UNO

297 44 9
                                    

Lalisa era una pequeña pueblerina de 12 años, era muy hermosa tenía cabellos largos y rubios sus ojos eran almendrados y grandes color miel verdoso, tenía una mirada profunda, labios carnosos y piel delicada.

En el pueblo todos querían a la pequeña Lisa, además de ayudar siempre a todos los que la necesitaban, era servicial y obediente con sus padres.

-Lisa, necesito que vallas al pueblo por algo de pan y queso, no olvides llevarte la capa y cubrir tu cabello y rostro.
-Si madre, vuelvo antes del anochecer

La madre de Lisa la protegía demasiado, pues sabía que su aspecto era peligroso, al ser tan linda podría levantar sospechas de que tenía la terrible enfermedad de norma, sin embargo Lisa, no había presentado síntomas.

-Otra  chica fue llevaba a la Castañeda, hace 3 días empezó con los síntomas...
-Y cuáles son los síntomas?
Unas mujeres se encontraban platicando en la plaza del pueblo.
-fiebres muy altas, además de que dicen que escuchan voces en su cabeza y la mayoría de ellas son hermosas y tienen olores que vuelven locos a los hombres, como si los estuvieran encantando, dolores en el vientre y dicen que les salen unas voces de su pecho que su familia jamás había escuchado...
-Ooh! Dios mío! Eso es terrible, es como si se estuvieran volviendo locas...
-por eso el Rey ordenó que todas aquellas jóvenes que presentaran estos síntomas fueran encerradas en la Castañeda. Ahí reciben medicamentos y los cuidados necesarios.

Lalisa , se tensó un poco al escuchar aquella charla, no es que haya querido escuchar a propósito, pero mientras escogía el pan que su madre le había encargado, pudo escuchar dicha conversación.

-¿Seria todo?
-Si señora Park! ¿Cuanto le debo pagar?
-Ooh no te preocupes Lisa, yo me encargo de cobrarle después a tu madre, ahora anda antes de que anochezca más...

Lisa hizo una reverencia, tomó su canasta con sus cosa y salió de la plaza para regresar a su casa...

Debía caminar cerca del Río para poder llegar a su casa, además de atravesar un poco el bosque, pues su casa era una de las más alejadas, esto debido a que tenían una pequeña granja y el espacio para sus animales debía ser más alejado del pueblo.
Cuando Lisa iba muy feliz caminando sintió un leve mareo y una pequeña punzada en su vientre...

Sin embargo lo dejo pasar y siguió su camino.

-Hola mamá, he regresado, aquí están las cosas, la señora Park me dijo que después se encarga de cobrarte.
-Gracias Lisa, anda a lavarte para venir a cenar.

La pequeña rubia salió al patio a la pileta a lavarse las manos y la cara cuando escucho una voz en su cabeza

-Deberías tener cuidado...

Lalisa se sobresaltó un poco, de donde vino esa voz?

-¿Hay alguien ahí? - Lalisa dijo en voz alta y buscando a los lados para verificar si su madre o alguien estaba cerca, sin embargo no había nadie más...

Lisa entro a la casa un poco espantada, no pudo evitar pensar en lo que había escuchado en la plaza

-¿Estás bien Lisa? Te ves algo pálida...

Su mamá Mina, su padre Hoseok y ella estaban sentados en la mesa....

-No, no estoy bien... es solo ... no es nada mamá!
-Lisa! - su padre le dio una mirada de advertencia y ante eso lisa no podía desobedecer
Lisa suspiro, llevo un bocado de su comida a la boca y entonces empezó a contarle a sus padres lo que había escuchado en la plaza.

-Me quede un poco pensativa, escuche a unas mujeres en la plaza hablando sobre la enfermedad...
-¿La enfermedad? ¿Que enfermedad?- Su madre estaba algo curiosa
-Esa que dice que las mujeres se vuelven locas, por una fiebre
-La fiebre de norma! - dijo su padre algo preocupado
-Si esa!
-Tú... te has sentido mal hija?
-No para nada, yo estoy bien, es solo que me dio curiosidad, me dejó intrigada pues dijeron las señoras que se llevaron a otra chica a la Castañeda...
-Lisa, si en algún momento te sientes mal, debes decirnos inmediatamente además de que a partir de hoy no saldrás sola, no podrás estar cerca del Río y el bosque...
-La luna llena está acercándose y dicen que es cuando hay más casos de fiebre, como si la luna activara la enfermedad - dijo su padre preocupado...
-Mamá! Porque esa enfermedad solo le da alas mujeres?
-No lo sé pequeña, quizá todas las mujeres la tenemos es solo que ha unas les da más fuerte que a otras...
-Tú, tú tuviste esa enfermedad?
-Si, cuando tenía casi tu edad, tuve una fiebre horrible, sin embargo yo no escuché voces en mi cabeza ni tampoco desprendí un olor que atrajera a hombres...
Lisa se llevó otro bocado a su boca y no dijo más nada... seguramente la vocecita que había escuchado estaba en su imaginación por haber escuchado a esas mujeres en la plaza.

Cuando la cena termino Lisa fue a su habitación se puso su pijama, cepillo su cabello y se metió a la cama estaba tratando de dormir sin embargo la voz apareció otra vez.

-Serás una linda Omega...

-Ome... que? -Pensó Lisa ella nunca había escuchado esa palabra, tampoco había escuchado a alguien decir esa palabra...

Con miedo la rubia hablo a la voz que escuchó...

-¿qui... quien eres?

Sin embargo la vocecita ya no le hablo otra vez y el sueño la venció luego de varios intentos de tratar de hablar con esa vocecita.

LA CASTAÑEDA [TAELICE] [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora