–¿Rose?–Susurro.–¿Rosaline, estás aquí?
Camino sigilosamente por los grandes pasillos de la mansión Styles abriendo cuidadosamente cada puerta. Hasta toparme con una ya conocida para mi.
Estuve aquí ayer.
El cuarto de Harold.
–Rosaline...–Susurro y levanta su rostro, se encuentra sentada en posición de loto sobre la cama de Harry, lágrimas silenciosas caen sobre sus rosadas mejillas.
Me acerco a ella y sentándome a su lado, deja caer su cabeza sobre mis piernas, y se acuesta sobre la cama, tomándome a mi como almohada. Comienzo a acariciarle su cabello con suavidad y ella suelta casi inaudibles sollozos.
Que día.
–Rose...Por favor, no te enojes conmigo...–Empiezo pero sus palabras interrumpen las mías.
–Sé que solo te preocupas por mi.–Susurra con voz entrecortada.–Sé que no quieres que los problemas de hace tiempo se repitan... Pero con Emma y todo lo que esta pasando esto quizás sea una recaída.
Trago saliva con dificultad, claro que no quiero que aquello se repita.
–Eres tan importante para mi...–Empiezo a acariciar su brazo para que ella se sienta apoyada.–Haremos todo lo posible para que te mantengas en forma y muy fuerte ¿De acuerdo?
–Solo sirvo para darte problemas, Eilen.
–No digas eso, Rosaline.–La reprendo seriamente.–Jamás has sido una carga para mi, solo quiero ayudarte.
–¡Míranos ahora! ¡Deberías estar gozando de tu estancia en la casa de Edward! ¡Compartiendo su felicidad por tener de nuevo a su hermano con él! ¡En lugar de estar aquí conmigo! ¡Yo y mis trastornos alimenticios solo te traemos problemas!
–Rosaline, basta.–Le exijo enderezándome yo también, haciendo lo posible por no quebrar a llorar.
–¡Todo es como antes! ¡Tu lo dijiste! ¡Dijiste que mi anorexia y yo podíamos irnos mucho a la..!
–¡Rosaline cállate!–Grito con furia atragantándome con mis lágrimas que ahora fluyen sinvergüenzas por mis mejillas.–¡Lo dije porque jamás aceptaste mi ayuda! ¡Estaba desesperada por poner hacer algo por ti, y simplemente no me dabas la oportunidad! Esta vez será diferente, ya conoces el proceso, ya aceptaste las circunstancias, venga. Eres lo mejor que me ha pasado, ¿Qué acaso no lo entiendes?–Cuestiono y ella me mira como si yo estuviese diciendo nada más que tonterías.
Y me acerco a abrazarle, la atraigo hacia mi, haciendo que esconda su rostro en el hueco entre mi mejilla y mi hombro, masajeo su espalda con suavidad y me aseguro de que mi sexto sentido no me estuvo traicionando, lo compruebo, Emma estuvo todo el tiempo observando desde la puerta de la habitación, perpleja de todo lo que pasaba. Nuestras miradas se unen y ella entra dando pasos pequeños y tímidos.
–¿Ella esta aquí, verdad?–Pregunta Rosaline y alza la vista alejándose de mi.
–Yo... Lo siento.–Murmura.–Me ha dolido verlas hace un momento.. No pude retirarme después de eso.. Me duele que peleen.
Ni Rose ni yo decimos nada.
–¿Quieren hablar?–Pregunta y Rose parpadea sin emoción alguna, esperando a que yo nos saque de esta.
–Siéntense.–Murmuro.
–Yo no pienso hablar.–Aclara Rosaline.
–No lo hagas, no es necesario.–Explico y ella asiente, ambas se recuestan en la cama de Harry y me pregunto que tan de acuerdo este él de ello.–Primeramente, estoy tan acostumbrada a ser yo la que pone el orden.–Murmuro sin saber que palabras usar.–No quiero que te sientas presionada por mi actitud, pero me he tomado el papel de hermana mayor para Rosaline, aunque seamos de la misma edad.–Explico y ella me mira inexpresiva.–Segundo; Perdón si te intimido, o si Rose te parece infantil, hemos sido criadas de una manera muy peculiar, no solemos interactuar con gente nueva, o no nos va bien cuando eso sucede.–Bajo la mirada, pensativa.
Lo que tenga que explicar de mi pasado vendrá después.
Definitivamente no somos buenas con las personas nuevas. Menos si se trata de mujeres.
–Y...–Continúo.–Tercero...–Cambio mi tono por uno más severo.-La alimentación de Rosaline no es tema de conversación, es un proyecto con evolución constante, para bien o para mal.–Le miro intentando ser lo más sensible posible.
–No debes ser tan controladora.–Aconseja Emma escéptica y yo suspiro.–Y claro que estoy dispuesta a contribuir a lo que Rose necesite para mejorar, pondré de mi parte, lo prometo.
–Ella es así cuando algo le importa.–Menciona Rose poniéndose de pie.–Porque algo le preocupa. Yo le importo, así que no hago más que hacerle caso, para que ella este tranquila. Porque ella me importa a mi.
–Se trata de que las tres estemos conformes con las tres, y yo no lo estaría si estuvieses controlando cada paso que doy.
–Joder, que no soy Christian Grey.–Recrimino con soltura.
Emma y Rose sueltan algunas carcajadas.
–Ella no te tendrá como prisionera con libertad condicional.–Explica Rosaline.–Incluso te hará sentir bien que ella pateé el trasero de cualquiera que se meta en tu camino.
–O lo hará algún Styles.–Murmuro.–Tienden a ser así.
Indirectamente me refiero a específicamente este último par de días.
–En efecto.–Dicen desde la puerta.–Tienden a ser muy impulsivos, ¿No es así?
Oh, Edward.
–Cállate, maldito fisgón.–Le resto importancia y Emma me mira con los ojos bien abiertos.
–Venga que aún falta alguien a quien presentarte.–Explica estirando su mano para que yo le siga, las tres vamos hacia la puerta y tomando a Edward de la mano bajamos las grandes y largas escaleras.–No la asustes, Marcel se ha puesto histérico durante esta última media hora, al parecer ya depende mucho de ella.–Susurra en mi oído y yo río como si me hubiese dicho un chiste, para que ni Rose ni Emma sospechen. Y le beso sin pena, mis hermanas ríen divertidas y se apresuran a bajar antes que nosotros.
Al estar nuevamente en el jardín nos aproximamos a la mesa donde se encuentra Gemma, al pasar cerca de ella, con mi mano libre, la que no sostiene la de Edward, alboroto un poco el cabello de mi cuñada haciéndola sobresaltar y reír al tiempo que se daba cuenta que había sido yo.
Nos detenemos un par de asientos más allá y el rostro de la persona, mujer, siendo más específica, me resulta indirectamente familiar.
–_____ ella es Anne, mi madre.–Edward nos presenta y le saludo con educación y ella me recibe con ternura.
–Señora Cox.–Sonrío al mirarle, tan joven y hermosa como si no hubiese tenido que cuidar de tres pequeños y hermosos bebés hace 17 años.
–Llámame Anne, querida.–Y mira a Edward.–Eddie, has escogido bien.
Edward lanza una carcajada al viento, quizá recordando como fue que terminamos siendo lo que somos.
–Lo sé, madre.–Dice divertido atrayéndome hacia el.–Lo sé.
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Muajaja..!💜
Lash awo😌
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Dos pares, de polos opuestos. Harry y Edward Styles. _______ y Rose Hilton.
Roman pour AdolescentsPuedes hacer muchas combinaciones de ropa, para lograr outfits diferentes cada día. Pero para cuando trates de abrir un cerrojo será solo un tipo de llave el que la abra. Una sola combinación para abrir el candado. Un candado lleno de misterio, amo...