Parte 1.

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Se removió entre las cálidas sábanas con pereza, un pequeño quejido inconsciente salió de su boca al escucharlo la voz de su papá llamarlo a lo lejos. Ah, ¿por qué la mañana siempre llegaba tan rápido? No le gustaba levantarse temprano, era molesto. Él amaba a su papá; lo amaba mucho, ¡muchísimo! En serio que lo hacía... sin embargo, prefería ignorarlo. Si no lo escuchaba por un ratito, probablemente se diera por vencido y lo dejara descansar un par de horas más.

Woosan creyó haber ganado por esta vez, pues la gruesa voz de su progenitor dejó de resonar en su habitación para dar paso a ese silencio que lo ayudaba a dormir.

Hasta que entonces...

-¡Ya, papá! -la luz entró junto con ese fastidioso sonido de las cortinas corriéndose a un lado.

Sus ojitos se cerraron con fuerza e intentó cubrirse todo el cuerpo con la sábana.

-Woosan, ya levántate -dijo su padre, acariciando su cabeza por sobre la tela. El niño se quejó otra vez, murmurando un "no, ¡quiero dormir!"- Vamos, arriba. ¿Sabes qué día es hoy?

Ante aquellas últimas palabras, el pequeño pelinegro asomó un ojo, curioso.

-Uhm... ¿es tu cumpleaños? -susurró con dudas. Él no recordaba mucho las fechas especiales, pero sabía cuándo eran los cumpleaños de sus papis porque en esos días el tío Tae lo mencionaba sin parar. Entonces... tal vez lo hizo y no escuchó- ¿Sí? ¿Es tu cumpleaños, papi Suho?

-No, no es mi cumpleaños -negó con una sonrisa- Hoy se celebra el día del padre en tu escuela. Tienes que levantarte porque es el festival.

Oh, ¡cierto! Estuvo practicando con sus amigos de la escuela. Dio un salto emocionado, abrazando a Junmyeon.

-¡Hoy es mi obra! ¡Y... y... y también voy a cantar! ¡Y...! -Woosan abrió los ojos desmesuradamente de pronto- ¡¿Qué hora es?! ¡¿Y si es tarde y ya pasó la obra?! ¡Papi, vamos!

-Tranquilo, Woo -rió enternecido ante la preocupación de su hijo. Revolvió sus cabellos, depositando un beso en los mismos.

Woosan estiró los brazos hacia él, dando pequeños saltos en la cama.

-¿Tío Tae ya viene por nosotros?

-Es muy temprano todavía, hijo -dijo Myeon, poniéndose de pie con el niño en brazos- Pero es mejor que comiences tu día ahora. Ya sabes, queremos estar listos a tiempo para la escuela, ¿verdad? Además, no creo que desees perderte tu sorpresa.

-¡Wah! ¡¿Qué sorpresa?!

Junmyeon agradeció en silencio a su hijo, a comparación de su... peculiar despertar con los sonidos insistentes del timbre, el trayecto al baño fue el mejor momento de su mañana. Woosan no paraba de preguntar sobre dicha sorpresa, obteniendo muchas quejas al no soportar la risa. Era adorable y el hecho de que fuera tan inteligente para tener siete años hacía su corazón dichoso.

Junmyeon esperó paciente a que se lavase los dientes e hiciera sus necesidades. Su cuerpo tenía ciertas ansias que hacían sus piernas temblar y sus manos sudar, la «sorpresa» lo tenía inquieto, sin comprender porqué llegó justo en ese momento; así, sin avisar, sin una llamada o señal de humo que le informara que estaba devuelta en la ciudad. Por otra parte, era un alivio que recordase su papel en la vida de Woosan, decidiendo verlo en esa fecha que era importante.

Cuando estuvo listo, Suho guió al niño a la sala de estar sin responder las cuestiones más que con un "no lo sé, Woo, ya lo verás".

-¡Papi, dime! -tiró de su pantalón, viéndole con un puchero y aquellos ojos oscuros mostrándose más brillosos que de costumbre- ¡Pá!

Over Again ❀SeHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora