No quiero amarte [Omegaverse]

Capitulo 1

El ocaso estaba en su punto máximo, tiñendo el cielo de un rojo carmesí y pronto este día habrá acabado. Parecía un paisaje hermoso, pero eso no le importaba a Scaramouche, de hecho, le era aburrido y sin sentido, ya que sólo le importaba cumplir sus objetivos y misiones que le encomendaba la Zarina.

El fatui se preparaba para tomar su bote debido que al fin había conseguido la Gnosis de la arconte electro y ahora su máxima prioridad era llegar a Snezhnaya. Debería sentirse feliz o al menos satisfecho de cumplir con su misión principal, sin embargo, se sentía decepcionado y molesto por lo fácil que la obtuvo. Él esperaba al menos haber visto la expresión de sufrimiento de la arconte al momento que se la arrebataba, pero fue entregada a cambio que dejara en paz por esta vez al viajero y no fue la misma Diosa, sino alguien ajeno. Sentía que le arrebataron su oportunidad de venganza. Por muchos años vago por el archipiélago sin comprender el sentido de su existencia, no tenia familia ni amigos, tuvo que sufrir humillaciones tras humillaciones, estaba perdido hasta que descubrió el origen de su existencia y la razón porque siempre estuvo solo: fue creado como un prototipo y abandonado a su suerte con un poder sellado en su interior. Odio Diosa y a sus seguidores, y los culpaba de su sufrimiento. Cuando al fin logro salir de Inazuma, recorrió las naciones de Teyvat buscando el sentido de su vida; gozaba de una eternidad, pero no era ni humano ni divinidad, solamente era una cascara vacía. Su cuerpo no era diferente a cualquier persona, e incluso descubrió que igualmente tenia un segundo género como omega, aunque no sufría los mismos estragos de un omega común. En el momento que llego a Snezhnaya, la Zarina lo acogió y le ayudo a liberar el poder que yacía sellado en él, e incluso en ese mismo instante recibió visión electro, controlando así su poder; ya no era más un simple recipiente sino era un Fatui. La arconte cryo le dio un propósito y no solo era la destrucción de los dioses, también quería que el mismo mundo ardiera, ya que en su corazón no existía piedad ni bondad, todo eso se lo arrebataron y nadie se apiado de él, sólo la Zarina. Ahora vivía por la Zarina y por si mismo, los demás podían ser mutilados y arrojados por un risco, a él no le importaba.

Estaba apunto de subir a su bote, cuando una ráfaga de viento impacto a sus acompañantes, haciendo que volaran por los aires. Molesto por los incompetencia y debilidad de sus camaradas, volteo a ver quien o quienes estaba interrumpiendo sus planes.

- Par de inútiles -Murmuro mientras giraba e invocaba su catalizador.

Sus planes se estaban retrasando y alguien debía pagar por ello, pero al enfrentarse a su oponente se encontró con un joven de pelo rubio platinado y un mechón rojizo, además sus ojos eran rojos carmesíes y por su atuendo podría asumir que era un samurái.

- ¿Qué es lo que quieres? – Pregunto mirando seriamente al otro, pero una extraña sensación le estaba asfixiando y un aroma a hojas de arce estaba quemando su garganta y nariz. No tardó mucho en sentir sus piernas temblar, y en consiguiente, caer sobre la arena. - ¿¡Qué mierda?! Maldi... – Intentaba desesperadamente respirar, pero el calor lo sofocaba.

El chico frente a él estaba en igual de condición y sólo gracias a su arduo entrenamiento se mantenía de pies, pero su instinto poco a poco se estaba apoderando de él. Kazuha miraba fijamente a Scaramouche, como si fuera un depredador observando a su próxima presa. Había venido con la intención de rescatar al viajero, pero al no encontrarle temió lo peor y no permitiría que aquellos Fatui abandonara el lugar sin decirle donde se encontraba su amigo, sin embargo, nunca espero que aquel omega hiciera reaccionar su alfa interior. Por otro lado, el sexto de los once Heraldos de los Fatui se resistía con todas sus fuerzas a su celo y debía eliminar aquel alfa antes que llegara a mayores; invoco su catalizador para atacar, pero no logro hacer movimiento alguno ya que la voz profunda del otro había logrado paralizarle.