el músculo.

Wade por su parte pellizca la herida cadera de Peter, y el gime, gime agudamente y aprieta, aprieta su interior mientras dispara su orgasmo, manchando de blanco en el lienzo arrebolado y amoratado que era el abdomen bajo el.

Wade persiste un poco más, y se empieza a liberar, llenando al menor de su esencia y dolor.

Ambos jadean exageradamente, asfixiados en el éxtasis de terminar.

Se quedan acostados saboreando aquel placer. Las heridas de Wade se cierran, mientras esté abraza la escuálida cintura del chico sobre él. Que manso y delicado acaricia el pecho de Wade, que ahora suave y sin heridas permanecía.

Los muslos de Peter arden, pero se incorpora un poco, pero se interrumpe tras sentir la pesada mano de Wade sobre su nuca.

-Quédate un momento así, por favor- pidió susurrando. Mientras lo pegaba más a su pecho.

-¿Estás llorando?- preguntó el menor, con un gran nudo en la garganta.

¿Porque duele tanto un poquito de placer?

¿Por buscarlo en su penitencia tal vez?

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HSJSHKSAJJA, ¿QUE MIERDAS ES ESTO? NI YO SÉ.

Nunca escribo smut, así que esto es mucho para mí jeje

Nunca escribo smut, así que esto es mucho para mí jeje

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