Capitulo único

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Tenía que admitirlo, estaba molesta, bueno, molesta no, enfadada. Era 5 de diciembre el mes en donde se cocina un banquete y te diviertes con tus familiares lejanos por la conmemoración del nacimiento del niño Jesús, cualquier familia en estás fechas estaría sacando las cajas de sus áticos para adornar toda su morada de arreglos navideños, contactar con sus familiares lejanos para acordar un día y reunirse, ir armando la lista de regalos para que santa claus la leyera y dejará ese pedido debajo del árbol navideño que desprende luz y festividad por todos sus orificios.

Pero su madre, mejor conocida como la enfermera Camila Noceda. La había llevado a su trabajo que parece un palacio lleno de ventanas negras con muchas personas de piel pálida vistiendo vestidos holgados de color verdes claros, desde mi asiento miraba a personas jóvenes y ancianos en sillas de ruedas o con una bolsa transparente colgando de un hierro largo que desprendía un tubo que hiba pegado en el torso de la mano, al ver esas personas mi hámster empezó a moverse para pensar mientras sacaba teorías de como iba pegado ese tubo a su mano, del por qué los ancianos ya no podían usar sus piernas será que... ¿Tienen rotas sus piernas? ¿Les da pereza caminar? ¿Los jóvenes les gusta llevar ese tubo cuando caminan por qué está a la moda? ¿Cuando sea grande llevaré uno igual? ¿Madre hará mi sandwich de mantequilla de maní? ¿Por qué tengo ganas de ir al baño? ¿Será que todo esto es un sueño en mi cabeza y en realidad estoy acostada en mi cama jugando con mis muñecas? Al pensar esa última teoría me emocioné tanto empezando a recostarme en la silla para cerrar mis ojos y poder despertar pero luego de unos minutos al ver qué no paso nada tuve que aceptar la realidad de saber que en verdad estaba en este lugar que lo único que transmite es sentirse enferma y con sueño.

Poso su codo en la posadera de la silla para recordar una y otra vez como un vídeo en su cerebro las indicaciones que le había dado su progenitora "Luz, te quedarás aquí, no te muevas, yo estaré en mi trabajo, si tienes alguna urgencia ven a la puerta de metal pero solo si es una emergencia, si me vienes con algo estúpido te castigaré quitándote todas tus muñecas de la bruja Azúcar o algo así" suspiré con frustración mientras movía mis pies de un lado a otro, las vacaciones de invierno las amaba con todo su ser, pero ahora las detesta, nunca pensó en decir algo como esto pero... ¡Deseo volver a la guardería!, Definitivamente estar aquí me está afectando el cerebro.

Mi paciencia se había acabado, con seguridad me levanté de la silla para ponerme como perrito en el suelo y gatear por todo el pasillo con mucha cautela para no ser descubierta pero todo su trabajo de ser sigilosa se fue al bote de basura cuando la doctora con la que trabaja mi madre me pisoteo el dedo meñique con la punta de su tacón, y juro que el grito fuerte y agudo que había soltado le dejaría cicatrices en su garganta. Rápidamente se agarró el dedo afectado escuchando murmullos por parte de los presentes que habían presenciado su grito vikingo amenazador, sabía que estaba en problemas pero el jalón que recibió por parte de la doctora la desconcertó tanto que su hámster dejo de funcionar.

—¡Me pueden explicar que demonios está haciendo una niña en esta sala! — exclamó la mujer mirando con enojo a todas las personas.

—Doctora Johnson, esa niña es la hija de la enfermera Camila Noceda la misma que trabaja con usted — soltó con nerviosismo una enfermera que había llegado un mes a ese hospital.

—Lo que me faltaba, maldita mocosa te pediré con seriedad que te vallas al rincón sin estorbar o te salgas ya que este lugar no es para niños si no que para pacientes con enfermedades grabes he incurables — soltó el brazo de la pequeña con brusquedad para luego seguir su camino mientras se arreglaba su cabello y soltaba un "si no se ponen a trabajar le diré a nuestro superior en este momento" esa oración fue lo qué faltó para que todos dejarán de ver a la niña y empezarán a hacer su respectivo trabajo.

La Niña De Ojos ÁmbarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora