Jean:
Era una noche lluviosa, en el que el ruido de las gotas de agua era increíblemente relajante. Me encontraba recostado sobre mi cama, con la vista al techo, mientras sentía como mis parpados se volvían cada vez mas pesados y el ruido de la lluvia poco a poco se hacía inexistente. Me había quedado dormido, en un profundo y relajante sueño del que no quería despertar jamás.
Y de pronto, sin que siquiera pudiera darme cuenta, comencé a soñar. Me encontraba rodeado por un hermoso campo de cerezos, y el radiante sol empezaba a ocultarse. Dándole un tono anaranjado al cielo, mientras la brisa de verano me tocaba cada centímetro del cuerpo. El paisaje era sencillamente precioso, y que transmitía paz.
Y entonces... la vi.
La chica mas hermosa que jamás había visto en toda mi corta vida. Era increíblemente bella y se encontraba parada a tan solo unos metros de mi. Tenía una estatura considerablemente alta, era delgada, con unos hermosos ojos de un color gris casi negro, y un precioso cabello azabache con un pequeño mechón que le caía por en medio del rostro.
Su rostro parecía haber sido creado por los mismísimos ángeles. Era como ver el rostro de una muñeca hecha de la mas fina porcelana. Ella mi miro directamente a los ojos, y sentí como el corazón se me aceleraba en el pecho con la fuerza de un relámpago. Me sonrió con la dulzura de una niña y me derretí por dentro.
Tenía un vestido de color rosa, que resaltaba su belleza de una manera increíble. Se giro sobre si misma haciendo ondear su larga falda que parecía estar hecha de lino. Y comenzó a correr en una dirección contraría a la mía, como si me incitara a seguirla y averiguar cada uno de sus secretos.
Y eso hice. Comencé a correr en su dirección tratando de alcanzarla, quería saber todos y cada uno de los secretos de quien parecía ser la diosa del amor. Quería escuchar el sonido de su voz, quería acurrucarla entre mis brazos, y besar sus hermosos y femeninos labios de color rubí
Entonces escuche un sonido que me provoco un estallido de felicidad por todo el cuerpo. Ella se había detenido, y soltó una angelical carcajada para después voltear hacía atrás y mirarme con sus hermosos ojos de color gris, de nuevo me sonrió, formando una hermosa curva en la comisura de sus labios.
Corrí tan rápido como mis piernas me lo permitieron, casi como si mi vida dependiera de alcanzarla. Atravesar ese acogedor campo de cerezos era como surcar los cielos, y ver los ojos de aquella chica de cabello azabache que acababa de robarme el corazón, me hacía sentir que volaba y que nadie podía atraparme.
Pero como en cualquier otro sueño... siempre tienes que despertar.
Era de mañana, y la luz del sol empezaba a colarse a través de mi ventana, me sentía feliz, había tenido el mejor sueño de toda mi existencia. Pero a la vez, me sentía terriblemente frustrado, hubiera dodo lo que fuera con tal de que aquel sueño nunca se terminase. Hubiera dado lo que fuera, por saber el nombre de la chica que había logrado cautivarme de una manera que jamás habría podido imaginar.
Decidí levantarme de la cama y tratar de olvidarme de todo el tema de mi sueño. Usando como distracción mi pasatiempo favorito, y una de las cosas que mejor se hacer. Tome mi carpeta de dibujo y un lápiz de mi pequeña mesa de noche. Me cubrí el cuerpo entero con las sabanas de mi cama, y comencé a dibujar.
En un inicio no tenía muy en claro que era lo que iba a plasmar en aquella hoja de papel, solo dibujaba lo primero que se me venía a la cabeza, esperando poder obtener algún resultado que fuera medianamente aceptable.
Pero mientras mas trazos hacía mas se aclaraba mi dibujo en la hoja. Fue entonces cuando me di cuenta de que lo que estaba dibujando era el rostro de la chica que había visto en mis sueños. Dibuje su largo cabello negro, sus preciosos ojos grises, sus labios finos y de color rubí, su puntiaguda nariz y su frente ligeramente amplia.
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Un mundo nuevo
FanfictionTres años han pasado después del retumbar de la tierra y de la muerte de Eren. Ahora Mikasa y Jean son embajadores de la paz, y tienen una vida tranquila y plena en Paradise. Sin embargo el destino volverá a unirlos y les enseñara que el amor no tie...