4. Luna roja

103 20 7
                                    

A-Yao está recostado sobre el suelo de madera y deja que el viento le refresque la cara. El verano ha llegado de nuevo y el calor es bochornoso dentro de las habitaciones.

XiChen le permite salir a refrescarse, no es ningún monstruo, sólo no lo quiere demasiado lejos, lejos no sabe si él pueda recapacitar y marcharse o alguien venga a llevárselo.

A-Yao se ha acostumbrado a su vida tranquila, por las noches llenas de pasión a veces suaves a veces rudas, en el día mañanas monótonas y llenas de atención.

XiChen sale cada día, pero regresa para pasar la mayor parte del tiempo con él. Leen y le enseña a tocar el Guqin, a veces practican movimientos con la espada.

Cuando es un buen día caminan por los pasillos o las áreas boscosas, a veces se bañan en el río. A XiChen le encanta verlo mojar sus pies y sus ropas, después se calienta enormemente y él lo disfruta a sobre manera. No sabe cuándo se ha convertido en esto, pero le gusta, quizá su Shūshu le gusta desde hace mucho, cuando lo cargaba o sentaba en su regazo era el niño más feliz.

Ahora toda su atención es para él, solo para él.

Todos ahí han aceptado que se ha vuelto el Omega del líder, pese a lo asqueados que puedan estar por sus lazos familiares. Sin embargo, es un secreto interno, nadie en el exterior lo sabe y se ha reusado a contestar las cartas de su padre.

¿Qué le puede decir? "Padre me he encamado con mi Shūshu, ahora soy su Omega".

Le asusta la sola idea, molestar al hombre que tanto tardo en quererlo, su padre se adaptó con mucho trabajo a él. Él, el asesino de su madre. Él, la reencarnación de un hombre maldito. La gente rumora y él ha escuchado siempre, es ese mismo hombre que su Shūshu amaba.

...

Qiren desliza la tasa por la mesa y la coloca al frente de A-Yao. Este suspira, las hierbas son las mismas, debe tomarlo cada tercer día. Su Shifu no se va hasta que lo acaba.

A-Yao sabe para qué es ese té, pero comienza a creer que sus efectos no han funcionado. Su vientre tiene un ligero bulto y las náuseas matutinas lo afirman. XiChen no lo ha notado y él no quiere darle esa preocupación, él mismo siente que todo eso es mucho.

A-Yao regresa la tasa y niega.

- Shifu ya no sirve tomarla.

Qiren siente que su vida se acorta, ha pasado mucho durante esos años y ya no puede resolver todos los problemas que sus sobrinos generan.

Qiren llora, sus hombros tiemblan y se derrumba. ¿Cómo permitió que esto pasara? ¿Su secta sería juzgada como inmoral? Su secta recta y pura.

XiChen nos has maldecido a todos.

A-Yao le mira, se levanta y camina hasta sentarse junto a él, entonces lo rodea con sus brazos. Deja que su Shifu se recargue en él, mientras le consuela.
....

A-Yao mira a XiChen quitarse la túnica exterior y soltar sus cabellos. Lo espera recostado en la cama, con la túnica interna. XiChen le sonríe y le mira con amor, una vez que está listo, se recuesta junto a él.

Sus manos acarician su mejilla y acomoda su cabeza sobre su hombro. Olisquea con su nariz su cuello y se detiene en seco, un aroma diferente se mezcla con las peonias y el ciruelo, uno no tan delicado como para ser de otro omega, A-Yao huele a jengibre y madreselva.

Sube sus ojos hasta los de A-Yao que están fuertemente cerrados.

Le mira fijamente, hasta que abre los ojos. Parpadea un par de veces.

- Shū... Lan Huan ¿pasa algo? - pregunta dubitativo.

- ¿Con quién pasa sus tardes A-Yao? - su voz se oye fría y un gruñido baila en su garganta.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 20, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Y en esta vida volverásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora