Cap 7: Mi Dulce Miel

21 7 23
                                    

Daniel

Después de haber despertado a Gabriela, le dije que fuéramos a desayunar, ya que mi mamá había hecho desayuno. Bajamos y luego de que mi mamá le preguntará a Gabriela que si había dormido bien y ella diciendo que si había dormido bien, empezamos a comer.

— Mmm Señora Samantha esto está divino. ¿Que es?

— Gracias cariño, y ya te he dicho que me digas Samantha que el "señora" me hace sentir vieja, y eso lo que estás comiendo es unas ricas empanadas de queso con una rica chicha.

— Oh, es raro, nunca había comido algo así, y menos en el desayuno.

— Si es que mi mamá viajo a algunos lugares del mundo y conoció sus costumbres, y sus comidas.

Gabriela hace una gran "O" con su boca.— Eso es fantástico seño...digo Samantha.

— Es más rico cuando vas a la playa y comes eso de desayuno con un refresco llamado Malta. —comenta mi mamá con una sonrisa en su rostro al imaginar eso, digo yo.

— Yo también quisiera viajar por el mundo, o algunas partes de él, ¿Y a dónde viajo que conoció está rica comida? —pregunta Gabriela mientras muerde su empanada.

— Es un país que ahora no está en su mejor momento, pero es lindo, y hay personas muy amables, se llama Venezuela, deberías ir un día, tiene lugares muy bonitos.

— Wow, quiero ir.

— Te voy a mostrar algo. —dice mi mamá mientras se levanta de la mesa y se va del comedor para buscar algo.

— ¿Tú has ido? —esta vez me pregunta a mí, y en sus ojos puedo notar emoción y curiosidad.

Me parece muy tierno, ya que se parece a una niña pequeña.

— Tristemente no fui, mi mamá no había ni siquiera conocido a mi papá.

— Oh, se que no debo meterme en esto, ¿Pero dónde está tú papá Daniel?

— Te diría que eso quisiera saber, pero ya no me interesa su vida ni lo que haga con ella.

— Ah, está bien, lo lamento no debía preguntar.

Yo solo miro mi empanada, aprieto la servilleta que tengo en mi mano para tratar de calmar mi enojo.

Ja! ni siquiera debería llamarlo padre, después de lo que él hizo.

Siento una mano tocando mis nudillos que ya estaban blancos. — Daniel, tranquilo, lo que haya pasado, fue hace tiempo, tú y tú mamá tienen una casa muy bonita, eres bueno en tus estudios y en el básquet, tú mamá es buena en su trabajo, ustedes ya están bien. Lo que sea que el haya hecho, les demuestra que pueden seguir y levantarse.

« Los dos son muy fuertes, se tienen los unos a los otros, yo...yo nunca tuve a alguien, y cuando lo tuve me los arrebataron. —agacha su cabeza y suelta mi mano, me provoca decirle que no está sola, que ahora me tiene a mí, que nunca la dejaré sola, pero llega mi mamá con su álbum de cuando viajo por algunas partes del mundo.

— Aquí está —pone su álbum en la mesa, pero nota a Gabriela y decide preguntarle: — Cariño ¿Pasa algo? ¿Estás bien?

— Si, solo que me hubiera gustado conocerlos antes. —trata de sonreír, pero lo único que logra es una sonrisa triste.

— Ay cariño, agradece que por lo menos ya nos conoces, mejor tarde que nunca. —mi mamá se acerca a ella y la abraza, yo solo puedo verlas desde mi asiento mientras me termino mi empanada. — Ahora vamos a ver mis fotos de cuando viaje a Venezuela, ¿Ok?

— Está bien —mi mamá le regala una sonrisa, y Gabriela se la devuelve. Me alegra que por lo menos se agraden.

Mi mamá abre el álbum y le empieza a contar cuando estuvo en Bahía de Cata, que según Wikipedia es una playa ubicada en Venezuela, estado Aragua.

— Es hermoso, tienes que ir un día, esas olas son fuertes, hasta te llevan a la orilla, pero es muy divertido —explica mi mamá con una sonrisa al recordar eso, pero tuve que interrumpir para recordarles que tenemos escuela. — oh verdad que sí, pero que les parece si hoy faltan a la escuela y vienen conmigo al trabajo, quiero que conozcan diferentes clases, y otro ambiente. Creo que sería bueno para ambos.

Se que lo dice por la actitud de Gabriela ayer, seguramente piensa que es porque le hicieron algo a Gabriela en la escuela ayer.

— Oh señora Samantha me encantaría ir, pero no quiero que me regañen por no ir a clases hoy.

— Una vez al año no hace daño. —dice mi mamá.

— Bueno está bien Sam. —dice Gabriela rindiendose.

— Perfecto voy a ir preparando el carro, ustedes apúrense y laven los platos. —nos señala mi mamá amenazandonos pero con un poco de emoción en sus ojos porque vamos a ir a su trabajo.

Después de mi mamá ordenar eso se levanta de su asiento y se agarra su saco azul oscuro que combina con su camisa blanca con un botón desabrochado, su falda de tubo azul marino, y sus tacones blancos. Mi mamá es hermosa, con sus ojos marrones, sus labios carnosos, su cabello rubio, sus lentes color turquesa, perfilada, un buen cuerpo, de 44 años, mi mamá simplemente es hermosa, podía tener a cualquier hombre, pero desde lo de mi padre decidió quedarse cuidarme y estar ahí para mí, lo cual agradezco, ya que no se que habría pasado si no hubiera está ahí para mí.

— Yo limpió la mesa y tú lavas los platos. —me ordena Gabriela.

— Si señora. —asiento como un niño obediente.

Hoy no habrá escuela chupi

Celebro en mi mente mientras me levanto y agarró los platos para lavarlos.

— Hoy será un día divertido, iré al trabajo de tú mamá —dice muy emocionada Gabriela.

Y sí, hoy será un día divertido, y tal vez interesante, lo presiento.

~+~

Wenas wenas

Sip, se que me tarde DEMASIADO, y no pondré a la tarea como excusa porque apenas empecé ayer, entonces solo les puedo decir que lo siento. Y si, se que es muy corto, pero en el próximo cap narrará Gabi, ya que le toca y al fin veremos el trabajo de la mamá de Daniel.

¿Pero que creen ustedes qué pasó con él papá de Daniel?

Yo sé pero no les diré Muajajajaja

Ok no

Aprovecho para decirles también que actualizaré una vez por semana, pero esta semana volveré a actualizar como un regalo por su insistencia y su paciencia por esperar este cap.

Pero bueno ya no los aburro más, esperen con ansías el cap 8, y la otra semana será el 9, y luego el 10 y luego el extra que emoción.

Espera, dije demás, hagamos que no dije que habrá extra de nadie.

Bueno adiós mondongos

Besitos 😘

<3

Disfruta De La Vida O De Disfruta De La MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora