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'mi muñeco de nieve'

🦋Una vez, conocí a alguien, a una persona que era totalmente lo contrario a mi, se podría decir que no podíamos estar del todo juntos, principalmente, porque la persona de quien me enamore, no era una mujer, era él, mi muñeco de nieve. 🦋

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Las flores se podría decir que son la especialidad de la primavera, el intenso sol y grandes lluvias son del verano, las hojas muertas del otoño y como magia, en invierno caía unas pequeñas cosas que era famosamente conocido como 'nieve'.

En este diciembre, no era la excepción, los copos caían en ese pequeño pueblo, y entre sus calles iba caminado un nene de 5 años, con una piel morena y cabello oscuro un color como el chocolate amargo, y sus ojos era un par de avellanas oscuras que se escondían detrás de unos grandes lentes de cristal redondos y cerca del labio un lunar.

Iba tan abrigado que apenas y se podía ver sus ojos, tenía unos guantes, bufanda y gorro rojos tejidos a mano, muy abrigado de pantalón y chaleco, ese pequeño iba de la mano de su tutora, su abuela materna.

No es que hiciera mucho frío en ese invierno, la razón de que el nene iba tan abrigado y la abuela apenas y tenía un suéter y bufanda, era que el pequeño tenía una rareza; era alérgico al frío.

Posiblemente te preguntas el por qué está afuera entonces, bueno, el pequeño tenía una afición a la nieve, a pesar de no poder tocarla o jugar con ella, le bastaba con ver los copos caer.

Y la señora, no se podía negar a unos bellos ojos.

Llegaron a su destino, al hogar de ambos, un pequeña casa de dos pisos, con un horno de barro, con un par de habitaciones, sala, cocina y en la parte de adelante se ubicaba una bonita y sencilla panadería.

'mariposa' el nombre de aquella panadería.

-México, por favor puedes ir por más leña atrás- el pequeño asintió ante le pedido de su abuela ya mayor de edad.

Camino por un corto pasillo al fondo de la casa, llegando a la puerta trasera, la abrió con dificultad por la nieve que se estaba juntando poco a poco, después de unos segundos la abrió.

Justo al lado de la puerta estaba amontonados piezas y piezas de madera, se acercó a aquel montón de leña ante los ojos del pequeño era gigante y tomó unas pocas entre sus brazos.

Lo hacía con cuidado en un ambiente frío, sin sol y con sólo el sonido del viento en los árboles, pinos y arbustos, pero ese tranquilo y sereno silencio se interrumpió por una rama rompiéndose.

Eso puso en alerta al pequeño México que se dio vuelta lentamente sin tirar la leña, puso atención a ese bosque que su casa daba espalda y escucho de nuevo otra rama rompiéndose, estaba mirando fijamente aunque por el clima sus gafas se empañaban a cada rato.

Vio entre la nieve y la vegetación una figura moviéndose, cuando estaba por dejar la leña e ir a ver que era eso, se escucho desde adentro de la casa -¡México!, ¿¡que tanto tardas?!-

El llamado de su abuela hizo que dejara ese asunto de lado para responder con una tierna voz -¡ya voy abuelita!-

[...]

El infante llegó con dificultad al lado de su abuela para darle la leña -México mijo, tendrás que cambiarte de ropa, va a venir tu papá a verte, y ya sabes como es con eso de tu ropita mi niño-

-¿papá?, pero el no me quiere- la abuela terminó de acomodar la leña para voltear a mirar a su nieto con cierta melancolía en sus ojos -si te quiere, ¿como no va a quererte?, ve a cambiarte y recuerda mex, no dejes tu ventana abierta-

Snowman Donde viven las historias. Descúbrelo ahora