Celo, deseo, amor...
“¡Súbele a la música, ChimChim!”.
Fiestas, amigos, diversión...
“¡Vamos por otra ronda de Whisky!”.
Y cómo no, alcohol...
“¡Ahora el Tequila!”.
Nocivo aunque exquisito alcohol; sustancia más deliciosa no existía, no al gusto del alegre Kim TaeHyung, el popular muchacho tan amado por medio campus como haejangguk para el que padece resaca.
“Oye TaeTae, creo que deberías parar”.
Era carismático, amable y encantador, nadie se negaría a su hermosa sonrisa.
“¡¿Por qué?!”
Sin embargo, hasta el más noble de los hombres posee un talón de Aquiles aun si príncipe dice ser.
“¿Qué si cometes una locura y te arrepientes mañana?”.
Y este definitivamente era el alcohol.
“¡No me voy a arrepentir de esto, hey tú, prepárame ese Ajenjo!”.
— ¡Me arrepiento mierda, no sabes cuánto me arrepiento pero ayúdame por favor, JiMinnie! — Todo el mundo sabía que TaeHyung era un gran bebedor, del tipo capaz de soportar licores con una graduación mayor de 70% sin morir en el intento, pero incluso los reyes tienen sus límites.
Y TaeHyung fue arrogante.
— ¡¿Quién te manda a beberte toda una botella de Absenta y meterte con la novia de Jeon JungKook?! —.
Ciertamente no lograba recordar nada ante la amnesia alcohólica, pero la erótica lencería femenina y su propia ropa regada por toda la lujosa habitación del hotel donde despertó explicaba todo por sí solo.
— ¡Tú solo ayúdame a esconderme de ese loco bastardo o tu mejor amigo dormirá hoy con los peces! — Y aunque resultaba difícil huir del furioso Jeon JungKook ante el espantoso dolor corporal que cargaba desde que abrió los ojos, prefería aguantarlo si con ello tenía posibilidades de sobrevivir un día más para evitar el regaño celestial de Cristo.
Pues nadie querría ser asesinado a manos de ese psicópata narcisista.
Jeon JungKook, era el guapo Adonis de su universidad, mismo que pese a ser de nuevo ingreso, ganó fama rápidamente con su frívola personalidad e impresionante atractivo.
El problema recaía en el día que se conocieron, porque JungKook seguramente ya lo odiaba desde entonces, y sumándole ahora que su novia lo engañó con el odioso Sunbae que le presionó a meterse a un molesto concurso de belleza...
— ¡Kim TaeHyung, detente ahí! —.
Bueno, se consideraba hombre muerto cuando JungKook fue a buscarlo hasta su clase.
— ¡Carajo, ahí viene! —.
Y solo una cosa llegó a su mente mientras huía de la muerte:
“¡Maldito seas, diablo verde!”.
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To another dog with that bone
FanfictionEl poderío de la elocuencia es primordial en una dinastía abundante de injusticia, haciendo del más puro una oveja negra o, paralelamente, un lobo en pieles de cordero. La cuestión aquí es saber diferenciar entre dos males, un ingenuo enamorado... y...