Parte Única

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- Buenas noches, descansen - dijo mientras veía como sus padres se dirigían a su habitación.

- Descansa hijo, no te desveles tanto - le dijo su madre y después se fue, dejando al chico solo en la sala.

"Es hora de que los adultos duerman ya", pensaba mientras una sonrisa nerviosa se formaba en sus labios, cruzo tímidamente sus piernas, las cuales estaban semi desnudas debido a que estaba usando un short de piyama algo corto, mientras se preguntaba ciertas cosas.

- ¿Qué tan lejos llegaremos hoy? - después de hacerse dicha pregunta, su teléfono sonó, vio el mensaje que le había llegado - Ya está aquí... - se sonrojó y se levantó del sillón, abrió la puerta - Hola Giyuu - dijo en voz baja mientras besaba a su pareja.

- Buenas noches Tanjiro - lo abrazo, apresando el pequeño cuerpo entre sus brazos - ¿Estas listo para lo que vendrá a continuación?

- S-Si, estoy listo - respondió mientras ocultaba su rostro en el pecho del mayor.

Giyuu sonrió con cierta picardía y ambos entraron, avanzando cuidadosamente, asegurándose de no hacer ningún ruido para no despertar a nadie, hasta llegar a la habitación de Tanjiro.

Cuando ingresaron al cuarto, comenzaron a besarse de manera apasionada, el peli-burdeo abrazaba el cuello del mayor y el azabache tenía sus manos sujetando la cintura del más joven. Tomioka se separó de aquel contacto entre labios y descendió sus besos hasta llegar a su cuello, para empezar a besarlo y morderlo.

- N-No me muerdas, se gentil, por favor - pidió el de ojos granate debido a que su cuello era algo sensible, además, prefería no tener tantas marcas en su piel en zonas  muy notorias.

- Lo siento, olvide que aun no estas acostumbrado a esto, a un trato algo brusco - volvió a besar sus labio - Seré gentil, lo prometo.

- Si - sonrío y el oji-azul lo tomó entre brazos para recostarlo de manera delicada en la cama para comenzar aquel acto prohibido.

Se dice que cuanto desconoces sobre algo, es normal querer descubrirlo, ese era el caso de Tanjiro.

Con solo dieciséis años, comenzaba a tener curiosidad por ese tipo de temas, el placer sexual y la intimidad entre amantes, ansiaba poder probar cómo se sentía todo eso, así que tomó la decisión de pedirle a su pareja, la cual era varios años mayor que el, si podían comenzar a experimentar todo eso juntos, cosa que él aceptó. Empezaron a mostrar todo de sí mismos poco a poco al otro, en pequeños encuentros que siempre sucedían cuando todos estaban dormidos.

- ¡A-Ahhh~! G-Giyuu... ~ - cubría torpemente su boca con sus manos, en un intento de callar los gemidos que salían se su boca mientras el azabache lo embestía - ¡M-Más~!

- Parece que lo disfrutas, mi pequeña cenicienta~ - susurró de manera provocativa, usando dicha comparación debido a que un día el menor la hizo una vez - Dime, ¿Estarías dispuesto a huir conmigo? - pregunto mientras lamía su pecho.

- ¡S-Si~! Estoy dispuesto a eso y más - ambos se besaron mientras sus pieles chocaban y continuaban con aquel acto de placer, pero también de amor.

Siguieron así durante un rato, como si un hechizo hubiera detenido las manecillas del reloj para que nadie interfiriera en aquel acto que estaban realizando. Giyuu amaba con toda su alma a Tanjiro, ya que sabía que era capaz de abandonar todo lo que amaba para que ambos se mantuvieran juntos y vivieran bajo su "Felices por siempre", ya que con anterioridad había tenido parejas que no estaban dispuestas a eso, el Kamado era el único que si se atrevía a permanecer con él a pesar de todo.

- ¿Vivirías felizmente conmigo? - habían finalizado aquel encuentro, Tomioka acariciaba los cabellos del menor mientras que este estaba recostado en su pecho.

- Si... - respondió mientras poco a poco se quedaba dormido debido al cansancio.

Ese encuentro finalizo, pero vinieron muchos mas después de ese, el de ojos granate sentía que hacia algo malo al arreglarse de cierta manera provocativa, así que siempre pedía disculpas silenciosas y prometía ser un buen chico al día siguiente antes de volver a pecar.

Todo se volvió a repetir, solo que estaba vez con mas rudeza y agresividad que en otras veces, pero el amor que sentían el uno por el otro seguía siendo claro y notorio. El único problema que había en todo esto, era que los padres de Tanjiro no estaban del todo de acuerdo en su relación, aunque en realidad desconocieran de esta y no tuvieran motivos para estar en desacuerdo.

- Ven - un día, mientras estaban en una cita estiro su mano, pidiéndole que la agarrara.

- ¿A donde? - agarro su mano y Giyuu entrelazo sus dedos, un gesto que daba a entender protección y cariño.

- Te tengo una sorpresa - ambos comenzaron caminar.

Avanzaron entre las algo transitadas calles hasta llegar a un lugar donde no había muchas personas, un muy bello parque que tenia un lago y un puente sobre este.

- ¡Que lugar mas hermoso Giyuu! - dijo con asombro al ver todas las plantas y el agua cristalina.

- Me alegra que te guste, tarde mucho en encontrarlo - lo abrazo por detrás - ¿Te gusta?

- ¡Me encanta! - se giro y correspondió el abrazo.

Pasaron un par de horas ahí hasta que oscureció, señal de que ambos debían irse ya cada uno a su hogar, pero como escusa para volver a verse después, el peli-burdeo dejo su sudadera en dicho sitio y le pidió al azabache llevarse la después, mientras todos dormían, antes de quedarse dormido y que las pesadillas arruinaran aquella felicidad.

Sabia de las parejas que el tuvo con anterioridad, sabia que estas decían pequeñas mentiras inocentes con tal de tener ese ansiado cuanto de hadas que el sin mucho esfuerzo estaba viviendo, aun así, mentía ocasionalmente para poder estar con su amado, para que se diera cuenta que siempre estaría ahí para él.

- ¿Crees que puedas darle un vistazo a mi corazón? - Tanjiro pregunto con cierta inocencia una noche mientras ambos yacían acostados en su cama.

- Lo he visto - sostuvo su mano y besó el dorso de esta - Está rebosante de deseos.

- Jejeje, pues, quiero que sepas que todavía tengo espacio para más - se acurruco más junto a él - Así que llénalo por completo - lo abrazo - Hasta colmar el lugar que ocupas en mi corazón.

- Estaré encantado de hacerlo amor - colocó una mano en su cintura - Pero, ¿Que sentido tendría?

- No lo sé - rio - Solo quiero tenerte ahí.

- Entonces no tengo problema - besó su frente y ambos se dispusieron a dormir un rato.

Dicen que la felicidad viene en frascos pequeños, o en otras palabras, momentos o recuerdos que se guardan en el corazón y nos causan una gran satisfacción. Veían como todos a su alrededor se mantenían igual y gozaban de una gran dicha, haciendo que ambos decidieran ser más sinceros, dejando atrás tantas mentiras dichas que solo hacían que tarde o temprano, ambos estuvieran en peligro.

- Si estoy en peligro, ¿Vendrías a rescatarme?

- Lo haría, no lo dudes Tanjiro - besó sus labios antes de que ambos entraran a la casa, era momento de decir la verdad.

- Te amo Giyuu - junto sus frentes.

- Y yo te amo más a ti Tanjiro - sostuvo su mano y abrieron la puerta.

*•~•*•~•*Fin*•~•*•~*

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Espero les haya gustado la interpretación que hice de la canción, medio me base en la traducción que puse arriba, pero re interpreté varios de los diálogos para adaptarlos y que quedaran mejor.

Ojalá les haya gustado •3•

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ℜ𝔬𝔪𝔢𝔬 𝔞𝔫𝔡 ℭ𝔦𝔫𝔡𝔢𝔯𝔢𝔩𝔩𝔞 (𝔊𝔦𝔶𝔲𝔲𝔱𝔞𝔫)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora