Tras escuchar los rumores de que Ethan Ludwig, hijo de congresistas, es culpado de asesinato, Charlotte busca la verdad. Ella es un chica de 17 años que quiere paz en su universidad y en su país. Pero el camino para descubrir si los rumores son cier...
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La mentira más grande que había creado, era su propia vida. La misma que ahora vivía sin disfrutar en absoluto.
Todo lo que había hecho hasta ese momento, no era más que una consecuencia de sus acciones, esas las cuales no podría llamar grandes con orgullo, ya que lo grande no siempre es bueno. Y aunque desde hace tiempo ya nada le importaba realmente, todos los días se preguntaba qué haría si alguien lo lograba descubriera la verdad.
Todo era cuestión de tiempo, eran palabras que siempre se repetían en la cabeza de Ethan para calmar sus nervios y esta vez no era una excepción. El silencio de sus pasos y el ruido de los autos que pasaban, le hacían recordar algo que creía haber olvidado. Muy en el fondo sabía que no era algo, sino alguien.
No era especial, hacía lo que cualquier joven de 17 años haría en ese momento, o al menos un chico que había entrado en la universidad. Sabía que no muchos lograban tener esta oportunidad o no tenían suerte de terminar la secundaria, en cambio él tenía suerte. La cual él deseaba no tener.
Ethan ya había empezado su primer año en la universidad, aunque tenía la mala suerte de que Valeria, su madre adoptiva, haya elegido su carrera. Hace una semana que había empezado, en su clase no hablaba con nadie todavía, solo conocía a una chica de otra clase, quien fue una compañera de la secundaria.
La única razón por la que Ethan había aceptado ir a la Universidad era su hermana, esa era la razón de porque seguía yendo a ese lugar, porque si no era eso entonces no sabría la razón exacta de cómo seguía en pie. Puede que a Ethan no le guste estar en la universidad, pero siempre intentaba entender los temas porque sabía que le serviría de algo o eso había pensado toda su vida.
Apenas entró al campus vio muchas personas caminando por todos lugares, ya se había acostumbrado a esos grandes edificios que veía todos los días, cada uno para diferentes carreras. Cada vez que Ethan entraba al campus se preguntaba si tenía suerte o todo era mala suerte, no sabía cómo sentirse ante estar ahí o simplemente no sabía que sentía. Tampoco se esforzó por descubrirlo.
Tal vez su yo de niño habría estado muy feliz de estar en la universidad pero ahora no era lo que quería. Mientras caminaba para llegar a su salón, se dio cuenta de que unas cuantas personas lo miraban mucho y susurraban cosas. Se preguntaba qué había hecho para ser tan famoso además de ser hijo de ministros corruptos.
-Dicen que hay un asesino en la universidad
-¿Quién crees que sea?
-Creo que es él ¿ya lo viste?, es igual a como lo describen
Al escuchar los susurros de las personas alrededor simplemente su corazón se congeló, pero no sus pies, él seguía avanzando. Lo que menos quería era ser expulsado de la universidad, ya tenía suficiente con ese examen de admisión. Mientras más avanzaba, más escuchaba y más personas veían. Pronto descubrió que todos lo miraban, nadie paraba de hablar sobre ese misterioso tema, pero todo se calmó cuando llegó a su salón, ahí no tenía que escuchar el bullicio de las personas y pasaba desapercibido.