Regen: ¿Qué Esconde La Lluvia?

Maximilian Wasser

Damia Zart

—Después de eso entró a la cabaña, yo cerré la puerta y me presenté por cortesía... Le ofrecí una toalla para que se secará y luego le dí una de las mantas para que se abrigará...—me encontraba contándole a Annie lo que había ocurrido el día anterior— después recordé que Misu había dejado una sudadera allí y se la ofrecí para que se la colocará, pensé que debía tener frío, obviamente porque estaba empapado y sin camisa...

—Entonces ¿Pasaste la noche con él? Con ése ¿Maximo? —preguntó Annie muy interesada.

—No, y se llama Maximilian, no Maximo...por cierto, adivina ¿Quién es mi nuevo vecino?...—le dije con algo de sarcasmo.

—No puede ser... ¿En serio? —asentí— ¡Aah! —empezo a dar chillidos de emoción, no sé porque no se controla.

—Sshh...—tapé su boca con mi mano— no hagas escándalo no quiero que Inna te oiga, aún no se ha ido a trabajar.

—Ok, ok, de acuerdo—dijo rápidamente, cuando retiré mi mano—. Cuenta... ¿Qué más?

Estábamos en mi habitación, mi querida amiga me venía a visitar desde siempre o al menos desde lo que pasó con mis padres, sus visitas eran más seguidas.

—Pues pasamos ahí un buen rato, hasta que pasó la tormenta...

Claro y a ti te molestaba mucho que ése chico que parecía esculpido por los dioses del Olimpo, estuviera atrapado contigo ¿No?

—Ajá, pero ¿Pasaron todo el rato en silencio? Sé que la tormenta tardó buen rato en pasar, yo llegué empapada a casa con Misu, porque con esa lluvia no hubo más fiesta —dijo cruzando sus brazos sobre su pecho, seguro le molestaba que no hubiera más fiesta, me dió por sonreír de forma burlona, pero ella me devolvió una mirada de reproche y dejé de sonreír.

Hay algunos detalles que reservaré para mí, mejor cambio el tema.

—Yo les dije, por eso me fuí a casa —dije subiendo mis manos en señal de paz.

—Ujum y terminaste, sóla en una cabaña, atrapada con un guapo chico semi desnudo que apareció durante una tormenta... Suena casi irreal.

—Lo sé,  cómo te decía... Cuando la tormenta paró, decidí irme y bueno él, muy amable se ofreció a acompañarme y pues que más, así descubrí que es mi nuevo vecino.

—¿De dónde crees que venga? —me preguntó Annie, colocando una mano en su barbilla como si pensará.

—¿Quién sabe? —me encogí de hombros —, pero tal vez podríamos tratar un poco más. ¿No te parece?

—Es un buen plan —ella asintió— ¿Cómo o cuándo?

—¿Qué tal si unas buenas vecinas organizan una fiesta de bienvenida? —compartimos una mirada cómplice.

—Es muy posible... ¿Le contaremos a Misu? —inquirió ella.

—Él puede ayudar con lo de la fiesta, pero creo que es mejor no mencionarle lo de cómo conocí a mi nuevo vecino...

—Pero...

—Al menos hasta que tenga su sudadera de vuelta, sabés lo que ama sus sudaderas, es probable que se moleste, así que cuando Maximilian, me regresé la sudadera, no le mencionaremos esa parte a Misu ¿Sí?