OSADO Y SINVERGÜENZA

CAPÍTULO 4

—Como ya saben, cada año se celebra el aniversario del colegio, y todos deben participar en el festival que se realiza. Cada clase debe estar a cargo de alguna zona del plantel, y también tienen el deber de juntar ideas para formar alguna atracción que logre animar y entretener a los demás estudiantes que vienen de colegios ajenos. Por lo tanto, desde hoy se empezarán los preparativos, y todos ustedes deben ponerse de acuerdo para elegir la zona que consideren mejor para luego comunicárselos a los representantes de su clase, quienes asistirán a una reunión a parte con los demás representantes de las otras secciones y años, para discutir y ver qué lugar de acción se les asignará finalmente. Además, los aportes que hagan...

Mientras que el profesor Condou sigue dando las instrucciones respecto al gran festival escolar tan esperado por todos los estudiantes, yo intento escuchar con suma atención para no perderme ningún detalle. En esta época, los ánimos de los más jóvenes suben a tope al escuchar palabras mágicas que matan su aburrimiento. En estas festividades mayormente no hay clases, y se realizan múltiples actividades para el disfrute del aniversario. A veces pienso que, en vez de celebrar al colegio, las personas celebran el hecho de poder venir y hacer algo más que estudiar. Además, esto sirve para atraer la atención de nuevos jóvenes que quieran transferirse de escuela, o aquellos que vienen saliendo de primaria y buscan dónde caer muertos.

—Haa... ya estoy sintiendo el gozo juvenil correr a través de mí. Su ánimo es muy contagioso —Anson coloca sus brazos detrás de la cabeza y se apoya en ellos en una pose de relajación.

—Su ánimo es tu ánimo. Se supone que tú también eres un adolescente —alzo una ceja hacia él.

—Pero nada de esto me emociona hasta que los veo gritar de felicidad. Aunque, sí, podría decirse que es lo mismo —se alza de hombros y sigue mirando a la clase con una sonrisa.

Suspirando, niego con la cabeza, y me giro para observar a todos haciendo grupos y reuniendo sus mesas para empezar a planear todo para el festival. El profesor Condou se sienta en su escritorio y deja todo lo demás en nuestras manos sin tener intención de interferir.

—A ver, ¿qué creen ustedes que podemos hacer este año? Debemos pensar en algo genial —Liam arrima una silla hasta nuestro lado, y se sienta en ella colocando sus brazos sobre el respaldo y apoyando su mentón en ellos.

—El año pasado, la idea de un cafetín fue una ganga. Obtuvimos buenas ganancias —Dixon hace un gesto con sus dedos y nos muestra una sonrisa malévola.

—Idiota, no podemos hacer lo mismo otra vez. Además, nunca dejas de pensar en el dinero —Lina le da un golpe en la cabeza y rueda sus ojos—. Pero, de todas formas, no nos dejarán montar otro cafetín debido a que eso ya es cosa vieja para nosotros. Dejemos que los demás piensen en ello, y encarguémonos de idear otra cosa que funcione tan bien como esa vez. No debería ser tan difícil si tenemos a Luca, Evan, Anson y también, si me tienen a mí —agita su cabello en broma.

—Disculpa, pero ¿tú eres? —Callen ladea su cabeza, confuso, y Lina le muestra su dedo medio.

—No creerán que ustedes pueden pensar en algo bueno, ¿cierto? Deberían bajarse de esa nube —Evan acomoda sus lentes sobre el puente de su nariz con un gesto.

—Y a ustedes deberían bajarlos del espacio. Se creen tanto que ya viven en un satélite y todo —Liam se cruza de brazos y los mira mal.

—Yo no he dicho nada —me excuso inocentemente.

—Tranquilo, Luca. Sabemos que en lo único que piensas es en Lina y su buen rostro —Dixon junta sus manos y pestañea rápidamente.

—No debes olvidar también a Anson. Recuerda que hay algo entre los tres, y no debe ser muy divertido si no estamos nosotros también —Callen nos mira de arriba abajo.