Capítulo 6

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Eran las doce del mediodía y aquí estábamos todos en un break, estoy con Hannah en el patio de la universidad escuchando como me cuenta sobre sus compañeros de clase, los profesores que unos y cuantos estrictos. Hay una compañera que no le cayó nada bien solo porque le quito el asiento que escogió para dar su segunda clase del día. ¿Saben por qué tanto alboroto de su parte? Porque era la mejor vista donde se podía visualizar al monumento que tenía como profesor Zermanch.

La verdad que no tenía ni idea de lo que decía después, yo estuve meditando de toda la semana que pase.

No tenía rastros de papá después de su último mensaje. Pero estas tres semanas ya estaba acostumbrándome a los nuevos horarios del ciclo de la carrera. Mi madre llamo diciéndome que me lo tomara con calma ya que en estas fechas toda la gente se muda por temporadas de rebaja o algo así.

Me quede ida en mis pensamientos cuando veo que Hannah chasquea los dedos mirándome fijamente.

—¡Hey! ¿Me estas escuchando?

—Lo siento, me quede cuando mencionaste del profesor Charmander o Chersmans, no sé.

—Zermanch, guapa. ¿No es lindo? —Me recordó lo tierna que se puso cuando le regale sus gomitas el otro día.

—Como digas, preciosa. Pero ligarme a un hombre con principios de canas y barba en toda la cara. No están en mis gustos. Y lo sabes. —Le guiñé un ojo.

—Dices eso porque aún no lo has visto. Si no dirías todo lo contrario.

—Lo dudo mucho, pero está bien. ¿Nos vamos ya? Tengo que ir a la biblioteca por unos libros.

—¿Ahora que es esta vez? ¿Una trilogía de como fracasan los países por malas inversiones?

—No me jodas, ¿no sé cómo puede odiarme tanto? —Ella sabía a lo que me refería cuando toda la semana me oyó maldecir a Deixis, un compañero de clase.

A ver les explico, no es que me guste llamar el centro de atención prefiero mil veces que halaguen a cualquier compañero o compañera antes que yo. Pero Deixis ya se pasaba, no solo prefirió ser la cerecita del pastel si no que ya estaba siendo egoísta. Note que él quería ser el primero en responder a todas las preguntas y comentarios que tenía la profesora. Ya era suficientemente engreído como para soportar que los demás no le digan nada. Sabiendo que muchos de la clase querían participar, pero a él le valía una hormiga y que los demás se queden con sus dudas le importaba un cero a la izquierda. Con tal que el ya este conforme, está más que satisfecho. Pero para mí no.

Entonces aproveche que la profesora háblese de literatura universal. Nombrando a un escritor ruso como ejemplo.

Y déjenme decirles que sonreí cuando escuche el nombre de Fiódor Dostoievski.

—Antes de hablar de él. Pasemos primero a su última novela ¿Quiénes pueden redactar un poco sobre la muerte de Dostoievski?

—Por supuesto puedo hacerlo yo, profesora. —Enseguida levanto la mano Deixis. —Claro, si no hay objeción de mis compañeros.

¿Si no hay objeción dice? Los demás solo suspiraron de fastidio. Tal vez maldiciéndolos en el fondo de sus pobres almas.

—Por supuesto que no, adelante alumno. — La profesora asintió y todos prestamos atención.

Deixis, se detuvo un momento para procesar todo rápidamente. Así que, se sentó cómodo mientras hacia un gesto orgulloso.

—Después de que Dmitri llegara de Moscú, fue a casa de su padre para reclamar la herencia que le había dejado su madre. Fiódor, su padre. Estaba esperando a Grúshenka esa misma noche. Cuando supo que no era ella quien tocaba su puerta. Se encontró con Dmitri, preguntándole que era lo que hacía aquí. Tuvo una discusión con el diciéndole que no iba a permitir que se casara con una cortesana. Todos los hermanos oyeron la discusión y salió disparado a buscar a la mujer que su padre le pidió matrimonio.

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⏰ Última actualización: Sep 21, 2021 ⏰

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