Remordimiento

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Llegaron a la posada y se dirigieron al mostrador, donde había una joven atendiendo.

—Una habitación para dos, por favor.

—Claro, ¿a nombre de...?

—Sasuke Uchiha.

—¿Cuántas noches?

—Dos.

—Muy bien, ¿cama de matrimonio o camas separadas?

Dudó con la respuesta. Le echó un ojo a Sakura cuando sintió su mirada posada en él. Estuvo a punto de hablar, pero ella lo interrumpió.

—Camas separadas, por favor.

—Perfecto. Habitación quince. Aquí tienes la llave, señorita...

—Sakura Haruno.

—Si, aquí tiene, señorita Haruno —sonrió.

La chica le devolvió la sonrisa, dándole las gracias, y se encaminó en busca de la habitación. «Sakura... Haruno...», se quedó pensando Sasuke, siguiéndola. Él quería pedir una cama de matrimonio para poder dormir junto a ella, y le sentó como una patada en el estómago que Sakura eligiera la otra opción y diera su nombre completo así, como si estuviera diciéndole a la empleada que no eran nada. Que ella no llevaba su apellido. Pero no le dijo ni una palabra; se quedó callado y la siguió. Ambos entraron a la habitación y Sakura se tiró a la cama que estaba al lado de la ventana, al fondo de la habitación.

—¡Uuwaaa! ¡Qué habitación más bonita! —suspiró.

Sasuke sonrió al verla tan emocionada, pero su felicidad no duró mucho tiempo. Otra vez pensó en lo que había pasado en la recepción. No sabía por qué le afectaba tanto. «Sakura lleva todo el viaje así. Aunque fue ella la que me pidió venir en un principio, trata de poner distancia entre nosotros... Es molesto», se quejó para sí mismo.


***


«Ya estoy en casa, Sakura», recordó sus palabras. A penas habían pasado dos semanas y, en dos días, Sasuke se iría otra vez. Deseaba pedirle de nuevo que se fueran juntos, pero no quería molestarlo. Él le dijo «la próxima vez será», pero, ¿para cuándo sería eso? Hizo un nudo con el hilo y lo cortó. Como regalo de despedida, Sakura le había comprado una sudadera del mismo tono de azul que tenía la camiseta de cuello alto que utilizaba cuando era pequeño, y le había bordado el símbolo Uchiha en la parte de detrás. La cogió por los extremos y la levantó, admirando satisfecha y con una sonrisa el resultado. Aun así, se preguntó una y mil veces si le gustaría. Sasuke era una persona complicada de entender, puesto que rara vez expresaba lo que sentía, así que tenía algo de miedo porque su regalo le fuera a parecer un detalle tonto de su parte. Se levantó y fue a su habitación, sacando algo de papel de regalo rosa; dobló la sudadera cuidadosamente y la envolvió con cariño, adornándola con un lazo rojo. Estaba emocionada por dárselo y ver cómo reaccionaba.

Se escuchó el ruido de la puerta abriéndose y un «estoy en casa» siguiéndolo. Sasuke había vuelto. Sakura fue entusiasmada a recibirlo.

Intranquilo Saga: El Viaje de Sasuke y Sakura UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora