A la velocidad de la luz

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Jin ling estaba sentado en el balcón de su habitación era una noche fresca y sin luna. Sentía tantas ganas de llorar, y todo a su alrededor parecía que se había puesto de acuerdo con su estado de ánimo.

Quería mostrarse fuerte pero era tan difícil amaba a ese hombre con toda su alma. Él había entrado a su vida adueñándose de todo su ser y ahora es él quién tenía la certeza sobre lo que sintió Sizhui cuando él fue a estudiar al extranjero por pedido de sus padres. Pero rayos él quería ser egoísta con su novio y mantenerlo a su lado toda la vida si era posible. Y si era lo suficientemente afortunado podría volver a amarlo en su próxima vida.

Volvió a suspirar perdiendo la cuenta sobre cuántos suspiros había lanzado ya y se estremeció al sentir unos brazos rodearlo seguido de una manta cubriendo a ambos dándole aún más calidez al abrazo.

-¿Qué sucede cariño? le preguntó Sizhui aún cuando sabía la respuesta.

Jin ling no contestó pero se arrimó mas a él y Yuan lo confortó esperando a escuchar lo que pasaba por la cabecita de su novio.

-Bǎobèi mírame le pidió tomando su mano suavemente dándole una caricia ligera.

Rulan levantó su rostro mirmtras Sizhui no se resistió y aprovechó su cercanía para darle un beso.

-Lo que siento por ti no cambiará, te amo y tres años pasarán rápidamente. Vendré en las vacaciones y tú podrás ir a verme. Lo siento que en estos momentos es todo lo que puedo ofrecerte intentó consolarlo con esas palabras llenas de ternura mientras acariciaba su cintura suavemente.

Jin ling volvió a acercarse para protegerse en su fuerte pecho como un pequeño gatito.

-Tiāntáng!!! no quiero que te vayas, ¿qué haré sin ti? le cuestionó con la voz entrecortada llamándole por su apodo.

Rulan comenzó a llorar mientras su novio lo mecía en sus brazos como si fuera un niño pequeño. Poco a poco el llanto se calmó y Sizhui tomó su rostro secando las delicadas lágrimas con besos para mirarlo fijamente.

-Lograremos superar la distancia mi yuèliàng lo prometo le aseguró con una calma que él en esos momentos no entendía.

Jin ling volvió a besarlo profundamente con hambre voraz porque quería que esa noche su novio marcará su cuerpo y dejara huellas que le servirían para profundizar su amor y la propiedad de éste sobre él. Quería pertenecerle para cuando estuviera lejos él aún sintiera la presencia de Sizhui en su cuerpo.

-Vamos a la habitación casi le rogó en voz suave.

Yuan asintió llevándolo en brazos y lo colocó en la cama atacando su cuello marcándolo tanto que duraría quizás semanas en desaparecer. Fue levantando su camisa hasta quitarla, tarea nada difícil pues Jin ling tenía una camisa de él. 

Poco a poco ambos quedaron desnudos, besos fueron dados, caricias entregadas, gemidos callados con sus bocas lujuriosas, estocadas de éxtasis, orgasmos construidos y el clímax envuelto de pasión.

-Te amo A-ling le susurró Sizhui aún dentro de él.

-Yo también te amo tiāntáng respondió cansado y satisfecho por haber sido bien amado.

Yuan tomó la cobija para abrigarlos, mientras Jin ling se envolvía en su cuerpo hasta quedar cómodo.

Se enlazaron como dos piezas de un rompecabezas que encajan perfectamente. Porque el amor era fuerte y seguiría firme como se lo prometieron esa noche antes de que en la mañana un Yuan saliera con su maleta y la esperanza que esos tres años pasarán a la velocidad de la luz.

Apagar la distancia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora