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Huaisang tenía unas pestañas muy largas, no lo había notado antes y eso es porque no se quedaba mirando a su amigo más del tiempo necesario, eso había cambiado hace una hora aproximadamente. 

Cuando despertó lo primero que hizo fue agradecer por no sentir nauseas por primera vez en días, luego notó que si bien su cuerpo no lo hacía sentir incómodo si que había otro que lo hacía. Trató de recordar lo que Huaisang había estado diciéndole ayer, algo sobre "Como administrar bien una empresa"¿o no?, estaba seguro de que la primera parte había tratado sobre eso y luego -sonrió al imaginarlo- solo habían quejas de "Y nos contó como quebró todas sus empresas, ¿Por qué alguien así nos enseña eso?". 

Como sea, se había dormido, y su amigo había decido dormir también, y junto a él en ese pequeño sillón. 

-No es como si no tuvieras una casa - le susurró al bulto a su lado que babeaba de manera divertida - Pareces un niño, tu hermano te mimo demasiado. 

A-Cheng siguió sin moverse, no fue algo planeado, no es como si le importara el descanso de su amigo -tal vez si un poco- y menos ahora pero de pronto sus pensamientos nuevamente tomaron otro rumbo, el mismo de hace semanas. 

-Creo que hoy cumplo un mes - Dijo a nadie en especial, y hubiera seguido de no ser porque un ruido bastante familiar empezó a sonar por todo su apartamento. 

Alguien estaba tratando de abrir la puerta, no, no solo tratando. 

A-Cheng se quedó mirando su puerta muy fijamente y cuando Xichen apareció tras ella con muchas maletas, una ojeras enormes y una gran sonrisa se sintió muy confundido. Se suponía que estaba en Europa, ni siquiera le avisó que volvería, pero entonces pensó en su teléfono que permanecía en su habitación completamente abandonado desde el día de ayer, porque había decidido cortar y porque Huaisang lo había visitado. 

Huaisang. 

Miró a su amigo que aún dormía pero que en algún momento se había aferrado a él para dormir más cómodamente, imagino como se vería en tal estado y de inmediato empujó a Huaisang sin preocuparse por como sería su caída. 

Claro que había pasado demasiado tiempo en su mente, Xichen había visto todo y su sonrisa ya no estaba. 

En otras vidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora