UNDER THE RAIN -SOFT-

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En el otoño de sus veinticuatro años, Doyoung viajó por primera vez al extranjero, estaba tan emocionado, lo había planeado con sus amigos desde que era joven, pero cuando uno empieza a crecer nota que los sueños que implican dinero como para viajar al extranjero eran un poco laborosos. 

Así que les tomó un buen tiempo poder ahorrar  al mismo tiempo, también coincidir en sus vacaciones y sobre todo no tener actividades, pero valió la pena cuando pudieron subirse al avión juntos. 

Jungwoo estaba tomando fotos mientras que Doyoung se aferraba a su almohada, iba a volar en el cielo, no podía creerlo, Taeil ya se había tomado una píldora para dormir porque de lo contrario estaría teniendo nauseas todo el viaje, y no eran dos horas, eran más de doce horas. 

Y eso era lo que le generaba una inmensa felicidad, era el primero en su familia en viajar en avión, parecía una locura. 

Se durmió viendo el cielo, era tan irreal que no podía unir las emociones que sentía, reprodujo sus canciones favoritas mientras imaginaba todos los escenarios posibles en New York, habían elegido aquél lugar en particular porque a los tres les encantaba la canción de Taylor Swfit "Welcome to New York".

Y aunque la llegada había sido magistral, muchas aventuras les esperaban, en particular a él.

 El hotel en donde se quedaron era inmenso, y valía cada centavo que habían gastado, Doyoung salió al balcón y observó la ciudad que nunca dormía, era un sueño hecho realidad. 

Lo primero que hicieron en su primer día fue recorrer los alrededores, Jungwoo se tomó fotografías en cada esquina, mientras que Taeil probó cada puesto de comida callejera, Doyoung caminó alrededor emocionado, la alegría brotaba desde lo más profundo de su interior, era una sensación extraña, su cuerpo y mente sabían que estaban en otro lugar, pero su corazón estaba confundido. 

Tomaron el desayuno en una cafetería llamativa, Doyoung se pidió un caramel macchiato y mientras la espuma manchaba sus comisuras, se rió de las travesuras de sus amigos. 

—¡tal vez deberíamos quedarnos aquí!—chilló Jungwoo, cargando sus bolsas con todas las compras que ya había hecho. 

Doyoung por su parte solo había comprado una esfera de nieve—¿qué haremos después?

—¡tenemos que ir al artechouse!—Taeil gritó, entusiasmado—¡necesito pisar ese lugar antes de morir!

Rieron y lo decidieron, irían al artechouse, era una galería futurista interactiva, habían visto los panfletos que Taeil siempre guardaba con el deseo de alguna vez ir, y ahora irían. 

¿había algo mejor que cumplir sueños con tus mejores amigos?

Les tomó algún tiempo poder entrar, pero cuando lo hicieron, el corazón de Doyoung se aceleró, sus ojitos negros y afinados se ampliaron, observando cada detalle en las paredes y el piso, admirando el arte que Taeil amaba. 

Se separaron para observar por su propia cuenta, Doyoung caminó confidente alrededor, no era muy bueno en inglés, pero podía decir algunas cosas como para sobrevivir. Llegó a una sala que le encantó, era como un bosque con tonos verdes y azules fluorescentes, Doyoung caminó hacia atrás para observar de manera más amplia y cuando lo hizo, paso a chocarse con una persona detrás suyo. 

Aterrado, miró en dirección a la persona y se encontró con un chico más alto que él, coreano, el chico llevaba un holgado hoddie gris, le sonrió y dijo—lo siento, no te vi. 

Por la iluminación, el rubor en sus mejillas no podía verse, Doyoung estaba internamente agradecido porque nunca había visto a un chico tan hermoso—lo siento yo—susurró, apartándose. 

KINKTOBER JOHNDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora