Diez minutos más tarde llegamos al edificio donde vivían mis padres, el distrito de Gangnam, donde el lujo está a la orden del día. Bajé del coche y miré dentro. Olivia no parecía tener intención de bajar así que cerré la puerta y me dirigí a la entrada.
No era de extrañar que no quisiera venir, al fin y al cabo, mis padres nunca fueron de su agrado y ellos fueron la principal causa por la cual escogí a mi esposo en lugar de a ella y sé que lo sabe.
¡Omma! Haru saltó a mis brazos en cuanto me vio y yo la subí a mis brazos para darle un fuerte beso en la mejilla.
Hola mi amor, ¿qué tal lo has pasado con los abuelos?
Bien, por supuesto Mi padre respondió antes de que ella pudiera hacerlo. Aunque por la noche le costó bastante dormirse Haru no era una niña a la que le gustara dormir fuera de casa, ni siquiera con gente conocida como podían ser mis padres. Echaba mucho de menos la rutina.
Creí que vendrías a buscarla más temprano Dijo fríamente mi madre. Fingí una sonrisa
Lo siento, me... Me quedé dormida Ella me fulminó con la mirada y yo sabía que eso significaba que me estaba juzgando como madre. Hiciera lo que hiciera nunca estaba bien para ella, nuestra relación se estaba deteriorando cada vez más a pesar de mis esfuerzos por complacerla y yo ya estaba empezando a cansarme.
Ya nos vamos, el taxi está esperando abajo
¿Taxi? Esa mirada de mi madre de nuevo.
Nos vemos Me di la vuelta y me marché con Haru y la bolsa en mis brazos. No me apetecía dar explicaciones ni discutir. A veces siento lástima por mi padre, apenas voy a visitarlo tan sólo por evitar a mi madre.
Olivia estaba esperando fuera del taxi, apoyada sobre él. Nuestros ojos se cruzaron a través del humo que salía de su boca.
¡Olivia unnie! El grito de Haru nos distrajo a ambas. Hizo el amago de querer bajar al suelo y la solté.
Haru, una niña tímida a la que no le gustaban en absoluto las personas desconocidas, a la cual le costaba bastante relacionarse, estaba ahora corriendo junto a Olivia, quien había arrojado un cigarrillo nada más verla y se había agachado a saludarla. Me frené en seco ante esta escena... ¿Cómo había hecho para conseguir la confianza de Haru tan rápido?
Creía que ya no fumabas unnie Dije al llegar a su lado, ella volvió a ponerse de pie y me miró con esa mirada fría, ya tan característica de ella.
Ya no tengo ningún motivo para no hacerlo
Unos diez minutos más tarde llegamos al lugar. Las dos bajamos del taxi, pero Olivia no se movió. Haru se acercó a la ventanilla y tocó dos veces con sus nudillos para que la bajara. ¿Ya te vas unnie? Preguntó inocentemente.
Sí, tengo cosas que hacer Respondió tratando de sonar lo más suave posible, momento que yo aproveché para preguntar lo que llevaba todo el camino dando vueltas en mi cabeza.
Sobre lo que dijiste antes... ¿volveremos a vernos? La escuché suspirar y mirar hacia otro lado. Eso no era una buena señal.
No creo que sea una buena idea Yeo Jin ¡Un puñal... ¡No! Una katana me atravesó el pecho de delante hacia atrás.
Yo... siento haberte arruinado la noche de ayer, sólo...
No es por eso, es... Hizo una pausa, clavando su mirada detrás de mí ¿Sabes qué? Olvídalo, está todo bien... El viernes tengo que asistir a un desfile de unos conocidos y me dijeron que podía llevar a alguien. Si quieres venir estás invitada. Te enviaré la dirección por mensaje más tarde... si quieres, claro. Una sonrisa iluminó mi rostro, volviéndose más amplia a medida que hablaba.
¡Claro! Aunque... ¿No le molestará a tú... novia que vayas conmigo y no con ella?
Ow... Eso Hizo una pequeña pausa. Nah, no creo que le importe en absoluto. Te veo allí entonces. Y tras decir eso subió la ventanilla e indicó al conductor que arrancase.
¿De dónde vienes? Una voz a mi espalda me erizó el vello de la nuca. Me giré para encontrarme con su mirada oscura y penetrante.
Fui a buscar a la niña a casa de mis padres No apartó su mirada de mí durante lo que parecieron siglos. Se giró y se dirigió al portal de nuestro edificio, sin siquiera saludar a nuestra hija. Le seguí en silencio, silencio que se volvió más incómodo en el ascensor Haru debió notarlo porque no pronunciaron palabra.
¿De dónde vienes? Repitió en cuanto cerró la puerta.
¿Qué? No entendía nada.
¡Haru! ¡A la habitación! Esperó a que desapareciera ¿Qué estuviste haciendo con esa? Preguntó entre dientes, dando un paso hacia mí de forma amenazante.
'Esa' es mi amiga Respondí sin acobardarme. No iba a permitir hablara de Olivia de esa forma.
No quiero que vuelvas a relacionarte con esa escoria
Por favor, no empecemos de nuevo No tenía ganas de continuar la conversación que habíamos tenido tras el desfile del día anterior.
No es una petición, es una orden
¿Ah sí? ¿Y quién te crees que eres para darme órdenes? En un rápido movimiento puso su mano sobre mi cuello y me empujó contra la pared. Aún podía respirar, pero me estaba haciendo daño. S-suéltame... Duele... Dije con un hilo de voz.
No quiero tener que repetirlo dos veces Yeo Jin. No quiero verte cerca de esa perra nunca más, ¿arasso? Hizo una pausa. Yo no respondí. El miedo no me dejaba responder. ¿Arasó?! Repitió de nuevo, en un tono de voz un poco más alto, pero aún insuficiente para que nuestra hija lo escuchara desde la habitación. Yo asentí y por fin me soltó. Así me gusta Dijo más calmado y se fue al salón a ver la televisión como si nada hubiera pasado.
Inspiré hondo para tratar de recuperar el ritmo respiratorio normal pero mi corazón latía tan fuerte que era casi imposible. Mis manos estaban temblando.
Fue entonces cuando lo noté, ese olor tan familiar, pero a la vez desagradable. Hacía años que no inundaba la casa, el ambiente, su ropa... Pero no había duda, era ese olor de nuevo... Cerré los ojos con fuerza, tratando de contener mis lágrimas y me escurrí por la pared hasta sentarme en el suelo.
Traté de frenar el sonido de mis sollozos ocultando mi cara entre mis rodillas. Lo último que quería era que mi hija me viese así. Saqué fuerzas de flaqueza y me levanté para encerrarme en nuestra habitación.
La pesadilla había vuelto.
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¿YABOSEYO?
FanficLlegué a casa después de trabajar. Estaba muy cansada, últimamente tenía tanto trabajo que no podía evitar hacer horas extras casi todos los días, pero aún así hoy no podía dormir. Mis manos aún temblaban. Mi corazón aún latía con fuerza. Hoy la he...