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La linda rubiecita esperaba con los nervios a flor de piel a Chaeyoung.

Hoy por fin sería el día en el cual confesaría sus sentimientos hacia la pelinegra de cabellos cortos. Tal vez el pasillo de la escuela no era el lugar más romántico para confesar sus sentimientos, pero era ahora o nunca.

En cuanto se percató de la pelinegra,
la llamó.

—¿Qué pasa, Mina?

—¿Po-podemos hablar?—preguntó tímidamente.

—¿Es importante? Porque tengo el plan perfecto para juntar a Changbin y Felix y este no puede fallar. ¡Por cierto! ¿Podrías reunir a todas las chicas para la hora del almuerzo?—Mina simplemente asintió—¡Gracias eres la mejor!, Ahora sí, ¿Qué querías?

—Na-nada importante... Olvídalo...

—Bueno, me tengo que ir, voy tarde—Chaeyoung besó rápidamente la mejilla de la linda rubiecita.

Cuando Chaeyoung avanzó unos metros Tzuyu rápidamente de su escondite pues sabía lo que la rubia había planeado. No tardó en detener a la pelinegra y tomarla de los hombros para obtener información.

—¿Y?

—¿Y, qué?—preguntó confundida Chaeyoung.

—¿Mina no te dijo nada?—ahora preguntó confundida Tzuyu.

—¿Decirme que?

—Chaeyoung, le gustas a Mina.

—¿Y eso que tiene que ver con que el Changlix no se confirma aún?

—Por eso estás sola—Tzuyu rodó los ojos y sin más se dió media vuelta y se fue.

La pelinegra luego de analizar lo dicho por Tzuyu abrió los ojos en grande completamente sorprendida.

—¿¡Cómo que le gusto a Mina!? ¡Tzuyu, espera!—la pelinegra salió tras la castaña.

—¿¡Cómo que le gusto a Mina!? ¡Tzuyu, espera!—la pelinegra salió tras la castaña

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—¿A quién esperamos?—Jisung preguntó.

—Nosé, yo espero porque ustedes esperan—Chan respondió.

—Changbin está aquí, así que... Felix, ¿A quién esperamos?

—Bueno espero a...

—¡Dulzura!—todos miraron en dirección a cierto pelinaranja.

—¡Mark Hyung!—Felix rápidamente se acercó al recién llegado.

—¿Dulzura?—Changbin preguntó con el ceño levemente fruncido.

—¿Mark?—Chan reconocería a esa distinguida cabellera naranja—¿Conoces a Felix?

—Sí, bueno... Ayer nos conocimos y...

—¿Y tan rápido lo llamas dulzura?—Changbin preguntó tajante.

—Es que es tan dulce que no lo puedo evitar—dijo el pelinaranja para luego proceder a apretar cariñosamente las mejillas sonrojadas de Felix

¡El Changlix es real! |ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora