Capítulo; Vigésimo S/egundo.

882 101 5
                                    

Como esperábamos, aquel sucio hombre que nos "Vendió" a las niñas quiso tendernos una trampa. Inmediatamente al darme cuenta, se lo indiqué a Edward, puede que sea un inútil pero es el más inteligente de todos nosotros. Hizo un buen plan, y las cosas habrían resultado muy bien, sin ninguna clase de problema si no los hubiera visto, si no los hubiera reconocido, probablemente, todos habrían estado muertos.

La cara de aquel sujeto alto y gordo me parecía muy familiar, y con justa razón, es uno de los villanos principales de la historia de los "6 Héroes", la trama original de la franquicia. Aquel hombre que se había presentado como Dilan, era en realidad Trelvallak, un sucio hombre con las manos llenas de la sangre de mis personajes favoritos, y uno de sus principales secuaces, un hombre de avanzada edad con cicatrices en toda su cabeza rapada era el que realizaba gustoso todos esos macabros sucesos.

Si no fuera porque alcance a verlo caminando hacia nosotros, es muy seguro que nos habría emboscado, los escenarios negativos se multiplicaron al instante en mi cabeza, y solo pude ver a los chicos por última vez mientras caminábamos cerca de una de las secciones que ya habíamos revisado con antelación, recordando que esa enorme puerta a la derecha nos guiaba a un sector donde hombres hacían cosas perturbadoras con mujeres, y que, para la comodidad de estos, tenía uno de los accesos directos a la calle. Los tomé y corrimos hacia la puerta del pasillo, la cual nos brindó el oportuno punto ciego que necesitaba para sacarlos de ahí, entonces, los empujé hacia esta y le susurré a Edward mientras lo hacía, "Protégelo", cerré las puertas y corrí con todas mis fuerzas, sintiendo los pasos apresurados de esa manada de hombre que me perseguían.

El recinto ahora me parecía una jaula más espantosa que al inicio, y solo corrí y corrí, mientras sudaba mi delgado cuerpo, mi respiración se entrecortaba, mi piel se coloraba y la adrenalina recorría todo mi cuerpo. Intentaba ocultarme en una que otra habitación, pero poco a poco se les añadían más hombres. Mi cara estaba hinchada, al igual que mis pies; mi cuerpo entero temblaba, mi garganta se sentía tan rasposa que me asfixiaba, ni siquiera mi vista funcionaba bien. Pero ninguna de esas cosas importaba ahora, nada más que mi sobrevivencia.

Corría de sala en sala aterrándome con cada una de las cosas que veía, el asco y la vergüenza eran cada vez menos soportables. Hasta que supe que me había adentrado demasiado en aquella estructura, cuando vi a personas de diferentes edades realizando toda clase de actos a personas deformes y a animales. El límite de mi asco me impidió seguir con normalidad, y me detuve a vomitar en uno de los rincones, hasta que alguien me tomó del brazo. Era una mujer desnuda, borracha y drogada hasta su máximo, pero en cuanto la vi, reconocí que era uno de los personajes terciarios dentro de uno de los animes de la franquicia, aquella mujer noble hija mayor del Duque Vanirf, supuestamente, dotada de gracia y elegancia, la cual se presumía, se casaría con el tercer príncipe, ¿No tiene acaso solo 10 años ese príncipe?

- Oye tu - Trató de colocarme de pie. Entre muchas cosas, me confundió con un hombre y se proponía manosearme para ofrecerle placer.

El asco volvió a llenarme y las cosas solo empeoraron cuando, en un momento donde trataba de contener el vómito, ella tomo mi mano y me hizo tocar sus piernas llenas de dudosos fluidos. En ese momento vomité sobre ella, pero ella aun me confundía con un hombre, y me pidió que continuara.

El asco se transformó rápidamente en rabia y cerré mi puño para golpearla fuertemente en la cara, pero mis fuerzas ya estaban en su límite y erré mi objetivo, pegándole fuertemente en su hombro y clavícula derecha. Me levanté rápidamente, ella trató de agarrar mi pierna, pero pateé su mano con todas mis fuerzas y seguí.

Sentí que ya no podía continuar, que ya no tenía más fuerzas, ya no podía escapar de tan horroroso lugar.

Mi garganta y boca ardían y dolían con un mayor énfasis que nunca, podía sentir el desagradable sabor a vómito en todas partes de mi ser y a través de todos mis sentidos, como si me fuera a consumir en mi desesperado escape.

Mi destino como Villana.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora