Capítulo 3/Parte 4

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''A veces, el león te atrapa a ti.''

Aquellas palabras hacían eco en sus oídos mientras guardaba los artículos de limpieza en el armario. Oyó a la señora Coronel que cantaba en voz baja en la cocina. Se apoyó en el marco de la puerta y suspiró. Tenía que dejar de pensar en él. Después de todo, no eran amigos ni nada por el estilo.

― ________ ― la llamó la señora Coronel ―. Las bandejas están listas para preparar.

Entró de inmediato en la cocina, feliz por tener algo que hacer para mantenerse ocupada. Pero no resultó. Acomodar cubiertos no requería tanta destreza mental como para distraer sus pensamientos de Matt. No podía borrar aquel rostro de su mente. Perecía tan, tan…

― ________ ¿Qué estás haciendo? La voz de la señora Coronel interrumpió sus cavilaciones.

― ¿Eh? ― Se sobresaltó, asustada. Vio a la mujer que miraba azorada la bandeja. ― Oh, me distraje. Supongo que Jamie no necesita tres juegos de cubiertos.

― Mmm. Me parece que estabas pensando en algo muy serio ― comentó la señora Coronel, con un tono cordial ―. ¿Será que este lugar comienza a afectarte?

― ¿Afectarme? ― repitió ________. Por supuesto que sí. Afectaría a cualquiera. Santo Dios. Acababa de pasar las últimas dos horas refregando inodoros y conversando con gente que estaría muerta para Navidad. ― ¿Quiere saber si me deprime?

― Algo así. ― La mujer se dirigió a la cocina y levantó la tapa de la cacerola con los spaghetti. ― ¿Quieres hablar del tema?

________ la contempló detenidamente. En los tres días que llevaba trabajando allí, siempre había visto a la cocinera con una sonrisa a flor de labios y una palabra afectuosa para todo el que pasara por allí.

― ¿Cómo hace para evitar que todo esto la afecte? ― le preguntó por fin.

― No hago nada. ― Le dirigió una mirada distraída. ― Me afecta. Esto afecta a cualquiera. La gente viene aquí a pasar un par de semanas o quizás un mes; esperan la muerte y, mientras tanto, tú te encariñas con ellos. Aprendes a quererlos, te preocupas por su bienestar, y de pronto te sorprendes rezando para que se produzca un milagro, por que no quieres que se mueran. Se volvió y miró a ________. Pero se mueren de todas maneras y me molesta. Especialmente cuando se trata de personas jóvenes.

― ¿Cómo Matt?

La expresión de la mujer se convirtió en una sonrisa serena.

― Ese chico es especial.

― ¿Por qué?

― Tiene tanto para dar en este mundo. ― Meneó la cabeza. ― No es como la mayoría de los jóvenes. Es distinto. Sensible. Mira las cosas desde otra óptica porque se ha visto obligado a enfrentar algo que un chico a su edad no tendría por que asumir. Su muerte parece una injusticia. Cuando por fin le llegue la hora se me destrozará el corazón.

― ¿Entonces por qué hace esto? ¿Por qué se queda aquí?

― Es mi trabajo.

________ meneó la cabeza.

― Usted es muy trabajadora y una excelente cocinera. Conseguiría trabajo en cualquier parte.

― Bueno, gracias. ― La señora Coronel sonrió, orgullosa por el cumplido hacia su comida. ― Eres mucho más perspicaz de lo que creí. Sí, lo hago por que quiero. Por que alguien tiene que hacerlo y ese alguien bien puedo ser yo. Por lo menos, tengo oportunidad de dar a los pacientes un poco de alegría y bienestar en sus últimos días. Es lo que la Biblia nos manda y yo obedezco.

NO ME OLVIDES (Matthew Espinosa y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora