Martes 11:
El ensayo terminó a las 7:00 de la noche y Owen decidió llevarme a casa.
Fuimos por todo el camino conversando y hablando de nuestros gustos y aunque suene extraño teníamos bastantes gustos en común, le gustaba mi estilo de vestir y llegó a comentarme que aquel día en que me vio con Ruth a pesar de la broma y todo lo desagradable de aquel día, me había visto muy guapa. También me dijo que a él también le gustaba mucho leer, pero que leía más bien aventuras y historias de ficción, y que había sido algo gracioso lo del lanzamiento fallido de mi libro pero que sentía que lo hubiese perdido de esta forma.
—¿En serio me tomarás la mano por todo el camino?, Nos pueden ver —dije.
—Claro, ya lo estoy haciendo.
Lo miré y sonreí.
—¿Qué pasa Dash?. No puedo presumir que le doy la mano a la chica más guapa y testaruda de toda la secundaria —gritó.
—Calla Owen. —sonreí.
Que vergüenza más placentera.
—No no calles, grita y has lo que quieras, está estupendo —le apreté la mano, volví a sonreír y seguimos caminando de mano por todo el camino a casa.
Mientras caminábamos arrancó una florecita y me la puso detrás de la oreja.
—Ahora estás más linda
Me tomó la mano y seguimos caminando
Debíamos tomar el autobús, ya que mi casa quedaba algo lejos y si no lo tomábamos llegaría muy tarde y mi mamá me mataría.
En la parada solo habían dos o tres personas, nos alejamos un poco de ellas y Owen cogió delicadamente mi cara y me dijo:
—Dash prometo no hacerte daño nunca más, solo necesito que confíes un poco en mí ¿si?.
—Owen este ha sido el día más lindo de toda mi vida. Me has demostrado que eres una persona amable, agradable y súper cariñosa, que la persona que había conocido antes por lo menos en estos momentos no existe y espero que no exista más. Yo quiero confiar en ti, pondré todo mi empeño y ojalá este día no acabe nunca, promete no lastimarme por favor.
Ojalá este día no acabe nunca, promete no lastimarme por favor.
Ojalá este día no acabe nunca, promete no lastimarme por favor.
Ojalá este día no acabe nunca, promete no lastimarme por favor.Estás palabras hacían eco en mi cabeza. Chicos ya me había enamorado. Y en ese momento era tan inocente que no imaginaba lo que pasaría.
—Si mi pequeña, te lo prometo, pero mira el autobús ya está aquí, entremos que se nos va.
Nos sentamos uno al lado del otro, y mientras más lo miraba menos me creía que estaba viviendo esa experiencia con mi insoportable platónico, era simplemente increíble. Sacó una navaja de su bolsillo y rayo en el cristal del autobús nuestras iniciales "D y O" y al lado el día, mes y año en que estábamos 11/4/2015.
Aún sentados en el autobús me seguía sosteniendo la mano, estaba cálida y me transmitía mucha tranquilidad. Llegamos a la última parada en donde nos debíamos bajar, mi casa solo quedaba a dos cuadras.
—Pues hasta aquí llegamos. Gracias por este día —le dije.
—¿Y no quieres que te acompañe hasta tu casa?
—De nuevo gracias, pero mi casa está solo a dos cuadras y sería un poco sospechoso si mi mamá nos ve.
—Esta bien. Y bueno gracias a ti por dejar acercarme un poco más. Linda noche pequeña.
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Otra cicatriz ©
RomanceMuchos intentaron leerla, pero quizás pocos la lograron entender.