Cuando Merlín recuperó la consciencia esta vez se sentía agotado pero mucho mejor. Se alegró de que el draconiano no hubiera decidido que estaba destinado a morir. Ahora solo le faltaba descubrir cuál había sido el objetivo de casi matarle. Trató de levantarse pero se sintió mareado. Gaius se acercó a él enseguida.
- Tranquilo. No te levantes. Hasta hace poco has tenido fiebres muy altas. Vas a tardar al menos un día entero en recobrar las fuerzas. -dijo con voz preocupada
- ¿Qué ha pasado?
- ¿No lo recuerdas?
- Si. Recuerdo que hablé con un draconiano. Me habló sobre mi destino y que se había desviado de su rumbo. Me dijo que no podía contarme mi destino pero que él lo arreglaría. Lo siguiente que recuerdo es desmayarme a causa de un veneno que me había puesto en la bebida.
- ¿Y a qué te refieres con que ha pasado?
- A que si sabes cuál ha sido el objetivo de envenenarme. Parece que mi destino no era haber muerto.
- No sé cuál es el objetivo. -Gaius desvió la mirada- Solo sé que me costó mucho curarte. Casi te pierdo. Así que si vuelves a ver un draconiano no te acerques a él.
- El puede ver en todos los posibles futuros. Si ha hecho lo que ha hecho me acabará conduciendo a mi destino sea cual sea. No creo que necesite volver a verle para eso.
Gaius no dijo nada más pero Merlín pudo ver que parecía preocupado y entonces se dio cuenta de que le ocultaba algo y no se lo quería contar. Debería averiguarlo por él mismo. Pero antes necesitaba recobrar sus fuerzas.
- Ahora que te has despertado debes comer algo.
Merlín vio el plato de comida que Gaius le estaba dando y se planteó si era realmente necesario recuperar las fuerzas porque ese plato no tenía buena pinta. El galeno nunca había destacado por cocinar bien. En ese momento entró su amiga Gwen. Llevaba una cesta y olía de maravilla.
- Gaius me dijo que te estabas recuperando. He cocinado algo. Pensé que tendrías hambre al despertar.
Merlín dejó el plato de Gaius sin tocar y empezó a comer la comida de Gwen con apetito. La comida de su amiga siempre era deliciosa. Vio que Gaius le miraba mal.
- Lo siento Gaius. Siempre has sido un gran galeno pero no eres muy buen cocinero.
Gwen se rio ante el comentario.
- El Merlín de siempre ha vuelto. -dijo Gwen.- El remedio que le diste ha ido muy bien.
- Demasiado bien diría yo. -dijo Gaius malhumorado- Aún así necesitara reposar. Ha tenido fiebres muy altas.
- En cuanto acabe de comer me iré para que descanse.
- Gracias por todo Gwen.
Gwen era una de las primeras personas que Merlín había conocido al llegar a Camelot. Era la sirvienta personal de Morgana, la protegida del rey. Habían congeniado desde el primer momento y eran buenos amigos. Al terminar de comer se retiró y Merlín fingió ponerse a descansar de nuevo. Esperó pacientemente hasta que Gaius al fin se fue a dormir y en ese momento se levantó de su cama. Se sentía algo mareado pero debía descubrir qué le estaba ocultando Gaius. Buscó por todos sitios hasta dar con lo que quería. El libro que le había dado el draconiano. Era la única pista que tenía. Se fijó en que había una página marcada y la abrió. Allí se explicaba como se hacía el antídoto que curaba el veneno que Kilgharrah le había dado. Eso le confirmó que el draconiano no pensaba que su destino fuera morir. Se había asegurado meticulosamente de que encontraran la cura antes de que fuera demasiado tarde. Pero que hubiera estado enfermo y ahora estuviera bien no cambiaba nada. Todo era como antes. Tenía que haber algo más. En ese momento un trozo de papel cayó del libro. Merlín lo cogió abriéndolo y vio que se trataba de un mapa. Había algo escrito. Decía que en esa ubicación se encontraba la rosa negra. Uno de los ingredientes del antídoto. Al mirar de nuevo el libro vio que esta se creaba en el centro de un rosal creado con magia. Tenía que ser eso. Algo relacionado con ese lugar. Pero allí había ido Gaius. ¿Era su destino ir allí? ¿Era el destino de Gaius el que iba a cambiar? No. El draconiano le había dicho que su magia estaba destinada a algo grande. Le faltaba información. Debía ir a ese lugar a averiguarlo por su cuenta. Se guardó el mapa e iba a regresar el libro en su sitio cuando oyó un ruido a sus espaldas. Se giró sobresaltado.
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The sourcerer and the beast
FanfictionLa vida de Arturo siempre estaba llena de las preocupaciones y los problemas de un príncipe. Así que una vez al año descansaba de todo yendo a su casa de verano. Pero uno de los veranos todo cambio cuando una druida anciana a la que no quiso cobijar...