Llevaba preguntando a todos los apartementos de su piso lo mismo, y se estaba cansando. Pero no iba a dormir tranquilo hasta encontrar a su gato y llevarlo de regreso con él.
Kuro, su gato, había escapado desde el primer instante en que abrió la puerta del departamento, saliendo disparado sin darle tiempo a seguirle la pista.
Amaba a su gato, y la sensación de que algo malo podía pasarle y podía no volver a su lado le aterraba. Por ello, se aventuró a preguntar de puerta en puerta si por casualidad lo habían visto o escuchado maullar por ahí.
Por desgracia, nadie sabía sobre él.
Con cero esperanzas, se dirigió a la última puerta que le quedaba por tocar. Esperó unos segundos, y la puerta fue abierta por un bonito chico pelirrojo, con ojos de una tonalidad similar y una marca muy peculiar en la frente.
-Buenas noches. Lamento interrumpir, pero mi gato escapó hace poco y me preguntaba si-
-¡Ah, entonces es tuyo!- Exclamó, asustándolo un poco.
Sus esperanzas habían subido al cien.
-¿Lo viste aquí cerca? -Preguntó un poco desesperado.
-Sí, está conmigo. Puedes pasar y comprobar si es tu gato.
El chico se hizo a un lado, y con un bajo "compermiso" avanzó hacia la sala del apartamento, en donde había una bola de pelos color negro en el sofá.
Efectivamente, era su gato. Al parecer, había estado durmiendo todo este tiempo mientras él se había sentido desesperado por su ausencia.
-Kuro, despierta. Tenemos que irnos.
El gato respondió a su llamado desperezándose y se lanzó a sus brazos, acomodándose entre estos.
Le acarició detrás de las orejas, sintiéndose totalmente aliviado de tenerlo devuelta.
-Lamento las molestias que pudo haber causado. -Se giró hacia el chico.
-¡No hay problema! En realidad, solo ha estado durmiendo desde que lo encontré unos pisos abajo.
-¿Te dejó cargarlo?
-Sí, me dejó acercarme y tomarlo. Al parecer quería volver contigo y estaba asustado.
Kuro era muy huraño. Si bien era cariñoso con su dueño, con otras personas era lo contrario. Solía ignorarlas y huir cuando trataban de acercarse a él.
No tenía idea de lo que pudo haber generado el cambio de su actitud con el chico, pero había sido un golpe de suerte.
-De todos modos, gracias...
-Kamado Tanjiro.
Asintió.
-Gracias, Kamado. -Al lucir como un estudiante, dejó de lado el honorífico.
-¿Asumo que eres menor de edad, estoy en lo correcto?Tanjiro entrecerró sus ojos en señal de ofensa.
-Tengo 21. Tú sí eres mayor, ¿verdad, señor del gato? -Su sonrisa no era de amabilidad precisamente.
Le había regresado el golpe.
-¿Señor? Tengo 24.
Podría tener alma de anciano, pero le ofendía de todos modos ser llamado "señor".
-¡No eres tan viejo como yo esperaba!
Le preocupaba la sincera sorpresa que su rostro había reflejado ante la respuesta.
-¿Tus padres no te enseñaron a respetar a los ma- a los demás?
Estuvo a punto de sonar como alguien de avanzada edad.
-Teniendo 5 hermanos, era una regla básica en casa.
¿5 hermanos? ¿Qué tan ocupados habían eatado los padres de este niño?
-De acuerdo, Kamado. Muchas gracias por cuidar de Kuro.
-Fue un placer...
-Tomioka Giyuu.
-No hay nada qué agradecer, Tomioka-san. -Le sonrió.
Su sonrisa era muy bonita, casi brillante.
Con una pequeña reverencia, se fue con su gato en brazos.
Estando en su apartamento, todo lo que podía pensar era que ansiaba volver a hablar con Tanjiro. Nunca había demostrado interés por interactuar con sus vecinos, pero él era diferente. Quizás era su aura que emitía paz y vibras positivas. O incluso su sonrisa y mirada brillantes.
Esperaba poder encontrarlo en su camino algún día y entablar una conversación trivial.
Sobretodo porque necesitaba preguntarle cómo era posible tener cinco hermanos.
La duda no iba a dejarlo dormir, seguramente.
Gracias por leer. 💖xxMoonshyxx
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↠✭ I N K T O B E R ✭↞
Fiksi Penggemar31 drabbles del GiyuuTan. ¿Lograré hacer los 31? Quién sabe. Pero se hace lo que se puede. 😖💖