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Ambos corazones habían sido obligados a separarse por la distancia y después obligados a olvidarse pero su amor triunfó al final gracias a la ayuda de las buenas amigas de ambas chicas.
Sin ellas quizás hubiesen sufrido por más tiempo.

Hoy de nuevo Mina y Chaeyoung  volvían a estar juntas. La Luna y las estrellas brillaron en todo su resplandor en el cielo celebrando su reencuentro.
Ellas habían sido testigo de su primer beso en aquella solitaria azotea, ahora eran testigos de su tan esperada reconciliación.

El beso había durado varios minutos devolviéndoles el alma al cuerpo a las dos, nadie quería separarse pero su respiración llegó a su límite, tuvieron que hacerlo.—Te amo—Volvió a repetir Chaeyoung con los ojos cerrados apenas despegó con lentitud sus labios sobre los de la contraria—Te Amo...—De nuevo dijo con todo el amor que tenía para ella tomándola de la cintura y girándola por el aire llena de felicidad.—¡Te amo!—No cabía de felicidad. Esa mujer era el amor de su vida, eso no había dudas.

—Chae... no... basta...—Mina chilló cerrando los ojos fuertemente sobre su hombro aferrada con todas sus fuerzas a su cuerpo.—Me vas a dejar caer... bájame.—protestó.

Con delicadeza la hizo pisar el suelo de nuevo—Nunca...—La tomó del rostro y la miró directo a los ojos—Jamás dejaré que te pase nada malo.—Se acercó a ella y la besó por segunda vez, no con un beso apasionado, no, más bien un beso cariñoso, delicado y dulce. Como si temiera romper sus labios con la mínima fuerza.—Te amo Myoui Mina...—Con los ojos cerrados sobre sus labios dijo—Y daré mi vida si es posible para hacerte feliz.—

—Si tú estás a mi lado seré feliz.—Un pequeño beso le robó haciendo que la otra abriera los ojos.—Tu-Tu eres lo mejor que me ha pasado, Chaeyoung. Jamás me arrepentiré de haber venido a Corea ese fin de semana.—Mina suspiró profundo besando su frente para luego descansar la suya ahí.—Y Yo... yo también creo que te amo.—Y ahí estaba esas dos palabras tan especiales saliendo de sus labios y especialmente desde lo mas profundo de su corazón.

Sorprendida la coreana se separó de ella.—Oye, oye, no te sientas presionada a sentir lo mismo que yo, quizás con el tiem...—

—Realmente te amo.—La interrumpió—¡Dios! Casi muero en Japón sin ti—Sonrió con tristeza—Y-Y lamento todo lo malo que te dije y haberte ignorado todo este tiempo.—Y rompió en llantos frente a ella. Chae negó con la cabeza y la acercó a ella, pegando su frente con la suya.—Lo siento por haberte dejado sola...—Lloró aún mas—Eres tan buena que estás aquí diciéndome que me amas y no mandándome al diablo por haber sido una completa idiota por dejarme llevar por las cosas y no escucharte y creer en ti.—dijo ahogándose en llantos.

—Ya, ya amor, no llores.—La consoló besado su frente y después abrazándola.—Eso ya no importa, ya pasó.—Le dijo besado ahora su cabello sobre su hombro.—Lo que importa ahora es que tú y yo nos amamos .—

—¿Me perdonas?—preguntó separándose de ella con los ojitos llenos de lagrimas.

—No tengo nada que perdonarte bebé.—Esbozó una sonrisa.

—Vamos, di que me perdonas por ser una idiota, una est...—

—Te perdono.—Chae la silencio con un dedo sobre sus labios.—¿Feliz?—

—Si.—Y lloro de nuevo pero ahora de felicidad.

Claro que había sido una completa idiota en no haber escuchado su versión pero bueno, Chae la iba a perdonar sin importar qué, porque la amaba y nada ni nadie iba a cambiar eso.
Mina solo había sido otra víctima mas.

Chaeyoung había sido drogada sin su consentimiento que para ese momento no se había confirmado si Yeri en verdad había sido la culpable de todo.

—Somin dijo que nadie sabe quien te drogó.—Mina dijo recostada sobre su pecho. Ambas estaba sentadas en una de las cómodas sillas en medio del silencioso jardín.
Chae suspiró antes de hablar.
Ella le contó absolutamente todo lo que había pasado desde el incidente y lo que había descubierto ese mismo día.
—¿Y realmente le crees a esa tal Rosé?—Mina la miró desde abajo.

—Si. Rosé digamos que perdió su negocio solo para demostrarme que ella no fue la que me drogó.—Suspiró.

—¿Y que harás?—

—Hablaré con Yeri en cuanto amanezca. No le preguntaré, si lo hago estoy segura que ella lo negará, en cambio le aseguraré que fue ella y esperaré su reacción.—

—Esta bien.—Respondió acomodándose más en su pecho.
Ella estaba sentada entre las dos piernas de la taxista recostada sobre su pecho.

—Amor—Chae habló después de unos minutos donde solo habían disfrutado del silencio.

—¿M?—

—Creo que deberías entrar e ir a descansar, está empezando a hacer más frío.—

—¿Y tu?—La miró sentándose a su lado.

—Iré a casa, pero vendré a verte por la mañana.—Se puso de pie para después ayudarla a ella a imitarla.

—No quiero.—Mina se cruzó de brazos frente a ella, inflando su labio.

—¿Y entonces?—Chae sonrió abrazándola de la cintura, apretándola a su cuerpo al ver lo tierna que se veía su chica.

—Quiero que durmamos juntas como el día que nos conocíamos pero no como dos estatuas si no jintitas y abrazaditas.—Dijo y Chaeyoung no pudo contener la risa.—No te burles...—La golpeó por el hombro—Solo quiero que me abraces mientras durmamos las horas que resten de esta noche .—Se echó a su pecho de nuevo.—Tu cuerpo es tan cómodo y hueles muy bien.—Murmuró Sacándole suspiros a Chaeyoung. Que bien se sentía estar de esa manera con Mina.

—¿No crees que sería incómodo con Somin por ahí?—Habló sobre su pelo.

—Vamos a nuestro hotel.—Propuso levantado la cabeza con una sonrisa.

—Pero...—

—¿No quieres dormir conmigo?—Y de nuevo ahí estaban los labios hinchados y la carita triste.

—Vamos, entonces.—Y la rodeó de la cintura con sus brazos desde la espalda y ambas caminaron al mismo paso mientras Chaeyoung la llenaba de cumplidos en el oído, besado su hombro de vez en cuando.

El amor se respiraba en el aire esa noche.

Eran cerca de la 1 de la madrugada cuando Mina junto a su pequeña maleta dejó la mansión, no sin antes avisarle a la dueña de casa que se iba.

Chaeyoung ya la esperaba en la calle junto a un taxi que había llamado antes.

—Me hubiese gustado ir en el tuyo.—Mina dijo cuando Chaeyoung le abrió la puerta de atrás.

—Lo sé.—Ambas tomaron asiento una al lado de la otra, con los dedos entrelazados y Mina recostada sobre su hombro.—Aunque...—Pensó por un segundo—Necesito ropa limpia, así que creo que debo ir a casa por algo de ropa y luego vamos al hotel en mi taxi, ¿Que dices?—Pregunto dulcemente.

—Perfecto.—Mina suspiró.

—Te amo.—Le recordó en el oído para que solo ella pudiera escucharlo.

—Y yo a ti.—Un corto beso le dio y otro después otro.
Total estaba oscuro ahí adentro, el conductor no las vería.



N/A

Lamento la tardanza, andaba en las otras historias.
Alguien pidió actualizar así que aquí estoy.

Gracias x leer.

Aterrizando en tu Corazón (MICHAENG) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora