En otras vidas

2.

A-Cheng siempre se había llevado bien con los gatos, con los perros era un 50% y con los niños un -50%.

Incluso cuando era pequeño si no fuera por sus hermanos se habría quedado sin amigos, los niños lloraban al acercarse a él hasta hacerlo llorar también. Se había rendido rápidamente porque no lo veía como un problema, ahora que veía su vientre plano con su imaginación volando si lo era.

Salió de casa de su hermano exigiendole que no dijera una sola palabra a nadie, y con eso se refería a su esposo.

Se dirigió a su pequeño departamento donde había pasado los últimos días en soledad.

Había planeado mantenerlo en secreto, después de todo iba a abortar así que era mejor si nadie se enteraba y solo él cargaba con todo pero entonces su voluntad fue disminuyendo. No estaba seguro si se arrepentía.

Una llamada lo trajo de vuelta al mundo real, vio el nombre de Lan Xichen en sus contactos y casi, casi se puso a llorar. Malditas hormonas.

-Cariño, buenas noches - La voz de su novio sonaba cansada y distante. Había sonado así desde hace días, incluso antes de irse de viaje. A-Cheng se preguntaba a diario si el amor se estaba acabando.

-Hola, ¿Ya cenaste? - Pregunto después de calcular las horas de diferencia unos segundos en su mente.

-Aun no, estuve en una reunión de horas. ¿Y Tú?

-Fui a casa de tu hermano, comi con ellos - Aunque apenas había probado un par de bocados.

-¿A-Yuan llegó? - La voz antes cansada ahora cambió por completo, al contrario de A-Cheng su novio amaba a los niños y los niños lo amaban a él. Ese pensamiento de pronto lo puso muy triste.

No era justo, él no había buscado embarazarse en medio de una crisis de su relación. Él no había buscado embarazarse nunca, no había estado en sus planes de vida, y listo.

Ahora estaba jodido.

-Si, él es muy lindo y está feliz.

-Deberia llamar a WangJi, necesito conocerlo. Te amo A-Cheng, adiós - Y colgó luego de esperar unos segundos por una respuesta que intuyo no obtendría.