-¿Has oído de él? Es un Vigilante.
-Pero hace algo extraño ya que cuando hay niños se los lleva.
-Nadie sabe a dónde es que se los lleva, pero se los lleva.
[-¿Quieres venir a Neverland?-le pregunto mientras estiraba una de sus manos.
El niño estiró...
Cerro sus ojos y dejó que la brisa acariciara su rostro.
Dejo que sus problemas y preocupaciones se fueran, que se alejaran por lo menos esta noche.
El muchacho de 15 años se encontraba sentado en una de las muchas azotea de la ciudad, había estado observando el cielo nocturno hasta que sus pensamientos de llenaron de dolor y muerte.
Abrio sus ojos y estiro una de sus manos hacia la luna llena, deseando que la luz lunar le trajera un poco de paz.
Aunque sabía que eso era imposible.
Él estaba perdido.
Era un Niño Perdido.
Un niño que se perdió en la oscuridad y en el dolor ,incapaz de ser salvado.
Incapaz de ser encontrado.
"¿Aúnestoy perdido...? Ya a pasado tanto tiempo que no lo sé...¿Yo aún soy un Niño Perdido?" Pensó el chico mientras bajaba el brazo.
El joven movía sus pies tratando se mantenerse entretenido, su turno aún no había terminado.
Tenía que durar hasta el amanecer.
—¡Peter!—le llamo una vocecilla infantil.
El chico se dio la vuelta solo para encontrarse con una pequeña que corría hacia él.
—¿Qué quieres, Wendy?—le pregunto el chico mientras veía como la niña se acomodaba la bufanda.
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—El resto de los Niños Perdidos quiere saber cuando vas a regresar a Neverland.—le dijo la pequeña mientras lo veía.
El chico sonrió.
—En la mañana regresaré a Neverland pero por ahora debo cuidar de las Sirenas.—le dijo mientras se paraba y veía como un hombre desconocido se acercaba a una joven.
Él sabía quién era ese hombre.
Había aparecido en las noticias.
"Un vil perdedor que abusa sexualmente de las mujeres y después las mata al enterrar un cuchillo que siempre lleva consigo,hasta ahoraes buscado por un total de 3 homicidios." Pensó el chico mientras apretaba sus puños.
—¿Hay una Sirena en peligro?—le preguntó Wendy mientras se acercaba a él.—¿Un Pirata vino aquí?
El muchacho se dio la vuelta y se agachó hasta quedar a la altura de la niña.
"Los niños solo deben comer hasta sentirse llenos, dormir cuando se sientan cansados y jugar hasta que se aburran o estén felices." Pensó el chico.
±Hay una Sirena en peligro por eso yo como Peter Pan debo ir a salvarla.—le explico mientras le sonreía.—Voy a regresar a Neverland, siempre regresaré.
Wendy sonrió con alegría y asintió con la cabeza.
El cuerpo de la niña brilló por algunos segundos y después desapareció por completo.
El chico se paró y regresó a la orilla de la azotea.
Ni el hombre ni la Sirena estaban a su vista, chasqueo la lengua y empezó a saltar por las azoteas.
Busco a la Sirena con desesperación.
Ese hombre ya había matado a 3 mujeres antes.
No podía dejar que lo hiciera por cuarta vez.
—¡PETER!—grito una voz fuertemente lo que hizo que se detuviera de golpe.
Debido a que frenó de manera sorpresiva se terminó cayendo pero rápidamente se recuperó.
—¡PAN!—grito de nuevo la voz.
Se dio cuenta que la voz era más fuerte por el lado derecho así que corrió hacia esa dirección.
Doblo en 2 callejones y vio a la Sirena tratando de quitarse al hombre de encima.
Sin dudar Peter Pan corrió hacia ellos por atrás y le dio una patada en la boca al tipo.
La Sirena se acercó a una de las murallas mientras lloraba.
—Ve a la Laguna.—le dijo sin mirar y la Sirena obedeció.
Peter Pan miró al hombre y vio como este se paraba y escupía un poco de sangre.
Las patadas de Peter Pan nunca eran suaves, las daba con toda su fuerza y más de una vez había roto la nariz de su contrincante.
—Maldito crío.—dijo el hombre mientras sujetaba un cuchillo pequeño.
El hombre levanto la mirada y de inmediato sintió miedo.
Zapatos rojos que llegaban un poco más arriba de los tobillos, los zapatos tienen suelas de hierro que está manchadas con sangre.
Pantalones negros y algo holgados que llegan hasta un poco más abajo de las rodillas, los pantalones están cortados al estilo de zigzag y debajo de los pantalones llevaba vendas.
Una camiseta holgada de color negro que claramente le queda grande, la camiseta esta sujetada con un cinturón negro sin diseño.
Un par de guantes negros cubrían sus manos, los guantes sin diseño estaban cubiertos de manchas de sangre seca.
En la boca lleva una tira de tela color negro con diseño de dientes blancos y sobre la cabeza un gorro holgado con forma triangular de color negro y una pequeña pluma roja.
—¿Peter... Pan?—dijo el hombre asustado mientras los ve.
Las manos del hombre que estaban rodeadas de pequeñas llamas se empezaron a apagar.
—Entonces me conoces.—dijo el joven mientras se acomodaba el pedazo de tela con diseño de dientes.—Entonces sabes a que vine.
La tela negra quedó bien sujeta con un nudo dándole al muchacho la apariencia de tener una sonrisa perversa.
—No, yo no... yo no hice nada.—dijo el hombre mientras daba algunos pasos para atrás.
—¿Qué no hiciste nada?—le pregunto con tono sarcástico y divertido.—Matar a 3 mujeres acaso no vale algo ¿Tratar de dañar a una Sirena no es nada?
—¡Era una maldita zorra!—grito el hombre tratando de dar una explicación.—¡Se les da dinero para...!
Antes de que pudiera seguir hablando Peter Pan se acercó corriendo a él y le sujetó del cuello.
—Yo que tú no sigo hablando.—dijo el joven con un tono peligroso.—Ya vas a morir con dolor, no hagas que decida torturarte antes.
El hombre ni siquiera se dio cuenta cuando el cuchillo pasó de estar en su mano a la del muchacho.
Solo sintió como se le era enterrado en el cuello de manera lenta, una mano cubría su boca para impedirle gritar.
En cuestión de minutos Peter Pan se encargó del hombre, lo dejó tirado en el callejón y soltó el cuchillo.
Ya que llevaba los guantes no había dejado evidencias.
Rápidamente se acercó a la escalera de incendios que había en un edificio cercano, saltó para poder alcanzarla y empezó a subir.
Al llegar a la azotea aflojó la tela negra que cubría su boca y dio un suspiro.
