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Hina Tachibana, era una chica que amaba los gatos, tenía un lindo gatito que se llamaba chifuyu pero le decía fuyu, era un gato amarillo de ojos verdes, le encantaba jugar con lanas. Su pasado fue que un día encontró a ese gatito en una caja abandonado y se lo llevó a su casa para cuidarlo.
Su gatito estaba en el marco de su ventana admirando los pétalos rosa que caían de un árbol, debido a la primavera, a fuyu le gustaba jugar, era muy energético y le llamaba la atención los juguetes que chillaban.
Tenía una pequeña casita que le hizo hina, detallada con color café, hecha de madera lisa, por dentro era muy acogedora, estaba rodeando de sábanas suéter color celeste de tres capas, para el frío.
Un día chifuyu estaba en el tejado de su casa, cuando escuchó un ruido sordo, una maceta se había caído de golpe, chifuyu curiosamente fue ver que ocurría.
Cuando se topó con un gato negro, de ojos color miel, que estaba asustado por haber botado una maceta, específicamente la de su dueña hina.
Al cruzar miradas, el gato negro corrió hasta donde estaba, chifuyu asustado se alejó, el gato negro solo lo observo de cerca, ambos eran lindos para el punto de vista del otro, a chifuyu le llamaba la atención lo veloz que era aquel gato, mientras que el gato negro le llamaba la atención lo adorable que era el gato amarillo de ojos verdes.
Así fue como ambos se enamoraron a primera vista.
Hina comenzó a notar raro a su gato, todos los días salía por la ventana, cada vez que un gato negro maullaba.
Un día hina siguió a su gato, y lo que encontró fue increíble, su gato se estaba dando un pequeño beso con aquel gato negro que maullaba todos los días en busca de su gato.
Ahora comprendía porque su gato desaparecía todo el día.
Volvió a casa y buscó el alimento de su gato, subió al tejado y movió la comida para que ambos gatos vinieran, los tomo a los dos y los llevo a su casa, cuando entraron chifuyu y el gato negro fueron a la casita de chifuyu corriendo.
Hina los alcanzó y se llevó al gato negro para bañarlo y secarlo, chifuyu miraba como el amor de su vida lo bañaban, al parecer el gato negro era callejero.
Hina lo seco con un secador y lo envolvió en una manta para dejarlo dentro de casita de fuyu, y a fuyu también lo baño y lo seco, dejando a ambos gatos envueltos en una manta.
Hina nombró al gato negro baji, fuyu estaba muy contento de que baji viviera con el para siempre.
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