El trabajo de un héroe conlleva muchas cosas y una de ellas es resultar herido de diversas formas cuando el deber llama.
César Quintanilla, mejor conocido como RombosMan, está acostumbrado a que ésto suceda, pero su actual pareja, Segurito, tiene p...
Bueno, hace rato que tenía esta idea en mente y por fin pude encontrar el tiempo para escribirla.
Vuelvo a recalcar que el shipp no me pertenece, sino a mi novia.
Sin nada más que decir, espero que les guste y les dejo el one-shot.
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Nuevamente, volvía a revisar la hora en el reloj, eran las 3:40 de la mañana.
Se había levantado de su cama para dirigirse al comedor y esperar hasta que el cansancio le permitiera mantenerse despierto. Ya era la décimo tercera o décimo cuarta vez que lo hacía, realmente no tenía idea, había perdido la cuenta.
La causa de su insomnio era simple: su actual pareja, César Quintanilla, mejor conocido en los medios como RombosMan.
Hace un par de meses, más específicamente ocho, habían formalizado su relación. No sabían cómo llegaron a ser pareja, pero no se arrepentían para nada, pues ambos se complementaban y eran el apoyo emocional del otro, algo que realmente necesitaban por diferentes causas.
Sammy, quien era conocido mayormente como Segurito, apoyaba su cabeza sobre una de sus manos mientras dormitaba. En sus intentos de mantenerse despierto observaba el balcón del apartamento que compartía con su amigo Dami, esperando a la llegada de su novio.
Este último le había prometido llegar en cuanto terminara su deber como RombosMan para pasar tiempo con él, o más bien, para curar sus heridas si era necesario. Comenzaron a implementar esta dinámica hace una semana y también servía para calmar la preocupación del menor, que por más que sabía que esto era un "gaje del oficio" de su pareja, lograba mantenerlo inquieto, hasta el punto de perturbar su sueño como en este caso.
Tras dar un largo bostezo, redirigio su mirada a la puerta de la habitación de Dami, la cual permanecía cerrada. Segurito sabía la razón de esto, ya que su amigo se había cansado de escucharlo rondar por la casa tan tarde. Realmente no podía culparlo, él también haría lo mismo en su lugar.
Desde luego, escuchar pasos a la mitad de la noche le resultaría molesto a cualquiera, pero Dami entendía lo importante que era esto para Segurito y por esta razón no se quejaba.
[...]
El cansancio pudo con él, logrando que Sammy se quedara dormido, en una posición muy incómoda, en la mesa del comedor. Su descanso no pudo durar mucho, ya que despertó al sentir un suave toque sobre su cabello.
–...Dami, ya te dije que tengo que esperarlo...Llegará en cualquier momento, lo prometo ‐Dijo sin abrir los ojos y con la intención de seguir durmiendo.
– ¿Y si mejor duermes en tu cama, cariño?
Aquel tono de voz llamó su atención, especialmente el apodo.
