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TANTO DIANNE COMO DRACO MALFOY observaban sus cartas de Hogwarts con muecas de fastidio en sus pálidas facciones. De no ser porque sus padres los estaban observando, ambos hubieran puesto los ojos en blanco. Solo se limitaron a resoplar y dejar que los adultos las vieran, en especial los libros que debían comprar.
—El libro reglamentario de hechizos (clase 2), Miranda Goshawk.
—Recreo con la <<banshee>>, Gilderoy Lockhart.
—Una vuelta con los espíritus malignos, Gilderoy Lockhart.
—Vacaciones con las brujas, Gilderoy Lockhart.
—Recorridos con los trols, Gilderoy Lockhart.
—Viajes con los vampiros, Gilderoy Lockhart.
—Paseos con los hombres lobo, Gilderoy Lockhart.
—Un año con el Yeti, Gilderoy Lockhart.
—El nuevo profesor de Defensa contra las Artes Oscuras debe de ser amigo de Dumbledore—masculló Draco, haciendo una mueca de desagrado—. Ha puesto todos sus libros en la lista.
—Todos estos libros no resultarán baratos—señaló Dianne, mirando de nuevo la lista —, los libros de Lockhart son muy caros.
—Demasiado para lo que son—opinó Lucius, mientras hacía una mueca de desagrado.
—Padre, ¿el señor Lockhart estudió en Hogwarts? —preguntó Draco, con curiosidad.
—Sí—Lucius soltó un largo suspiro—. Coincidimos con él, ¿verdad, querida? —frunció los labios—. Un hombre realmente.... Extravagante.
—¿Por qué? —preguntó Dianne.
Lucius y Narcissa intercambiaron una mirada, sin saber muy bien que decir. Realmente no sabían cómo describir a Lockhart sin pintarlo como una especie de payaso. Aunque, para el mayor de los rubios, era lo más parecido a un payaso que tenían en el mundo mágico.
<<Es extraño>>, se había limitado a murmurar la mujer Black, para luego ordenar a los mellizos que se prepararan para ir a comprar al Callejón Diagón.
