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El fin de semana pasó en un abrir y cerrar de ojos, como si ese fragmento de mi vida se hubiese reproducido a la cuádruple velocidad de lo normal. Bien dicen que cuando disfrutas de lo que estás haciendo el tiempo pasa volando. Aunque pasaba tiempo con Melanie entre semana no era lo mismo que los fines ya que solo estos últimos dos días no me involucraba para nada en el trabajo, además dentro de poco comenzaría a reunirme con Carlos para discutir los próximos proyectos que en los que estoy trabajando, así que lo único que quiero es tener más tiempo con Melanie antes de comience a atarearme de trabajo de nuevo.

De todo en mi vida de lo que podría arrepentirme en un futuro es de no pasar tanto tiempo como me sea posible con Melanie, disfrutar de su niñez, verla crecer, que sienta que estoy con ella y para ella. No estoy dispuesta a cometer ese error.

-Bien, Bianca saldré de paseo unas horas con Melanie quizá no llegué para la comida ¿Podrías encargarte de eso, por favor?

Me confirmó con un asentimiento y salí del departamento. Fuera del edificio se encontraba Cristóbal esperando por nosotras.

-¿Y ese auto? –pregunté extrañada al verlo recargado en él. Su rostro mostraba una sonrisa arrogante.

-Es mío. Acabo de adquirirlo. ¿A que es lindo? –decía arrogante.

Era un auto hermoso, aunque lucía demasiado lujoso...

-¿Cómo es que tienes dinero para un automóvil pero no para comprar o alquilar un departamento Cristóbal? –Esto era muy sospechoso –Dime que no vendes drogas Cristóbal.

Comenzó a reír fuertemente. Mi rostro mostró un gesto de estupefacción que cambié rápidamente por una sonrisa cuando Meli comenzó a reír junto a él.

-Tranquila hermana, solo es prestado.

-Oh no Cristóbal. Esto no me gusta para nada –Dije deteniéndome justo antes de entrar en él.

-¡Anda! Ya habíamos quedado en pasear a Melanie -Lo miré mal. No estaba completamente convencida de subir junto a mi hermano... –Sube al auto Yen.

-De acuerdo ¿por qué tanta urgencia? –al final terminé accediendo.

Cristóbal llevaba consigo una manta y una canasta con refrigerios. No me mencionó nada pero bueno así es Cristóbal. Teníamos mucho tiempo sin parar en un parque y hacer un picnic, era lindo regresar a esos tiempos donde teníamos tranquilidad. Me resultaba extraño que Cristóbal tuviera esta iniciativa cuando, al morir nuestros padres, nunca más quiso hacer algo parecido.

Decidí no hacer preguntas, a veces hay temas en lo que es mejor no tocar sino hasta que la persona afectada decida dar el primer paso para esa conversación. Mi hermano suele ser inmaduro en diversas ocasiones, pero sé que en el fondo es una persona que se preocupa demasiado, quizá él me diga que no le inquieta no tener un trabajo o conseguir un departamento, pero yo sé que así es. Pero entre más tiempo pasaba, más inquieto se ponía.

-Bueno Cristóbal ¿Qué pasa? Desde que llegamos has estado ansioso e inquieto. ¿A quién esperas? –La imprudente me dicen.

Creí que evadiría mi pregunta e iniciaría a juguetear con Melanie con tal de no responderme pero no fue así.

-Sé que es una locura pero... conocí a una chica en internet, quedamos en conocernos hoy –respondió sonriendo del nerviosismo –dentro de 10 minutos.

Me hubiese imaginado cualquier cosa, de verdad, pero no esto. ¿Cristóbal en una cita?

-¿Y entonces por qué estoy aquí?

-Eres como mi "plan B" si ella no viene, aun puedo quedarme contigo al picnic.

-Y si ella viene, nos desplazarás a mí y a Melanie –Dije casi en un puchero.

Adoptando Un FuturoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora