siete.

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Me despierto a causa de que recibo una patada de Guillermina. La culiada siempre hace lo mismo cuando nos toca dormir juntas, no se queda quieta. La saco de encima mío y me levanto.  Le doy una mirada rápida a la habitación a ver si encuentro a Dolores pero no. Ya se habrá levantado. Me voy al baño y me lavo los dientes rápido. Qué dolor de cabeza, no tendría que haber tomado así anoche. Si bien no tome tanto, fue lo suficiente para tener una mini resaca. Me voy directo a la cocina en busca de un ibuprofeno  y me encuentro con Dolores, quien estaba preparando unas tostadas con mermelada. 

—Buenos días, dormilona. —me recibe mi amiga, mientras deja un plato con tostadas con mermelada y manteca sobre la mesa, yo me siento luego de tomar la pastilla y le murmuro apenas un "buenos días". —Culiada no puede ser, no tenes ni un paquete de galletitas dulces acá. 

—Es que no. Prefiero no tener. Con días de ansiedad me morfo todo y después me hace mal. —respondo mordiendo una tostada. Ella me alcanza el café que me preparó y le agradezco. —Pensé que te habías ido. 

—Nono. Me desperté porque me había llamado mi vieja y después me quedé hablando un rato con Valentino, y bueno, aproveché y ya hice el desayuno. —asiento mientras tomo mi café. —Che, lo de anoche...

—¿Qué con anoche? ¿Guille y Beltrán? —pregunto, haciéndome la desentendida. Sabía a lo que iba. Y, sinceramente, cero ganas de escuchar sus especulaciones. —Te juro que ni lo creo todavía, en que momento. Igual era medio obvio, la culiada no estuvo en toda la noche con nosotras.

—Eso y las miradas tuyas con...

—¿Con quien?

—Sisi, hacete la boluda nomas. —me contesta apuntandome con la cucharita del té —Con Julian. ¿Qué onda ahí?

—Nada, ¿por? —pregunto. Y no me mentía, porque sinceramente no había pasado nada.

—Sisi, dale mienteme —me responde, virando sus ojos

Me empiezo a reír. —Pero...pero, si no pasó nada boluda.

—Te estas riendo, cuando mentís o te pones nerviosa te empezas a reír, te conozco. —contesta, mirándome fijo. Odio cuando me mira así, me incomoda porque además me obliga a terminar diciéndole todo. —En el balcón se comían con la mirada prácticamente, los vi.

—Ahre, estábamos los dos uno peor que el otro, no fue nada. —No le di importancia sinceramente. —Mis ganas que el pibe me de bola, te imaginas. —comento. Y es que si, me imagino nomas, imposible que me de bola además i'm just an ordinary girl diría la hannah montana, ysi. El pibe debe tener atrás a famosas, modelos, chicas hermosas y yo literalmente soy un bagre, parezco un choclo porque tengo épocas en que el acné es más fuerte y con casi 20 años no se me van, mi cuerpo es horrible y mi cara también, soy una mina mundana más.

—Deja de decir eso porque vos no queres que pase nada porque tus inseguridades te impiden que disfrutes de miles de cosas. Sos divina, hermosa, tenes una personalidad de oro, literal. ¿O me vas a decir que anoche no te viste con Julian porque tu cabeza e inseguridad te lo impidió? Porque estoy segura que si le hubieses dado pie, el pibe no lo hubiese dudado ni un segundo. —habla, y dios, me conoce tan bien, la odio. Simplemente la miro, ¿Qué le iba a decir?

—Tantos idiomas y decidiste hablar con la verdad. —dice Guillermina, quien apareció en la cocina, recién despierta. —Las escuché mientras me cambiaba. —aclara, sentándose en la mesa donde estábamos con la rubia.

—Gracias, al fin una me da la razón por lo menos. —dijo mi otra amiga, mirándome con cara de reproche. —Permitite disfrutar de las cosas, Maria.

—No me llames por mi primer nombre, Fernanda. —me quejo, recalcando su segundo nombre, el cual ella odiaba.

—Dolo tiene razón, Lu. —concuerda Guillermina, con la boca llena. La miro con cara de asco porque literalmente verla comer así era un desastre. Termina de comer y se disculpa. —Perdón, estaba cagada de hambre. A lo que vamos con esto, no podes seguir así, tirandote para abajo con lo tremenda mina que sos. Deja que la cosa fluya la próxima vez.

Hago una mueca. —Bueno, ¿quién tiene hambre?

Evado seguir hablando del tema como una campeona y doy vuelta la conversación hacia Beltran y Guillermina.
La bombardeamos de preguntas a la castaña, la cual dijo que se dejó llevar y bueno, pasaron cosas.

—Como ¿pisirin cisis?  —Me burlo, incrédula.— Pasaron cosas dice la cajetuda, le metió la lengua hasta la garganta y dice pasaron cosas.

—Bueno che, cálmate. Lo hicimos.

—¿Y? —incita Dolores a que cuente más.

—¿Y que? Si tanto quieren saber, si, garcha como los dioses. —suelta de la nada. —Dios, que hombre. La verdad que me autofelicito. —festeja, contenta. Nosotras reímos.

—¿Ves? Deja que fluya y que nada influya —me dice un poco en joda un poco en serio la castaña. Yo le tiro un almohadón que tenia al lado para hacerla callar.

Cami

buenas tardes dormilona [13:47]
acordate que a las 23:00 maso te pasos a buscar para ir a lo de Joaco [13:47]



Cierto, el cumpleaños del amigo de Camila. Me había olvidado, iba a responder que no iba pero Guillermina fue más rápida y de un manotazo agarró mi celular y le confirmó a mi amiga que iba. Ellas también estaban invitadas.
La puta madre, que nochecita se me venía. Y todavía ni lo sabía.


Red - Julian Alvarez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora