La última oportunidad (The Last Stand)

Perros

(24 de Mayo)

He sido golpeado, dado por muerto, y sin esperanzas. Pero esto no acaba aquí. Simplemente no puede. He sobrevivido a enfermedades, problemas y hasta esas bestias que andan allá afuera. Unos golpes no acabarán conmigo. 

Desde que puedo recordar, estaba en el lobby del edificio, uno de los hombres armados entra y rompe el silencio, los hombres de Andrew salen y matan al individuo. Después, me tienden una trampa por la espalda y caigo al suelo. Luego, recuerdo que me ataron a una silla, comenzaron a preguntarme cosas. Creo que no respondí lo que querían que respondiese. Me golpearon y una vez.

Ellos no sabían que si me dejaban vivo. Oh, si lo hacían, estarían sellando su destino.

Y lo hicieron...

De todas las cosas que pude ver, era que estos tipos estaban algo asustados. Cuando terminaron de golpearme, podía ver, borroso pero podía ver. Uno de mis ojos estaba "apagado" por decirlo así, estas personas, eran como 7 o 8, estaban desesperados, solo creo que Andrew y otros 2 estaban más calmados. No había señal del perro y de la niña. Las otras personas parecían querer irse, alcancé a escuchar un cambio de palabras entre Andrew y otro tipo:

-¿Qué crees de esto Tomás?

-Pienso que él es culpable. Tu pendejo "amigo" nos arruinó nuestra base en la Metroca, por culpa de él mi hermano está muerto. Fue devorado por esas malditas cosas. Ahora simplemente llega a nuestra nueva zona, atrae a esos idiotas y nos vuelan la maldita entrada principal y esos estúpidos de mierda pueden entrar acá. ¿Te parece esto bien? Oh, se me olvidaba decirte, parece que el que entró aquí estaba acompañado. ¡Y ahora que sabe que uno de ellos está muerto, pueden volar todo el edificio porque no sabemos que tan armados están!

-Interesante. Totalmente interesante.

-Yo digo que le metamos un tiro y nos larguemos.

-¿Un solo tiro? ¿Qué no has visto cómo me dejó el cráneo? Tengo todo tapado, dolores horribles y una maldita gana de echarlo todo hacia afuera. Si no fuera por la doctora, ya estuvieron todos muertos. TODOS. Yo los traje aquí, yo los ayudé en Metroca. Así que deja de quejarte. Ahora, cógelo y tíralo hacia el rincón de la oficina. Vamos a torturarlo y lo matamos. Debe pagar por lo que nos hizo.

-Me parece bien.

-Antes, guarda el perro y a la niña. No quiero que vean esto.

-Dale.

Después de escuchar esto, Andrew me dio una patada en la cara. Caí sobre el suelo sangrando de nuevo, mis ojos se cerraban de dolor. Pero no debía hablar. No debía mostrarles sufrimiento. 

Tomás y otro tipo, me agarraron y me vendaron los pies. Después me tiraron hacia una mesa que se rompió. Olvidaron vendarme la boca. Creyeron que iba a gritar por clemencia. Pero no pensaron, que un simple y pequeño trozo de madera caería cerca de mí. Me arrastré un poco hacia él. De una forma algo dura, pude voltearme y cogerlo con las manos mientras estaba de espaldas. Era ideal para usarlo contra ellos, parecía que no habían visto nada. 

Tomás había sacado su cuchillo, estaba dispuesto a usarlo contra mí, pero de repente, de la misma manera como el mal adentro se dispone a acabarnos, un pequeño láser rojo se pone en el pecho de Tomás. Este, asustado mire con horror a Andrew, el cual apunta a su enemigo y quizás mi salvador: afuera había una especie de soldado altamente avanzado, apuntando a Tomás.

Siento que alguien tira algo por el suelo, una granada cegadora, todo se pone en blanco. No escucho nada, no puedo ver nada. 

Solo todo estaba oscuro y alumbrado a la vez.