PARTE 03

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Kyung Il sonrió nerviosamente mientras leía por decima vez el mensaje que había llegado a su bandeja de entrada. Apenas eran un par de palabras, sin embargo, el abogado Choi había conseguido sonrojarlo y hacer que un espasmo recorriera su cuerpo entero.

Sin dar una respuesta, simplemente bloqueó la pantalla y dejó el aparato sobre su mesa de noche para después meterse bajo las sábanas. Si bien era cierto que su jefe en ocasiones llegaba a volarle la cabeza por su despampanante personalidad, también era capaz de reconocer que efectivamente, era un hombre muy interesante y sumamente apuesto, además de exitoso.

Si bien era cierto lo que le había dicho al abogado Choi sobre su familia y su inexperiencia en el ramo, también era cierto que había decidido entrar a la firma Choi debido a un interés personal. Sus padres eran conocidos cercanos de la madre del abogado, y durante años, mientras crecía y asistía a unas cuantas reuniones de elite, había sido capaz de vislumbrar al apuesto hombre. Desde el primer momento, Choi Seung Hyun le había parecido un hombre muy interesante, guapo, inteligente, con porte y una presencia muy dominante. Era un hombre que se ganaba las miradas y con una sola sonrisa e incluso solo con una breve mirada, era capaz de derretir a cualquier persona, incluyéndose.

Quizás el abogado no lo recordara, sin embargo, la primera vez en la que pudo estar cerca del hombre, había sentido como si su corazón comenzara a tener un ataque, sus músculos se habían acalambrado y su respiración se había tornado errática. Por supuesto, en aquel momento el pelinegro había tenido su atención puesta en un bajo hombre de cabello castaño, quien había permanecido pegado al costado del abogado, sonriéndole. La mirada enamorada de Choi Seung Hyun había estado estampada en sus ojos mientras sostenía tiernamente a aquel extraño. Lo había visto inclinarse y susurrarle cosas al oído, acariciarle el cuello con los labios, sostener su mano suavemente y besar el dorso de ésta.

Por supuesto, el hecho de saber que el abogado estaba tomado, no le había impedido admirarlo cada vez que tenía oportunidad. Ahora se preguntaba, si era cierta la mirada enamorada que ambos compartían, ¿dónde estaba ese extraño? ¿cómo siquiera había permitido que un hombre como el abogado estuviera solo?

Estaba genuinamente intrigado, sin embargo, eso no le quitaba el sueño. Por lo menos no ahora que el pelinegro había mostrado un signo de interés. Quizás después podría averiguar la identidad de ese hombre, pero no ahora.

Kyung Il suspiró profundamente mientras ordenaba los papeles en el escritorio de su jefe, así como también dejaba el café cargado que éste solía beber por las mañanas, además del par de píldoras para la migraña. Quizás aún no tenía la certeza de cómo se presentaría el abogado Choi esa mañana, pero quería estar prevenido. Asintiendo conforme, se enderezó cuando escuchó la puerta abriéndose, encontrando a su jefe cara a cara. Sonrió formalmente mientras se apartaba y veía al mayor andando hasta el escritorio.

—Llegas temprano...— lo elogió mientras dejaba su maletín sobre el escritorio y él tomaba asiento. En silencio, lo vio tomar la taza de café y el par de píldoras— Además eficiente...— sonrió— Dime, ¿Hay algo importante que debas reportar?

—El abogado Dong llamó y dijo que se encontraba en la corte. Al parecer tiene unas cuantas diligencias allá y vendrá en la tarde. Además, mencionó que tal y como usted le había pedido, logró convencer al hijo del señor Kang para que accediera a que el abogado Lee Min Ho tomara desde este punto el caso. Para ello, se programó una reunión esta tarde entre los abogados Dong, Lee y usted para que lo pongan al tanto sobre los avances del juicio.

—Muy bien. Gracias Kyung Il. — sonrió. Poniéndose de pie, anduvo un par de pasos hasta colocarse frente al asistente.

—¿Hay algo más que necesite? — murmuró, sintiendo sus mejillas enrojecer mientras notaba cómo el mayor lo miraba directamente.

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