Sé que sientes esto~ [Minsung]

24. Parte 1

Narradora.

El peli naranja volvió con una botella de un licor más que Han no reconocía, otra de Sprite, unas frutillas cortadas en pequeños pedacitos y algo rosa que se veía pegajoso y seguramente muy dulce. Luego regresó a la cocina y trajo un poco de jugo de limón. Se preguntaba por qué la primera vez había hecho malabares con las cuatro cosas cuando igualmente volvió por eso.

–Aquí —asintió.

–¿Qué es eso?

–Es la primera vez que bebes así, supongo, así que te haré un trago dulce y suave para que no te sepa tan mal —informó.

Jisung asentía con la cabeza, pero no estaba seguro del todo de si estaba de acuerdo. Él quería experimentar eso que le ocurre a la gente, esa especie de adormecimiento de responsabilidades, porque sus pensamientos siempre daban muchísimas vueltas. Eso si no estaba embriagado con la cercanía de Lee Minho. En esos momentos tampoco podía pensar claramente, cada centímetro menos le quitaba más cordura hasta que estaba seguro de que podría arrodillarse ante él y dejar que hiciese con sí lo que quisiera.

Minho se dedicó a preparar el trago, moliendo un poco las fresas, echando ese jarabe rosa y luego algo de licor, al final vertió un poco del jugo de limón y la Sprite. Se veía lindo, pero agitó levemente el vaso para que se combinara un poco más y se lo entregó al pelinegro. Este lo recibió y lo miró un momento. Quería tomar de allí, pero le daba un poco de vergüenza y también algo de nervios, sobre todo lo primero creaba lo segundo.

–Si no quieres puedo beberlo yo, no me gustan los tragos tan dulces, pero...

–No, tranquilo, solo estaba observándolo —afirmó el menor.

Entonces acercó el vaso a sus labios y bebió un trago. Se sentía ácido y dulce, un poco más de lo que le hubiese gustado, quizás. Y eso era todo lo que sentía; la Sprite burbujear levemente en su lengua y un pedacito de frutilla que mordisqueó, pero ni rastro del alcohol.

–Minho, esto es una bebida de niños —hizo un mohín.

–Hey, no te aceleres, nunca has bebido antes.

–Por eso, por algo lo estoy haciendo ahora, ¿no? Sino ¿qué tiene de interesante?

El pelinegro tomó la botella con alcohol y la abrió para poner un poco más del contenido en el vaso, mientras el mayor lo miraba con el ademan de querer detenerlo, pero sin hacerlo.

–Calma —musitó—. Ya está bien.

–No puse mucho, solo quiero sentir a qué sabe.

–Ajá —ladeó los labios—. Aunque siento que te cambiaron, no eres el Jisung de siempre.

–Es nuestra última noche juntos... bueno, no, pero sí —entrecerró los ojos el aludido—. Así que mi regalo es ser una persona normal.

–Una... ¿una persona normal?

Se encogió de hombros y tomó otro sorbo, esta vez el amargor del trago le hizo cerrar un poco los ojos. Sentía caliente la lengua, pero no demasiado, era un ardor un poco agradable y los labios se sentían igual. El dulzor y ácido del final opacaba eso después de unos segundos y se sentía divertido en la boca. Aún después de tragar lo saboreaba y no le molestaba. Bebió otro trago y otro más, mientras sentía cómo Minho lo observaba. Después del cuarto, cuando casi no había contenido en el vaso, sus mejillas empezaron a sentir el mismo ardor, un calor extraño que le hacía sentir como si estuviese sonriendo, porque era muy consciente de sus pómulos ahora mismo.

–¿Han...?

El menor lo observó queriendo reír un poco.

–Esto es rico —asintió—. Me arrepiento un poco de no haberlo probado antes —hizo el mismo gesto que hace un rato hacía Minho con la mano.