Adrenalina

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Había sido una noche muy larga. La nata ya estaba montada, pero aún quedaba ponerle la guinda al pastel. Jimin estaba helado. Tenía muchas ganas de cruzar el portal y entrar en los dormitorios compartidos. Esa noche había refrescado y parecía que iba a llover. No se la quería jugar, tenía la cámara resguardada, pero le daba pavor que se mojara, que la foto se perdiese y todo el plan se fuera a la mierda.

Por fin llegó. Temblando, sin chaqueta y con los mofletes hinchados. Nada más pasar por la puerta Jungkook corrió hacía él. Se quitó la manta que tenía encima y le tapó.

-Jimin-ah... Estás helado.

Jimin solo podía asentir. Le encantaba ese recibimiento tan cálido. Se acurrucó un poco entre los brazos extendidos de su amante y cerró los ojos dejándose llevar por su aroma. Tenía sueño, estaba cansado, pero...

-Mi Jiminie... -dijo de forma cariñosa el menor de BTS.

Jimin se volvió a encender como una antorcha y salió de esa burbuja que había creado el maknae a su llegada.

-¡La foto! -exclamó Jimin.

-Lo hacemos ahora... No te preocupes.

-No ¡ya! Un ordenador, ¿dónde hay un ordenador?

-Jimin... Respira... -le imploraba Jungkook mientras Jimin iba de un lado a otro. JK volvió a sujetar los hombros del rubio intentando tranquilizarle-. Hace poco que saliste del hospital, por favor, tómatelo con calma.

Jimin asintió, pero siguió su búsqueda por la sala. Por fin encontró lo que quería. Conectó la cámara, pero el ordenador parecía no reconocerlo.

-¡Jungkook! ¡No va!

Jungkook, muy relajado, se sentó al lado de su nervioso novio y tocó el botón de encendido de la cámara.

-Qué poco has usado la cámara... La tienes que encender primero.

Jimin miró a JK como si fuera su salvador y le dio un rápido beso en los labios. Con la misma, volvió su cara a la pantalla del ordenador donde el dispositivo había sido reconocido. Jungkook, en cambio, se quedó mirándole en silencio.

-Te amo... -susurró el maknae por primera vez en mucho tiempo.

Jimin ni le había escuchado, estaba tan focalizado en encontrar la foto que obvió el resto del mundo.

-¡Aquí está! Con las manos en la masa.

Jimin volvió la cabeza hacia el moreno que seguía absorto en su rostro.

-¿Jungkook? -preguntó el mayor.

-Jimin -contestó Jungkook con sorna.

-¿Pasa algo?

-Un ángel pasa... -JK acarició el rostro del rubio.

Los mofletes de Jimin volvieron a enrojecerse.

-Jungkook-ah...

Jimin apartó la mirada del océano que le regalaba Jungkook con su mirada. Podría perderse en él media vida, pero ahora no era el momento. Hizo unas cuantas maniobras más en el ordenador y mandó la foto al móvil del joven.

-Vale, ¿y ahora? ¿Se la mando ya?

-Dame un segundo...

El rubio cogió su móvil para comprobar los mensajes de Taemin: "Ya está en su casa" "Descansa Jimin-ah y sueña conmigo". Jimin comenzó a responderle un gracias muy efusivo. Mientras, el maknae a su lado miraba el mensaje con cara de pocos amigos.

-¿Sueña conmigo?

-Jungkookie no estés celoso. Taemin ha hecho esto por nosotros.

-No estoy muy seguro si ha sido por nosotros o por ti.

Expediente Manila (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora