Un mes. Solo había logrado salir de este pueblo de mierda por un mes.
Eso debía ser un récord.
La mayoría de los que fracasaban en su intento de irse de este basurero se las ingeniaba para pasar al menos un año fuera, pero yo no.
Oh, no. Nosotros no éramos como ellos.
Éramos peores.
Luego de ver por veinte minutos como iban apareciendo los edificios y calles que habían sido el escenario de mi infancia, recargue mi cabeza contra el cristal de la ventana y mire con impasibilidad a mi mamá y mi hermano mayor, quienes iban en la parte delantera del auto. Los dos intentaban mantener una conversación ligera y amena pero todos sabíamos, muy en el fondo, que era un asco estar de vuelta.
Salí del coche cuando estuvimos frente a nuestro viejo edificio y, en lugar de entrar junto a ellos, me dispuse a caminar por la acera con pasos muy marcados e irritados.
— ¡Sora! Ven acá — escuché que Seokjin me llamaba desde los escalones. — Ayúdanos a bajar el equipaje. ¡No soy tu jodido botones!
No hice caso.
— Deja mis cosas en el maletero. Las bajaré luego.
Lo escuché bufar y mascullar algo, pero ya iba bastante alejada como para descifrarlo. Me sentía totalmente amargada y sabía que no era culpa de mi hermano ni tampoco de mamá, pero me era difícil aceptar el hecho de que habíamos tenido que regresar a una realidad a la que, hace sólo unas semanas, pensé haber dejado en el pasado.
Pero ahora mismo necesitaba respuestas y una puta explicación. ¿Por qué ese trío de idiotas había ignorado cada una de mis llamadas y mensajes durante el tiempo que pasé en la capital?
Mi instinto me dijo que durante la calurosa tarde de un viernes ellos estarían en casa de Tara, pues era la única que tenía un buen ventilador en su cuarto. Subí al noveno piso del edificio B y me encontré la puerta sin seguro, cosa que era habitual por las tardes. Entre buscando a su madre pero, cuando no la encontré, me dirigí al pasillo y caminé lentamente cuando empecé a escuchar voces que venían del cuarto de mi amiga.
— ... mañana. Tengo que buscar un tema para el jodido proyecto de filosofía. ¿Por qué nos dan una materia tan inútil como esa?
Algo se estremeció dentro de mí al escuchar la voz de Jimin otra vez. Me asomé discretamente y pude verlo sentado en la cama de la chica con la espalda pegada a la pared. Luego la vi a ella acostada en el suelo mientras jugaba con una pequeña pelota de goma.
— También tenemos que buscar equipo para la tarea de física — le dijo, cansada. — Hasta ahora solo somos tú y yo y eso no es nada prometedor.
¿Y Taehyung? pensé.
Sin poder aguantar más, abrí la puerta de golpe haciendo sobresaltar a los presentes.
— Vaya, siguen vivos. Que alivio.
Los dos me miraron como si fuera un fantasma y se levantaron de sus lugares como un par de resortes. Sus rostros no parecían sentirse culpables de haberme ignorado y de ni siquiera haber reconocido mi existencia durante el mes que pase lejos.
— ¿Sora? ¿Qué haces aquí?
Tara fue directo a darme un abrazo. Aunque lo correspondí, lo terminé más rápido de lo que ella pretendía que durará.
— ¿Se puede saber por qué coño no atendían mis llamadas? ¡No podía dar con ninguno de los tres!
Ellos intercambiaron una mirada que bordaba la preocupación.
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sempiterno • kth
Fanfic❝ Cuando eres joven solo corres, pero vuelves a lo que necesitas. ❞ Sora y Taehyung son amigos de la infancia que tuvieron que crecer en medio de pandillas, drogas y violencia callejera. Se permitieron soñar con salir de ahí y empezar vidas nuevas q...