Parte única

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NOTAS: Inspirado en la canción "ex de verdad" (pero con final feliz) de Ha-Ash, por si no la conocen la dejo arriba.

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Era su segundo día de vuelta a casa y a pesar de no querer salir de su hogar, finalmente su madre le pidió hacer unos pendientes por ella. Genial, él estaba de visita y tenía que encargarse de eso cuando ya ni siquiera vivía ahí.

Casi con cada paso que daba en la calle, trataba de tener la cabeza agachada y mirar a los lados discretamente para evitar ser visto. ¿Por qué? Bueno, había una razón muy válida la cuál tenía un nombre y apellido. Incluso si no podría ser muy lógico verlo por ese lado de la ciudad aún así no se sentía a salvo.

El solo hecho de pensar en Lan XiChen, le causaba tener la piel de gallina de inmediato. Recordarlo le hacía daño y fue por eso que se había mudado en primer lugar... luego de que su relación de tres años terminara. O bueno, luego de que él mismo decidiera terminar con XiChen.

¿Por qué tenía que estar pensando en él de nuevo? Jiang Cheng soltó un hondo suspiro y metió su mano derecha al bolsillo de su chaqueta cuando sintió la brisa de ese día otoñal chocar con él revolviendo un poco su cabello. Cuando miró a la derecha se dio cuenta de que estaba en ese parque que era su favorito desde niño.

Habiendo terminado con los pendientes que su madre le encargó, decidió caminar un momento por ese parque para tal vez despejar su mente y alejar el pensamiento de ese que era el peor amor que había experimentado en su no muy corta ni tan larga vida.

Luego de cinco minutos de caminata se había dado cuenta de que la decisión de pasar por ahí había sido muy estúpida. Todo le recordaba a su ex. Su primer beso con el Lan había sido frente a una banca del pequeño estanque que se encontraba ahí, en su camino vio al menos a tres lindas parejas mostrándose cariñosos frente a los demás y eso le molestaba. Pronto estuvo de mal humor y decidió mejor apurarse para volver a casa.

Iba masajeando sus sienes y maldiciendo por lo bajo cuando lo escuchó.

– ¿Jiang Cheng?

Esa maldita, suave y sensual voz que había susurrado su nombre junto a su oreja tantas veces mientras hacían el amor. Esa voz tan irritante cuando trataba de calmar su mal humor pero que al final siempre lo tranquilizaba. Esa maldita voz era la voz de Lan XiChen, estaba seguro y no tenía que voltear para cerciorarse de aquello.

Apretando los dientes comenzó a caminar más rápido para ignorar el llamado y alejarse de ahí lo más pronto posible. Pero, para su desgracia el hombre no dejó de seguirlo y gritar su nombre detrás de él durante unos cuantos metros y la gente alrededor comenzaba a observarlos haciendo que Jiang Cheng sintiera vergüenza. Se detuvo cuando sintió que le palmearon el hombro.

– Disculpe joven, pero ese caballero parece que le está llamando – dijo una señora de edad avanzada detrás de él.

Sin más remedio, Cheng tuvo que girarse para mirar a Lan XiChen acercándose agotado hasta él.

– Gracias madame, es usted muy amable – respondió a la mujer con un ligero tono de sarcasmo.

La señora le sonrió y continúo su camino, dejándolo ahí parado con el rostro sonrojado de vergüenza y frustración mientras esperaba al hombre que venía llamándole a gritos por el parque.

– Al fin pude alcanzarte – dijo XiChen con una sonrisa cuando se paró frente a él.

Todo el cuerpo de Jiang Cheng tembló al mirar aquel rostro sonriente, ese que había sido su perdición desde hace algunos años y que era difícil de mirar ahora sin sentir que los sentimientos se removían en él como los rápidos de un río.

El peor amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora